Cartagena abrió sus puertas al “Hay Festival“ donde participan artistas, autores, de varios países del mundo. Durante el festival fue inaugurado el proyecto de Kitambo- El Atlas, en el centro de formación de la cooperación española de Cartagena de Indias, que reunió artistas de Mali y Colombia, en la 18 edición del festival.

Kitambo, ¿qué es? En primer lugar, es un proyecto nacido de una constatación, la necesidad de reparar una memoria rota por la historia. De hecho, en un momento en que las culturas africanas empiezan a resonar en todo el mundo, sobre todo a través del arte, estas voces son muy minoritarias en Colombia. En efecto, a pesar de una presencia africana muy importante y de una historia muy singular, el discurso sigue centrado en un enfoque occidentalocéntrico que deja muy poco espacio a la historia de la cultura afrodescendiente. La organizacion Kitambo, de “gestión de proyectos culturales de expresiones artísticas contemporáneas con un foco sur”, fue creada por dos amigas, Catherine Dunga, congo belga instalada en Colombia desde hace 18 años, y Marleen Palmaers, también belga instalada en Colombia. El proyecto nace con el objetivo de enlazar África y Colombia, y fomentar proyectos de exposiciones destacando el trabajo de artistas del Congo, Sudáfrica, Mali, y artistas colombianos de la comunidad negra así como de comunidades indígenas. Tras haber presentado una magnífica adaptación de la Flauta Mágica de Mozart en el Teatro Colón de Bogotá, al ritmo del tumbao colombiano en colaboración con la Orquesta Filarmónica de Mujeres de Bogotá, el colectivo Kitambo vuelve a Colombia con la exposición Kitambo/ El Atlas, Mali y Colombia, un cruce de miradas.

“Esta exposición es un viaje de conocimiento e intercambio entre artistas de Latinoamérica y África. Una cartografía que da cuenta de distintas posturas que regresan de una mirada ancestral, a la vida cotidiana, a las prácticas de nuestro tiempo que hunden sus raíces en la historia”, dijo Margarita Ariza Aguilar, curadora de la exposición. El evento tuvo una gran convocatoria; los participantes, a través de las exposiciones fotográficas y serigrafías, pudieron intercambiar puntos de vista sobre las semejanzas culturales en este lugar emblemático de la historia de la esclavitud en Colombia. De hecho, este “cruce de miradas” reexamina los vínculos entre la diáspora africana en Colombia y el continente africano, para que estos vínculos ya no sólo sean un producto del pasado, sino también una relación actual, reactualizada a través del arte y, sobre todo, del intercambio cultural. De este sueño nació el proyecto de una exposición conjunta en Cartagena. Las organizadoras de este proyecto, Catherine Dunga y Marleen Palmaers, invitaron a Colombia a una artista maliense, Fatoumata Diabaté para que presentara sus obras de serigrafía realizadas conjuntamente con Julieth Morales, artista Misak, pueblo originario presente en el sur de Colombia. Reunir a un artista indígena y a un artista maliense es un paso muy significativo hacia el reconocimiento de los vínculos entre estos pueblos, que conviven cotidianamente pero permanecen semántica y estructuralmente separados en el imaginario colombiano.

Conjuntamente a estas obras, la exposición pone de relieve el trabajo de jóvenes fotógrafos del Pacífico, como Lyann Cuartas, cuestionando así las barreras culturales entre los pueblos originarios, los afrodescendientes presentes en Colombia y los pueblos africanos en toda su diversidad. Porque lo que la exposición también pretende mostrar es que no existe “una cultura negra”, sino una multitud de culturas y de regiones con múltiples particularidades, que la colonización y la esclavitud intentaron borrar por completo. Pero vemos hoy, especialmente gracias a exposiciones como la presente, que las voces empiezan a alzarse y a gritar a favor de la diversidad y la aceptación, rechazando la fuertemente integrada “exotización” de África . A la manera de « el Atlas », como lo indica el titulo de la exposición, los artistas intentaron reunir dos mundos inicialmente vinculados, recorriendo rincones de la cultura afro- colombiana y enriqueciendo el Hay festival con una nueva perspectiva celebrando las diferencias entre las culturas originarias y africanas. Esta exposición también tiene un propósito educativo de sensibilización en. Esta exposición también tiene un propósito pedagógico de sensibilización hacia la comunidad afrodescendiente en Colombia, con el fin de mostrar todas las herramientas posibles e imaginables para reconectarse con estas culturas, a través de las artes plásticas, pero también a través del lenguaje, la música, y todo lo que queda por inventar.

Esta exposición deja un sabor de esperanza y confianza en una nueva generación de artistas que no dejan de cuestionar los códigos y de redibujar los vínculos y las relaciones entre los pueblos.

Texto: Por La Frontiere

Noema Sabourin

 

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