Las Ciencias Sociales Hoy

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¿Funcionan las instituciones? (Instituciones y sociología)

“En cuanto una sociedad comienza a hablar de sus instituciones, puede decirse que ha hecho su aparición la sociología”. Jean Duvignaud. Diccionario de Sociología

Víctor Reyes Morris

Sociólogo. Dr. en Sociología.

Que funcionen las instituciones es el sentir de muchos por estos días de agitación política en medio de la pandemia. El episodio del llamado a juicio de un expresidente de la República ha conducido o puesto en evidencia la prueba de que las instituciones de nuestra sociedad y de la armazón estatal muestren su solidez. Y esto significa ni más ni menos desde un cierto punto de vista de la Sociología, que las normas que regulan unos papeles sociales se cumplan, pero este no es el único enfoque.  Desde luego hay tensiones en nuestra sociedad, pero las tensiones también deben tratarse con reglas de juego para poder convivir, sus componentes, los actores humanos.

Hay distintas teorías en la sociología y la ciencia política para analizar los conflictos. El “agonismo”, por ejemplo, que encuentra aspectos positivos en la confrontación política, difiere de otra teoría, el “consensualismo” que es la búsqueda de acuerdos. Otra, la teoría del “antagonismo” concibe a la   sociedad como en donde «se produce y se reproduce precisamente a partir de la interconexión de los intereses antagónicos de sus miembros» (Adorno, Mínima Moralia,1974).

Esa pregunta que nos hacemos quienes pretendemos tomar distancia desde el cerro otero de entender lo que pasa en nuestra sociedad colombiana, si hay posibilidad de acuerdos, que algunos califican de acuerdos mínimos, si tenemos instituciones para resolver nuestra conflictividad o impera la concepción del alemán Karl Schmitt, de amigo/enemigo, o al menos reconocer como dicen pragmáticamente, los estadunidenses, “estar de acuerdo en que no estamos de acuerdo”. También consideramos lo que nos señala el sociólogo francés Alain Touraine, al preguntarse si podemos vivir juntos  (que es también el título de un libro suyo), que en la desmodernización a que está llevando el siglo XXI se produce un efecto de desinstitucionalización, que entiende como el debilitamiento o la desaparición de las normas codificadas y protegidas por normas legales y más simplemente la desaparición de los juicios de normalidad, que se aplicaban a las conductas regidas por las instituciones.

De manera que si no tenemos un enfoque único es porque a pesar de distintos enfoques podríamos como sociedad, definir unos mínimos como pretendió el sociólogo alemán Teodoro Adorno, en su reflexión, digamos pesimista en plena II guerra mundial y en el exilio, de una moral mínima (Mínima Moralia) en forma de aforismos para sobre pasar la crisis bélica.

¿Qué podía ser una “mínima moralia” para los colombianos, para lograr al menos reglas de juego social y político que expresen un consenso mínimo? ¿Puede la Sociología aportar a esta construcción?

Si consideramos a esta disciplina como una  reflexión sobre la propia condición social. Pero la Sociología no es una única ciencia en el sentido de enfoques, nos señala posibilidades y hasta de convergencias de enfoques distintos, ya hemos dicho con la brevedad de un artículo como este (son sus propias reglas) algunas menciones a esos enfoques.

¿Podría pensarse en que tenemos distintas posiciones frente a muchos asuntos a resolver de nuestra sociedad, que hay situaciones muy agudas que desde luego demandan prioridad, pero si estamos de acuerdo en esas prioridades?, o si no lo estamos hay posibilidad de acordar algunas? ¿Hay disposición a esto? ¿O todavía falta recorrer un camino de reconocernos?

Preguntarnos si el único camino es la apelación a la diada Amigo/enemigo y consecuentemente a la guerra como resolución del conflicto colombiano. Hay quienes apuestan a esto y hemos visto dramáticamente y por mucho tiempo sus resultados: desolación y víctimas. Hay voces sensatas que se alejan de esta perspectiva y la ubican en el nunca jamás. Pero también hay agentes que pescan en el rio revuelto de tanta inconformidad, desespero y desesperanza.

Entonces, estamos hablando de las dos cosas: de Instituciones y de actores sociales, o como se los quiera llamar. Las instituciones las componen actores sociales y muchos de ellos tienen la responsabilidad e influencia sobre otros y en esa responsabilidad se juega el futuro de nuestra sociedad, si está condenada a la violencia infinita o logra entenderse a sí misma y no colocar intereses grupales propios por encima de lo que podría mínimamente unir a una sociedad. Aunque a veces parece que la convocatoria es a lo que paradójicamente podríamos llamar la “unidad inversa”, o sea el llamado a unirnos para desunirnos, o para someter a unos por otros.

La verdadera voluntad de unirse para unos mínimos de consenso podría pasar por lo que el sociólogo noruego Johan Galtung ha llamado un método para resolver y transformar los conflictos. Al tratar un conflicto Galtung propone el examen de los siguientes elementos:

Además de examinar las actitudes y conductas de las partes en conflicto, Galtung considera que uno de los puntos esenciales para la resolución de este es el ejercicio de identificación de lo que produce el conflicto, lo cual puede diferir entre partes, pero es lo más frecuente que este derive en sólo examinar los comportamientos durante el conflicto y no se entre a tratar los objetivos o causas que generan el mismo. La discusión, quizás a veces por la intervención de los medios de comunicación, se centran en las actitudes y conductas y se pierden los objetivos de este, lo cual implica muchas veces que termine por no resolverse. En otras palabras, muchas veces no se da tratamiento al conflicto (fines) si no a los medios que se emplean en éste.

Pero la apelación a lo institucional, no congela lo instituido como única opción válida social, especialmente el recurso a lo factico, a lo real que  ocurre en la sociedad, es un elemento de referencia que podríamos entonces, llamar lo instituyente, para aludir a la posibilidad del cambio y de la necesidad de nuevas institucionalizaciones, o acuerdos que expresan proyectos de cambios sociales, de reconocimiento de nuevos actores sociales, de nuevas demandas sociales o de propósitos de logros comunes.-

 

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