Romeral, el papá de todos los puertos de montaña cercanos a Bogotá
Lo que inició como un proyecto de exploración, terminó una jornada de alto esfuerzo y felicidad. No sospechábamos que al final del recorrido nuestras caras y nuestros uniformes iban a estar llenos de sal. Bogotá, 19 de octubre de 2020. La ruta por explorar era El Cajón + Romeral, es decir, Bogotá – Mondoñedo, Puerto…
Lo que inició como un proyecto de exploración, terminó una jornada de alto esfuerzo y felicidad. No sospechábamos que al final del recorrido nuestras caras y nuestros uniformes iban a estar llenos de sal.
Bogotá, 19 de octubre de 2020. La ruta por explorar era El Cajón + Romeral, es decir, Bogotá – Mondoñedo, Puerto Araujo, San Antonio del Tequendama, Santandercito, Salto del Tequendama, Muña, Sibaté, Romeral, Sibaté Bogotá.
Afortunadamente, el clima seco y el sol fueron nuestros aliados durante todo el recorrido. Sin duda, muchos preferimos darle al pedal bajo esas condiciones.
En un primer momento, nos encontramos con una gran presencia de ciclistas en Mondoñedo, una subida corta y explosiva, que pone las piernas a prueba. Tras la ampliación de la vía, el ascenso es más seguro y motivante.
En un segundo momento, el grupo dejó la vía principal y giró a la izquierda en Puerto Araujo, desde donde se divisaban muy nítidos el nevado del Tolima y del Ruíz. En ese tramo, entre la vía principal a la Mesa y Santandercito ‘el cajón’, hay una serie de bajadas y subidas que van consumiendo nuestra energía.
En un tercer momento, el ‘parche’ tomó confianza, hasta encontrar un paso rendidor y constante, que le permitió llegar al maravilloso Salto del Tequendama, en menos de que canta un gallo.
En el cuarto y último momento, apareció DON ROMERAL, el papá de todos los puertos de montaña cercanos a Bogotá. Sus diez kilómetros de rudeza nos parecieron los 80 kilómetros de Letras. Sus curvas cerradas y de altísima dificultad, nos llevaron a esa introspección en la que no hay nada más, sino la lucha contra el dolor. Vencer o morir, no hay otra salida.
Romeral tiene esa cualidad, que es el mejor lugar para expiar nuestras culpas y nuestros ‘pecados’. Una vez salimos victoriosos, el alma se purifica, permitiéndonos una metamorfosis bien particular: pasamos de ser ciclistas a ángeles del olimpo.
Los números mágicos del día fueron 120 kms de distancia, 2700 metros de desnivel y 5.5 horas de duración. Esta ruta es de alta dificultad, recomendada para personas con experiencia en subidas largas. Volveremos pronto.
Romeral Bless Point
Es importante destacar que el Alto del Romeral ahora cuenta con una tienda pensada para los ciclistas. Allí, a 3333 metros sobre el nivel del mar, los ciclistas encuentran empanadas, sánduches, huevos cocidos, bebidas y tinto. El negocio cuenta con mesas, sillas, bicicleteros y un baño para los visitantes. No hay excusas para no ir a esta mágico lugar.
La lectura de mi blog propone un viaje por diversos pasajes de la vida urbana, la reflexión personal y el compromiso social desde el uso de la bicicleta. Los contenidos del mismo están alineados con la necesidad mundial de proteger el medio ambiente y mejorar la movilidad de las grandes ciudades del mundo. La alegría inherente al ciclismo, la salud, el bienestar y la superación del sedentarismo, son algunos de los conceptos a exhortar en este espacio cuyo título connota muchos movimientos de largo aliento.
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