Escribiendo sobre la guerra contra las drogas, en un artículo publicado en The Guardian, el Dr. Juan Gabriel Tokatlian nos recuerda lo evidente: los únicos vencedores en la guerra contra las drogas son el brazo ejecutivo del poder Judicial y el aparato bélico de los Estados Unidos,
«De vez en cuando, un triunfo momentáneo se anuncia en uno u otro país. Pero en pocos años, la proliferación de los frentes de batalla en la «guerra contra las drogas» revelan que dicho «éxito» fue, en el mejor de los casos, pírrico.»
Esto es corroborado por un reporte reciente de la AP donde se muestra como los grandes arrestos en México han contribuido poco:
— 2007: operación Imperial Emperor se anotó 400 arrestos y «desmantelo una de las principales empresas que traficaba droga».
— 2008: operación Project Reckoning tomó 507 sospechosos en lo que [el comandante activo de la DEA, Michelle] Leonhart llamó un «asalto contundente, coordinado y masivo».
— 2009: operación Project Coronado se anotó 1’186 personas y «propinó un golpe considerable» al cartel de la Familia [Michoacana], dijo [el Fiscal General de los EEUU, Eric] Holder.
— 2010: operación Project Deliverance atrapó 2’200 sospechosos e «infringió un golpe debilitante «, de acuerdo a Leonhart.
Pero aún así las pandillas siguen creciendo.
De una forma bastante más explicita lo pone el etnobotánico canadiense Dr. Wade Davis en entrevista con Semana. Ante la pregunta «¿cómo ve la guerra contra las drogas?», este responde:
Como el acto de locura humana más grande de la historia.
Probablemente hoy los diarios nacionales nos informen de un cargamento del cual se habrá incautado la Policía, o del éxito de alguna otra operación. ¿Tendrá esto algún efecto en el consumo de droga? No. ¿Tendrá esto algún efecto en el flujo de droga? El editorial del LATimes no lo cree, como tampoco lo cree David Rieff que concluyé un articulo en el Wall Street Journal advirtiendonos:
No podemos dejar que nuestras esperanzas, o que el mundo en el quisieramos vivir, nos ceguen ante la realidad del mundo en el que de verdad vivímos.
Con el problema de la droga, toda esa persecución incesante del tráfico no es más que una distracción. Esa no es la forma correcta de asumirlo. La solución esta en la mesa: hay que oír a las autoridades, pero a las de la salud. En un par de columnas de opinión en The New York Times, Tina Rosemberg nos muestra como han tratado el problema de consumo de heroína en Iran:
Sin importar el régimen, las escuelas de medicina de Iran han enfatizado en la ciencia de verdad.
Suena ridículo poner las cosas así: «ciencia de verdad». Pero es que también hay ciencia de mentira, como toda la que se alía con la guerra contra las drogas. ¿Y cual es la opinión de las escuelas médicas de Colombia?
Porque puede que sea que toda esta guerra contra las drogas se ejecute y se trame desde esferas muy altas del poder, pero todo esto sucede con el beneplácito de la sociedad civil.
Nota: Lo invito a leer el editorial de hoy.