La conspiración del olvido

Publicado el Ramón García Piment

CUIDADO CON PICO DELLA MIRÁNDOLA. Por Carlos Valdivieso, Cirujano Plástico.

DEFENSA DEL VALOR Y CRITICA DE LA ARROGANCIA, EN RELACION CON NUEVAS IDEAS QUE SURGEN DE LAS MENTES JOVENES.

Giovanni Pico della Mirándola, Conde de Concordia y Príncipe de Mirándola, filósofo del Renacimiento. Retrato póstumo por Cristofano dell’Altissimo. Actualmente en la Galeria Ufizzi de Florencia (Italia).

Desde muy niño mi padre, un Doctor en Filosofía graduado en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, me introdujo por los intrincados y fascinantes recovecos de la filosofía. Esta afición en mi temprana adolescencia, se convirtió en la obsesión de leer todos los autores clásicos, en búsqueda de la verdad religiosa, de poder definir la naturaleza del hombre desde el pensamiento clásico, y por la necesidad de saber algo de cosmología.

Cierto día, cuando yo ya había leído a Tomas de Aquino, Agustín de Hipona y Platón, decidí plantearle a él mi oposición a la existencia de Dios. Me miró y muy burlón me dijo: “Cuidado con Pico della Mirándola”.  Sin entender por qué la ironía, le pregunté quién era ese señor, y él me contó la historia del sabio, cuyo escrito titulado: “Oratio de hominis dignitate” (Discurso sobre la dignidad del hombre) (1) publicado en 1486, dio inicio formal al pensamiento del Renacimiento.

Fue este importante personaje, lo más parecido que el mundo intelectual ha tenido, con Don Quijote de la Mancha, y pese a su brillantísimo intelecto, fracasó en casi todas las empresas de su intensa, corta y prolífica existencia. Me ocuparé en este relato de contarles su azarosa vida, y de extraer las enseñanzas que su biografía nos deja, para poner en el debido lugar la trascendencia de las ideas jóvenes, para una sociedad como la colombiana, en las situaciones de nuestro presente.

Hemos visto conductas, como la del joven presidente colombiano, que no retira del congreso una reforma tributaria que ningún parlamentario apoyaba, y de esta manera otorga justificación a líderes de protesta, algunos de ellos jóvenes, que la incentivan de manera violenta. Se produce así uno de los hechos colectivos más costosos, tanto en vidas humanas (80 muertos) como en pérdidas económicas para nuestro país. Hace pocos días, ese mismo presidente contra todo consejo jurídico, viola las normas de garantías electorales, generando una respuesta contraria lógica de las cortes, y probablemente un gran detrimento patrimonial a la nación. Estos hechos desafortunados, nos llevan a analizar como la falta de experiencia y de visión prospectiva unidas a la impulsividad, generan muchos problemas si se da un valor desmedido a la juventud.

Il Castello dei Pico en la actualidad. Ya existía en el siglo XII, y fue residencia de la familia Pico della Mirándola, por cerca de cuatro siglos.

Nació Giovanni Pico della Mirándola el 24 de febrero de 1463, en el seno de una familia noble de larga historia, como tercer hijo de Gianfrancesco Pico y Giulia Boiardo. Tuvo dos hermanos mayores, Galeotto y Antonio María. Su familia había recibido el feudo de Concordia en el siglo XIV, de manos de Segismundo, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Por lo tanto, Giovanni heredó el título de Conde de Concordia y Príncipe de Mirándola.

Desde muy joven sus familiares y en especial Giulia, su madre, reconocieron su gran capacidad intelectual y su sorprendente memoria fotográfica, que usaba para memorizar textos de manera sorprendente. Este niño precoz recibió formación en latín y griego desde muy pequeño, e incluso fue nombrado “protonotario papal” a los 10 años de edad. Todo ello gracias a las gestiones de su noble e influyente progenitora, quien lo quiso inclinar por la vida eclesiástica.

A la edad de 14 años ingresa a la Universidad de Bolonia para estudiar Derecho Canónigo, y un par de años después, se trasladó a la Universidad de Ferrara, donde estudió griego antiguo. A sus 18 años, finalmente inicia estudios formales de filosofía, en la Universidad de Padua. Allí conoció a uno de sus más importantes maestros, Elia del Medigo, un judío de origen cretense y averroísta aristotélico. Sintió también una gran atracción por el platonismo, que el filósofo Marsilio Ficino traía de nuevo a tono con sus escritos (2).

Por donde iba pasando en el trascurrir de su vida académica, no solo era alumno, sino que se convertía en “experto”, al adquirir el conocimiento más elevado posible, lo cual demostraba escribiendo libros muy calificados sobre cada tema. Así, a los 14 años ya escribe su primer libro: Las decretales.

En el año de 1483 heredó parte de la propiedad familiar, con lo que se convirtió en una de las personas más ricas en la Italia de esa época. En 1484 se instala en Florencia, y conoce personalmente a Ficino y a Lorenzo de Médicis, gobernante de la República de Florencia, con los cuales traba una gran amistad. Este último con su gran poder político, sería el protector de Pico hasta su muerte. Se sabe que, desde ese año mantendría también correspondencia sobre poesía, con el mismo Lorenzo y con el poeta Angelo Poliziano.

Lorenzo de Médicis: “El Magnífico” (1469-1492). Retrato atribuido a Agnolo Bronzino.

En el año de 1485, visita la Universidad de Paris y estudia allí los escritos de Averroes (1126-1198) un teólogo y filósofo hispanoárabe de tendencia Asharí, cuya importancia fue contribuir a reintroducir el pensamiento aristotélico en el mundo occidental. En ese momento, Pico decide aplicarse a la tarea de crear un documento que signifique un llamado al sincretismo extremo de todas las tradiciones filosóficas, religiosas y culturales antiguas, que estaban presentes aún en aquella época.

Esto lo materializa en su gran libro: Conclusiones philosophicae, cabalisticae et theologicae nongentae in omni genere scientiarum (más conocido como las 900 tesis), el cual tiene como introducción el brillante discurso sobre la dignidad del hombre, que ya habíamos referido.

En el año de 1486 ocurrió un episodio que muestra muy bien su carácter desmedido e impulsivo. Al terminar sus estudios en Paris, regresa con sus amigos Lorenzo y Ficino a Florencia. Como ya tenía casi terminado su libro, decidió trasladarse a Roma. Allá va Pico con 20 acompañantes, entre sirvientes y guardias.

De camino, se detiene en la ciudad de Arezzo donde conoció a Margherita, la esposa de Giuliano Moriotto dei Medici, un pariente pobre de los Médicis de Florencia. Al parecer con consentimiento de la dama, decide llevársela con él a la salida de una misa. El líder de la ciudad Filippo Carducci envía soldados al rescate de la mujer, y 18 de los 20 acompañantes de Pico, mueren en la escaramuza.  Fue encarcelado y puesto en libertad, sólo con la intervención del propio Lorenzo. Pico sale de ésta con algunas heridas, y pasa varios meses en Perugia recuperándose.

En carta a Ficino desde allí, le escribe: «la divina Providencia … hizo que cayeran en mis manos ciertos libros. Son libros caldeos … de Esdras, de Zoroastro y de Melchor, oráculos de los magos, que contienen una breve y seca interpretación de la filosofía caldea, pero llena de misterio». Hay que decir que el maestro de Pico en la cábala, fue el rabino Johannan Alemanno, quien argumentaba que el estudio y dominio de la magia, eran la etapa final de la formación intelectual y espiritual del hombre sabio (3).

Papa Inocencio VIII (1432-1492) autor de la Bula Summis Desiderantes Affectibus contra la brujería, y quien prohibió el debate de las 900 tesis de Pico della Mirándola.

Hacia finales de 1486 llega finalmente a Roma y publica el libro de sus 900 tesis (4). Como lo hemos dicho, se trataba de un gran plan para producir un debate sobre “todas las enseñanzas” y “todas las sectas”, teniendo como lugar el senado apostólico, y ante el colegio de cardenales. El mismo Papa Inocencio VIII actuaría como juez supremo del debate.

Pico en persona estaba dispuesto a defender 400 conclusiones de diversos autores: escolásticos, árabes, Platón, Aristóteles, neoplatónicos, pitagóricos, caldeos y 47 proposiciones cabalísticas, a las cuales añadió 500 propias (“secundum opinionem propiam“) sobre todas las ramas del saber (5).

Al final del texto se anunciaba: “Las conclusiones no serán discutidas hasta después de la Epifanía. Mientras tanto, se publicarán en todas las universidades italianas. Y si algún filósofo o teólogo, incluso de los confines de Italia, desea venir a Roma para debatir, su señor el disputador promete pagar los gastos de viaje con sus propios fondos”.

Ante tamaña propuesta, el Papa convocó una comisión para revisar el libro de Pico y determinar si había herejía en las tesis. Al principio fueron condenadas como tales 13 de las mismas. Pico respondió con una Apología (1487), que dedicó a Lorenzo de Médicis, en donde dice ser objeto de la mala voluntad de los examinadores y que: “todos los filósofos estaban convencidos de que por medio de la disputa se accedía al conocimiento de la verdad”. Frente a la crítica sobre su juventud, solicita que se le juzgue por el éxito de la contienda y no por su edad, argumentando que en todo caso siempre se puede aprender de los oponentes (6).

Grabado de Theodor de Bry, en Jean-Jacques Boissard, Icones quinquaginta, vol. 1, 1597 (Biblioteca Linda Hall) con un dibujo de Pico, Conde de Concordia y señor de Mirándola, que en latín proclama: “Roma un día se quebró a través de tu fuerza y tu doctrina, y tu florido tercer discurso”.

El Papa Inocencio VIII pone entonces un punto final, declarando heréticas todas las 900 tesis y ordenando la eliminación de todas las copias del libro, que fue el primer libro impreso en ser censurado por la iglesia (7). Pico fue excomulgado y condenado como hereje.  En su condena se decía: “Las tesis son en parte heréticas, en parte tienen sabor de herejía; algunas escandalosas y ofensivas para los oídos piadosos; la mayoría, renovadoras de los errores de los filósofos paganos (…) otras, encaminadas a fomentar las pertinacias de los hebreos; muchas, en fin, bajo un cierto color de filosofía natural, quieren favorecer las artes enemigas de la fe católica y del género humano”.

Pico huye, pero es capturado ceca de la ciudad de Lyon, por León Felipe de Saboya señor de Bessey, y debe permanecer cerca de un mes preso, en el castillo de Vicennes. La importancia académica, económica y social del reo, activan una gran intervención diplomática de variados sectores, entre los que se encuentra el embajador de Milán, la Universidad de la Sorbona, el parlamento y algunos miembros de la corte del Rey Carlos VIII de Francia, y obviamente Lorenzo de Médicis. Lo liberan y lo expulsan de Francia.

Se preparaba para viajar a Alemania, pero en una carta de mayo de 1488 Marsilio Ficino, por indicación de Lorenzo de Médicis, lo invita a instalarse en Florencia. Acepta y fija finalmente allí su residencia hasta su muerte. Publica en 1489 Heptaplus, una disquisición cabalística sobre el libro del Génesis, y en 1492 De ente et uno, un texto crítico del platonismo de Ficino. Por esa misma época, decidió renunciar a todos sus bienes materiales y entregarse a la vida religiosa. El Papa Alejandro VI (Borgia) lo absolvió de la imputación de herejía, e ingresó en la Orden de los Predicadores (Dominicos), poco antes de su muerte.

Falleció el 17 de noviembre de 1794 envenenado con arsénico, al parecer por mano de su secretario privado, Christopher de Casalmaggiore. En 2007 fueron exhumados sus restos, que reposan en la Iglesia de San Marcos de Florencia, confirmándose dicha teoría con los respectivos exámenes (8).  Su epitafio muestra la grandilocuencia que siempre lo acompañó, y el impacto social que provocó su muerte: “Hic situs est Picus Mirandolae, cætera norunt et tagus et ganges, forsan et antipodes“(Aquí yace Pico de la Mirándola, y el resto son conocidos, como Tajo y Ganges, y quizás incluso las Antípodas).

Después de su muerte, su sobrino Gianfrancesco publicó un texto que atribuyó a Pico titulado: «Disputas contra la astrología adivinatoria», en el cual se argumenta contra los astrólogos de la época, que usaban dicho conocimiento como un modelo determinista predictivo, en contra del libre albedrío que Pico profesaba.

Mucho se ha especulado, sobre las razones del asesinato de Pico de la Mirándola. Su revolucionario antropocentrismo representaba en la época el preludio de una nueva visión del mundo, que hizo posible el renacimiento. De otra parte, el declive del poder de la iglesia y los excesos de sus líderes ya presagiaban la reforma, que Lutero materializaría pocos años después con sus 95 tesis (1517).

La hipótesis más aceptada hoy sobre el móvil que genero su deceso, es lo peligrosa que resultaba para sus protectores (los Médicis) la cercanía de Pico en sus últimos años, con Girólamo Savonarola (9), miembro de la Orden de los Predicadores (a la que nuestro sabio ingresó).  Este religioso era enemigo declarado de dicha casa, y se cree que la cercanía del protegido de su padre con alguien así, resultó insoportable para Pietro de Médicis (hijo y heredero de Lorenzo) quien habría dispuesto su asesinato.

Savonarola era el prior de la Iglesia de san Marcos en Florencia, y se había dedicado a generar un discurso, que atacaba tanto al papado, como a la familia Médicis.  Tal fue el poder que Savonarola adquirió allí, que a la invasión de Florencia por el Rey Carlos VIII de Francia en 1494 y consiguiente expulsión de los Médicis, este religioso lideró la revolución que proclamó la República de Florencia, y se tornó él mismo su gobernante. La rebelión terminó con la excomunión y muerte en la hoguera de Savonarola y otros frailes dominicos, luego de su condena y captura por el Papa Alejandro VI, en 1498. Los Médicis retornan al gobierno de Florencia en 1512.

La vida de Pico della Mirandola es sinónimo de juventud y de competencia académica, pero también, de suma ignorancia de la especie humana y de su naturaleza. Pico parecía carecer totalmente, de ese entendimiento lógico de la vida personal y social, que llamamos sentido común. Su conocimiento enciclopédico por demás amplio, no abarcaba la comprensión del equilibrio de las fuerzas políticas y sociales de su propio tiempo. Fue incapaz de generar una estrategia efectiva, que le permitiera llevar a efecto su ambicioso propósito. Aún hoy, el eclecticismo que caracterizaba su discurso, sigue generando rechazo (10).

Por otra parte, su simpar arrogancia le impidió quedarse callado ante la crítica inicial de 13 de sus tesis. Por el contrario, tuvo que escribir su Apología, con lo cual profundizó la desavenencia con la iglesia que lo llevó al total fracaso. La impulsividad como parte constitutiva de su carácter, quedó demostrada tanto aquí, como en el episodio que protagonizó junto a Margherita, con el cual se produjo la muerte innecesaria de 18 personas.

Pico como sucede con muchos jóvenes, carecía del sustrato para el análisis y comparación situacional, que otorga la propia experiencia de vida. Es difícil así abordar y triunfar en grandes empresas, en especial si se trata de quebrar paradigmas intelectuales o sociales. Sin duda esta falta de experiencia, que conlleva carencias del sentido común (surgido de procesar con buen criterio esa misma experiencia) podría verse compensado de alguna manera, con un estudio criterioso de la Historia.

Dicho estudio, debería hacerse siempre abordando las diversas vertientes interpretativas, y no matriculándose fácilmente con ninguna de ellas. De lo contrario, se incurre en errores de valoración, que inexorablemente llevan a continuar la dialéctica propia de las acciones de los seres humanos, tanto en lo colectivo como en lo individual. Pese a su gran intelecto, Pico siempre fue proclive a ser influenciado con relativa facilidad.

Es por ello, que la falta de estudio de Historia en colegios y universidades es tan grave, para una sociedad como la colombiana. Pareciera que el establecimiento niega dicha formación, con el fin de mantener a la sociedad repitiendo siempre los mismos errores, condenándola a permanecer en el mismo “bucle de tiempo”, incapaz de dar soluciones realmente nuevas y efectivas a los problemas.

Hoy en día, se ha generalizado la tendencia de entregar una importancia sin igual a las ideas y a las opiniones de los más jóvenes, instalándolos en cargos de poder y de gobierno. Con fines electorales se ha llegado a hablar del “país de los jóvenes”, como si efectivamente el país perteneciera a ellos de manera prevalente.

Esta idea de la prelación del joven, se fundamenta en lo que llamamos una “falacia ad populum”. Se vale de la idea popular de privilegiar la juventud, y sacrificar la propia vida en pro de la de los hijos. Se niega así la importancia de la vida y la opinión de los mayores, lo cual es claramente insensato. Hacen mal, por tanto, las generaciones que, por cansancio, infravaloración de sus propias capacidades de mando, o simplemente por desesperanza, dejan en manos de los más jóvenes, decisiones trascendentales de la vida pública o privada.

Algunos incluso, hemos renunciado a nuestros propios conceptos e ideas, aceptando como ciertas, premisas plagadas de lo que llamamos “falacia ad novitatem”, según la cual toda idea nueva es mejor que la antigua (sin que se exija la demostración de que realmente lo es). Los discursos llenos de estas falacias son atrayentes, y parecen verdaderos, pero no resisten el análisis lógico. Para desvendar estas mentiras se requiere justamente, el uso del sentido común.

Un país, ciertamente es también de los hombres y mujeres de edad mediana y avanzada, que tenemos menos tiempo por delante, y pocas oportunidades de recomenzar. Nosotros construimos lo que dejamos a los jóvenes, pero también nosotros estamos inevitablemente amarrados al mástil de este barco, hasta su hundimiento o hasta nuestra muerte. Es por eso, que siempre es prudente decir: ¡Cuidado con Pico della Mirándola!

 

Referencias:

  • Borghesi, Francesco; Papio, Michael; Riva, Massimo. Pico della Mirándola: Oration on the Dignity of Man: A New Translation and Commentary. Cambridge University Press, 2012, 278pp.
  • Kristeller, Paul Oskar. Ocho filósofos del Renacimiento italiano. Fondo de Cultura Económica. México, 1970.
  • Semprini, Giovanni. Pico della Mirádola, la vita e il pensiero. filosofia e cabbala nel più geniale pensatore del rinascimento. Fratelli Melita Editori, 1988.
  • Las 900 tesis. Mirándola, Giovanni Pico della. Programa Editorial de la Coordinación de Humanidades UNAM. Primera edición 2019.
  • Farmer, Stephen A. Syncretism in the West: Pico’s 900 Theses (1486): The Evolution of Traditional Religious and Philosophical Systems: With a Revised Text, English Translation, and Commentary. Arizona Center for Medieval and Renaissance Studies. 1998.
  • Garín, Eugenio. Giovanni Pico della Mirándola. Firenze: Felice Le Monnier. Pubblicazioni della R. Università degli Studi di Firenze. Facoltà di lettere e filosofia; 3. serie, Vol. 5. 1937.
  • Discurso sobre la dignidad del hombre. Pico della Mirándola. Estudio preliminar y notas de Adolfo Ruiz Díaz. Editorial y librería Goncourt. Buenos Aires, 1978.
  • Moore, Malcolm. Medici philosopher’s mysterious death is solved, The Daily Telegraph (Londres), 7, de febrero de 2008.
  • Scientist of The Day – Giovanni Pico della Mirándola. Dr. William B., Jr., Consultant for the History of Science, Linda Hall Library and Associate Professor emeritus, Department of History, University of Missouri-Kansas City. https://www.lindahall.org/about/news/scientist-of-the-day/giovanni-pico-della-mirandola
  • San Juan Pablo II. Carta Encíclica. Fides et Ratio. http://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_14091998_fides-et-ratio.html

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