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La nostalgia de la web

De la web libre y verdaderamente social, a la web de las marcas y la pérdida de privacidad.

Todos odiamos y amamos Facebook al mismo tiempo. Hasta uno de los podcasters de tecnología más reconocido en Estados Unidos quiso crear un club anti-Facebook, pero no encontró suficiente gente que se uniera a su causa.

El problema es que estar en Facebook ya no es una opción. Pasó de ser el lugar para compartir fotos del paseo y chismes cotidianos, al espacio donde armamos planes y nos escribimos con amigos en el extranjero. Es más, es el equivalente a una cédula en Internet; para no crear una nueva cuenta en cada aplicación solo es necesario ‘conectarse vía Facebook’ y así no solo conseguir acceso al app de ‘¿Qué personaje de Game of Thrones eres?’, sino también abrirle la puerta a nuestros datos.

Estar descontento con los monopolios no es un nada nuevo. Pero algunos técnicos y nerds de Silicon Valley han decidido actuar a través de lo que llaman el Indie Web Movement. Ya que en Facebook y en Twitter se encuentran todas las compañías utilizando los canales como medio de publicidad, muchas personas con nostalgia de la red y que quieren sus datos protegidos están en modo de protesta. Cada año tienen una conferencia donde discuten cómo crear herramientas que nos den más control sobre lo que tenemos en línea, sean nuestras fotos, datos, comentarios etc.

Desde hace varios años quienes quieren volver a la red descentralizada, e incluso varios de sus creadores, trabajan durante el día en los mismos gigantes de los que quieren escapar. Y ni siquiera estamos hablando de la ‘dark web’ o ‘web oscura’, esa la discutimos otro día.

Según varios académicos, el término ‘social media’ nació de la mano de las redes sociales, pero el invento no es nuevo; la diferencia fue poder cuantificar y monetizar las relaciones que ya teníamos. Lo que llaman Teoría de Redes o de Grafos ha existido mucho antes que el Internet.

Los medios de comunicación siempre han sido, por definición, sociales. Algunos quisieran regresar a los primeros intentos de la web temprana: peer-to-peer que llaman, donde los servidores pertenecen a los propios usuarios y son sin ánimo de lucro. Ese es el punto de una red descentralizada, como Diaspora. En lugar que todos los datos de todo el mundo se encuentren en servidores centrales pertenecientes a una gran corporación, servidores locales, o ‘pods’ pueden estar en cualquier parte del mundo.

Sabemos que existe un movimiento ‘underground’ que quiere volver a las raíces de la red de los 80s y 90s, cuando los servidores pertenecían a individuos y se hablaba directamente de casa a casa sin pasar por grandes intermediarios. Una opción intermedia nació hace un par de años con Ello, que juró que jamás vendería los datos de los usuarios a anunciantes, pero como era de esperarse, no logró llegar a mucha gente.

Sabemos que los jóvenes usan SnapChat, en parte para escapar a sus papás que ahora están en Facebook y en gran medida porque los mensajes son borrados (aunque eso también se ha debatido).

En el marco de la búsqueda de la privacidad y el libre flujo de información entre las personas, aparece el Internet Relay Chat (IRC), creado en 1988 con el propósito de reemplazar al programa MUT (Talk multiusuario) en Finlandia. El IRC fue utilizado en el intento de golpe de estado en la Unión Soviética de 1991 para informar a través de un periodo de censura en los medios y por los kuwaitíes durante la Primera Guerra del Golfo, eventos tras los cuales ganó popularidad. Hoy en día, los miembros del Indie Web y muchos otros que apoyan esta vertiente se comunican por el retro IRC.

Para seguir con el tono nostálgico, recordemos que también pasamos por las salas de chat donde se conversaba con extraños. Recuerdo siempre que cuando tenía 11 años entré a uno que se llamaba ‘Comic chat’, aunque tuve que decir que tenía 18. En este caso la geografía me creaba una zona de confort, porque usualmente era la única persona de Colombia y los tenía que corregir cuando decían Columbia – algunas cosas nunca cambian -.

Es difícil pensar que ya exista la nostalgia de la web temprana, como los discos de vinilo y la música tradicional. El tecnólogo Anil Dash escribe sobre ‘la web que perdimos’ en relación con el Internet sin Google ni Facebook. Empezó con libertad y hoy la asociamos con control, y dejando a un lado las páginas web de aquella época, hay varios que quieren volver a esa forma de comunicación pura, donde se podía ser y conocer a cualquier persona, sin pensar en la web como otro canal de branding.

 

Andrea Alarcón

Asistente de investigacion en el Social Media Collective de Microsoft Research en Boston

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