Hilo de ideas

Publicado el Gisella Fontalvo Rueda

Érase una vez, Concurso Nacional de la Belleza

Las 10 finalistas
Las 10 finalistas

Se dice que el tiempo es el mejor amigo de los certámenes. Evoluciona el estilo, los cánones de belleza y su organización, sin embargo, los años dorados del Concurso Nacional de la Belleza en Colombia quedaron sepultados, y una oda de desesperación y mal gusto dictan las normas de programa televisivo con más rating año tras año en nuestro país. Las Paulas Andreas y Talianas fueron reemplazadas por mujeres que a pesar de tener un cuerpo envidiable (la gran mayoría), no darían la talla en un Miss Universo,  y la fantasía con la que nos hacían soñar los modistos años anteriores durante el desfile en traje de gala, quedó opacada por el exceso de brillo, copias baratas de trajes Haute Couture y rajas infernales.

Luego de la versión cartagenera del Festival Vallenato auspiciada por RCN durante el desfile en traje baño de las candidatas en la plaza de la Aduana de La Heroica – y lo cual dejó claro por qué el Hilton no quiso prestar su piscina- ya sabíamos lo que nos esperaba. No tenía grandes expectativas, además, no sabía si temer por las candidatas-poco agraciadas la mayoría-, sus vestidos y sus respuestas, o  ponerme a rezar porque no subieran a Martín Elias a cantar a dúo con Alejandro Sanz.

Llegó la gran noche de Elección y Coronación de la Señorita Colombia, y con ella un par de recordatorios que no debemos olvidar nunca: primero, que este es un concurso de BELLEZA,  la inteligencia de las candidatas no es juzgada, dejó de importar la mujer integral, y segundo, -gracias a Dios- no es un evento de moda, así que el mal gusto de las participantes, sus diseñadores y organizadores del concurso, no son el reflejo de la evolución en la industria por la que atraviesa el país.

Teniendo claro lo anterior, entremos en el tema en cuestión: los estilismos.

La ropa es un reflejo de cada época, de cada sociedad, pero en este caso es el reflejo de la mala situación por la que atraviesa el Concurso Nacional de la Belleza. Si bien es cierto que la mayoría de mujeres en el país no se rigen por las tendencias que desfilan despampanantes modelos sobre las pasarelas de Nueva York, Londres, Milán o París, o sobre las pasarelas de Colombiamoda o Cali Exposhow –las más importantes del país–, hay muchas que siguen con el pensamiento antiguo de que la moda, ese que dice que se convierte en tendencia es aquello que llevan las reinas durante las fiestas novembrinas. Las plataformas de plástico, los vestidos neones en tela brillante y manga ochentera, y los peinados estilo Fran Drescher en The Nanny (la niñera) que lucieron las candidatas, son el ejemplo perfecto de la mala asesoría y falta de inversión al certamen.

Ahora bien, hablemos de los vestidos de las concursantes. Esta, aparte de las respuestas, es mi parte favorita del reinado. Ver desfilar los maniquíes de Alfredo Barraza y algún otro diseñador (no muy conocido) que se arriesga a entrar en este mundo paralelo de la moda y que hacen que uno sepa si llorar o reírse.  Este año, los trajes de las aspirantes  hicieron parecer de ensueño el guardarropa de Marbelle o el vestido fucsia de la señorita Huila del año pasado. Para no hacerlos esperar, aquí está un recuento de lo mejor y lo peor de este año en el desfile de fantasía del Reinado Nacional de la Belleza.

*No soy muy de hacer este tipo de post, pero a veces hay que desahogarse. Ahí les dejo.

LAS PEORES:

Señorita Bolívar: fue una difícil labor escoger cual era el vestido más feo este año, ya que muchos cumplían los requisitos y el de la señorita Chocó se dio guerra con este para llevarse el primer lugar, sin embargo, la poca gracia de la señorita Bolívar le subió puntos para ser la primera en el pódium.  Sinceramente no entiendo qué pasaba por la mente del diseñador de este vestido, tenía mucho de todo: la característica raja infernal (versión maxi), una pollera XXL de princesa, la tela lucía barata, y  un carnaval de brillantes en la parte superior. Me sentí viendo la versión colombiana de “Toddlers and Tiaras”.

Señorita Bolívar

Señorita Chocó: sinceramente no sé ni que decir de este vestido, creo que el chiste se cuenta solo. Era la versión africana de las flappers de los años 20, con plataformas tipo drag queen, y acompañado por un moño como el de pebbles  en los picapiedra. Fatal.

Señorita Chocó

Señorita Tolima: gracias a el universo esta mujer no llegó a desfilar su traje entre las 10 finalistas y no tuvimos que verla por más de un segundo en la pantalla. TODO en este vestido era horrible. Es como si se hubiera cogido la cortina rosada de la casa de la abuela y lo hubiera convertido en un “vestido”.

Señorita Tolima

Señorita Risaralda: sin discusión alguna, una de las más bellas del concurso. Cara y cuerpo perfecto, pero como toda reina colombiana en algún momento tenía que pelar el cobre. El color no me disgustó, sin embargo el abuso de brillo y la versión 2013 (no sé como describirla porque se pasa de maxi) de la raja infernal en la pierna izquierda, hicieron que lo odiara y le perdiera el respeto que debe inspirar una reina.

Señorita Risaralda

Señorita Arauca: nunca entendí su fanaticada  y mucho menos su vestido. Me limitaré a decir que parecía un vestido alquilado para un grado de colegio.

Señorita Arauca

Señorita Cartagena: definitivamente hasta los mejores diseñadores tienen sus descaches. Amo a Beatriz Camacho y soy fiel admiradora de su talento, sin embargo, a pesar que me gustó la parte superior del vestido, no puedo superar la cantidad de plumas de mal gusto con el que finalizó el traje.

Señorita Cartagena

Señorita Valle: bueno, muchos dirán que fue una de las mejores vestidas del concurso, y si lo vemos sin conocimiento alguno, podemos decir que así fue. Sin embargo, el vestido de la señorita Valle no fue más que una vil copia (mal hecha) de uno de los vestidos Haute Couture de Dior, o de la señorita Filipinas en Miss Universo (que también fue fabricado por Alfredo barraza)  pero sin brillantes. Sacando lo anterior, las arrugas del vestido le quitaban elegancia.

Señorita Valle

Vestido Haute Couture de Dior (vía Fashionisima) 

LAS MEJORES:

 Señorita Atlántico: no es porque sea barranquillera o porque me parece que ganó sobrada la competencia, sino porque el vestido era realmente hermoso. El corte, los brillos y el color fueron acertados. Un vestido hecho para recibir la corona.

Señorita Atlántico

Señorita Magdalena: no puedo decir que me mató el vestido. Me pareció lindo, una versión colombiana de Elie Saab, pero me pareció lindo, el color era hermoso y lo supo llevar. Me hubiera gustado que ambas mangas hubieran sido largas, sin embargo, estuvo bien.

Señorita Magdalena

Fotos: Josefina Villareal para El Heraldo y Fashionísima.

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