Esto mejora, pero no cambia

Publicado el Polo Díaz Granados

Los líos de los candidatos del Magdalena

Desde la época de Colegio mi papá siempre dijo que yo era un ‘pelao’ juicioso. Con ese mismo juicio que me caracteriza desde entonces, les presento a los electores del Magdalena –es decir, los 4 gatos que me leen y son aptos para votar– este balance de la preocupante situación de algunos candidatos a la Cámara de Representantes por nuestro departamento.

Lo único que pretendo con esto es que conozcamos algo de esa realidad que afrontan los candidatos; realidad que ellos buscan mantener oculta y que por nada del mundo compartirían en esos 20 segundos que les regalan en radio y TV para convencernos de que debemos votar por ellos… Comenzamos:

Líos penales:

Eduardo Agatón Díazgranados Abadía (101 del Partido de la U). El representante y aspirante a repetir curul es investigado por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia por el delito de concierto para delinquir agravado, con el proceso con número de radicación 11001020400020130222300.

El caso de Diazgranados Abadía, muy poco difundido en medios de comunicación, pretende establecer o descartar relaciones con el comandante del desaparecido frente William Rivas del bloque norte de las AUC, José Gregorio Mangones Lugo (alias Carlos Tijera). Este paramilitar confesó que ha ordenado asesinatos de campesinos y sindicalistas de la Zona Bananera.

El también representante a la Cámara y candidato repitente Jaime Enrique Serrano Pérez  (101 del Partido Liberal) tiene un total de 5 vinculaciones en procesos penales en varias Fiscalías del Magdalena, para establecer su presunta responsabilidad en delitos que van desde la conformación y financiación de grupos paramilitares (donde vuelve a figurar ‘Carlos Tijera’), hasta el delito de fraude procesal y falsedad en documento privado. La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema también adelante tres procesos en su contra.

Son tantas estas situaciones –aún en etapa de investigación- que no alcanzaría este blog para describirlas. De momento solo hagan clic aquí para conocer los radicados de los procesos, y sepan al menos que no es puro cuento.

Delfines de la parapolítica:

¡Papá es papá! Se los digo yo, que han visto cómo utilizo de ejemplo algunas de las sabias enseñanzas de mi padre en los blogs que publico. ¿A qué voy con esto? En que no es lo mismo ser el primo segundo, el sobrino o el amigo de un amigo de un condenado por paramilitarismo en Colombia, ¡a ser el hijo de un condenado por el paramilitarismo!

Este es el caso de José Luis Pinedo Campo (101 de Cambio Radical), hijo del exsenador Miguel Pinedo Vidal, condenado por la Corte Suprema de Justicia a 9 años de cárcel y a pagar una suma considerable de dinero por el delito de concierto para promover grupos al margen de la Ley. (¿Con ganas de leer? Aquí dejo las 200 páginas de la condena).

Si por gracia del espíritu santo -y unas decenas de miles de votantes- este personaje llega a quedar con una de las 5 curules del Magdalena, por favor no dude en recordármelo, que yo me encargaré de ponerles los pelos de punta con las relaciones familiares de quien sería otro de nuestros honorables congresistas.

Otro candidato que sirve de ejemplo, aunque esto no lo haga ejemplar, es Franklin Lozano De La Ossa (101 por Opción Ciudadana), exdiputado de la Asamblea del Magdalena, hijo de Franklin Lozano Pimienta, tercera persona en firmar el manuscrito del Pacto de Chivolo (Ver el manuscrito para creer) y posteriormente condenado por esto.

Pérdida de investidura

Vuelve y juega Eduardo Diazgranados Abadía. En Sala Plena del Consejo de Estado cursa un proceso de pérdida de investidura en su contra, pues dentro de los 12 meses anteriores a los comicios del 2010, hacía parte del consejo directivo de Corpamag; además de que habría gestionado negocios ante entidades públicas en los 6 meses anteriores a las elecciones pasadas en las que resultó elegido.

Lo curioso de este caso por pérdida de investidura es que pese a que la providencia para fallo está registrada desde el 18 de agosto del 2011, no se conoce explicación que pueda justificar por qué no es votada por la Sala Plena (véalo usted mismo).

Hay otros candidatos a la Cámara por el Magdalena que –bien por intervenir en la gestión de negocios con entidades públicas 6 meses antes de elecciones o haber desempeñado cargos públicos 12 meses antes– no podrían, por ley, participar en las elecciones por haber incurrido en inhabilidad.

¡Pero qué va! Si lo que les he contado no nos despierta la más mínima muestra de asombro, saber entonces que hay candidatos como Fabián Castillo -que no solo estarían inhabilitados sino que además les organizan los votos de una Gobernación– nos resultaría en últimas una pequeña travesura que a nadie le importa.

Ya hablando en serio: Lo que aquí publico es el resultado de una investigación que quizás no recoja la realidad de todos los candidatos, pero de algo debe servir para contribuir a la transparencia, al no olvido y a la visibilidad que debe haber para que los electores no caigamos en lo mismo de siempre.

¡Ya dejen de echarle la culpa a la gente pobre! Que si de verdad queremos un cambio en la política de este departamento, ese cambio empieza por una profunda reflexión de nosotros mismos. ¡Yo no voto por ellos!

¿Conocen otros casos? Los comentarios de abajo están habilitados. Tienen hasta las 4:00 p.m. del 9 de marzo. Comiencen ustedes pues…

Por Polo Díaz-Granados
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