A propósito del día internacional de la migración que se celebra cada 18 de diciembre, resulta interesante compartir algunas reflexiones en torno a las llamadas diásporas del conocimiento, en cabeza de estudiantes y jóvenes profesionales colombianos y su relevancia en Australia. Para ello me referiré a la sesión de networking del 29 de noviembre del presente año, que se adelantó en el Parlamento australiano y que contó con la participación del ministro adjunto de Asuntos Exteriores, Tim Watts MP y del señor Patrick Bryson, director de Alianzas estratégicas para la migración del Departamento de Asuntos Internos de Australia, entre otros.

En el marco de la citada sesión, organizada por el Consejo Empresarial Australia-América Latina, ALABAC y que logró la participación del grueso de embajadas latinoamericanas acreditadas en Australia, Colombia fue objeto de dos gratas referencias por parte del ministro Adjunto Watts, y que pueden traducirse en dos activos valiosos de nuestro soft power.

La primera fue un sincero reconocimiento al desempeño de la jugadora colombiana Linda Caicedo en el Mundial de Fútbol Femenino que se jugó en tierras australianas en los meses de julio y agosto. La segunda, y que alimenta estas reflexiones, apuntó a resaltar el lugar que ocupa Colombia con una cada vez más creciente población estudiantil inscrita en instituciones académicas australianas. En efecto, y de acuerdo con datos del departamento de educación de Australia, Colombia ocupa el 4° lugar en términos de migración académica, solo superada por países asiáticos como China, India y Nepal.

Más allá de las estadísticas siempre es pertinente destacar las realidades contextuales que las acompañan.  Así, vale mencionar la sólida reputación con la que cuenta el sistema educativo australiano, el cual alberga universidades con un alto nivel de excelencia acreditado a nivel mundial. Colombia de hecho, a través de Colciencias, hoy Ministerio de Ciencias, Tecnología e Innovación suscribió en el pasado un número considerable de Memorandos de Entendimiento con algunas de ellas.

Otra realidad tiene que ver con las bases sólidas con las que cuentan los estudiantes colombianos y en cuyo perfil las universidades australianas se muestran cada vez más interesadas, tanto por el rendimiento académico, como por la disposición positiva del estudiante colombiano a establecer vínculos con personas de grupos distintos al propio, lo cual facilita una mayor integración y valorización de la experiencia intercultural que brinda estudiar en el exterior.

Este último aspecto se constituye en un activo no siempre evidente, y que para el caso colombiano se encontraría arraigado desde los primeros años de escolarización, de acuerdo a los resultados obtenidos en el Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) 2019/ de Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO).

En efecto, el estudiante colombiano en Australia destaca no solo por la curiosidad intelectual sino también por su avidez de conocer lo diverso como puerta de entrada a la innovación.

Ahora bien, la convergencia de estas dos realidades, ¿reporta alguna relevancia para abordar desde la academia uno de los retos más cruciales del plantea como lo es la transición energética? Sin lugar a dudas, tanto Colombia como Australia, desde perspectivas muy soberanas están comprometidas con la transición global hacia cero emisiones netas.  Ambos países coinciden en que para un futuro sostenible se requiere de una fuerza laboral educada, formada para el cambio y en el cual el papel de la Academia es relevante.

Para Colombia, es claro el valor que se le ha otorgado a la Academia en la construcción de la Hoja de Ruta de Transición Energética Justa, donde constituye uno de los pilares de los diálogos sociales adelantados entre el 2022 y el 2023. Asimismo, el gobierno ha reiterado que es fundamental que en las universidades del país se creen facultades de energías limpias articuladas con las necesidades de la población y el territorio, incluyendo por supuesto las necesidades de nuestros pueblos campesinos e indígenas.

Por su parte, y en palabras del propio ministro adjunto, Tim Watts, Australia mantiene el compromiso de educar a la próxima generación de ingenieros, científicos e innovadores, que contribuyan a este proceso.  Australia es reconocida internacionalmente por el potencial de desempeñar un papel clave en el suministro de minerales críticos y por su inversión en nuevas tecnologías necesarias para la transición a energías limpias en diferentes sectores. Asimismo, se ha embarcado en proyectos que marcan un hito, por citar solo un ejemplo en 2022, el proyecto de la Cadena de Suministro de Energía de Hidrógeno (HESC) produjo y transportó hidrógeno licuado a Japón, el primer envío de este tipo en el mundo.

Paralelamente, y como se recordó en la sesión parlamentaria del pasado 29 de noviembre, Australia mantiene vivo el interés de posicionarse no solo como un destino increíble para estudiar y aprender, sino uno para construir amistades y asociaciones, y contribuir al crecimiento de conexiones con los países de origen. Actualmente, es grato reconocer que varias de las asociaciones ya existentes en este país en el ámbito académico son lideradas por estudiantes colombianos que sobresalen en distintas disciplinas del conocimiento.

En este orden de ideas y con objetivos comunes en la agenda, las oportunidades que emanan del intercambio de saberes académicos deben entenderse en doble vía, y como un componente importante a celebrar, apoyar e impulsar dentro la relación bilateral. La movilidad académica en clave de diásporas del conocimiento es relevante en la profundización de espacios de cooperación, y un motor para promover la diplomacia científica entre ambos países

Por ello, y como cierre de este 2023 es importante hacer un reconocimiento a cada uno de los estudiantes colombianos que han representado con los más altos estándares al país en diferentes escenarios académicos y de investigación. A todos ellos es importante agradecer y desear un 2024 arduo en reflexiones y en un trabajo mancomunado en torno al rol valioso que imprimen a los casi 50 años de relaciones diplomáticas Colombia-Australia.

*Esther Margarita Arias Cuentas es consejera de la Carrera Diplomática y Consular de Colombia. Politóloga y Doctora en Ciencias Políticas con énfasis en Relaciones Internacionales y Diplomacia Cultural. Actualmente Encargada de Negocios a.i.  en la Embajada de Colombia en Australia.

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