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Los peces migratorios de agua dulce están desapareciendo

El primer informe global sobre el estado de los peces migratorios de agua dulce en el mundo  reveló que las poblaciones de estos animales se han reducido en un 76% en los últimos 50 años, convirtiéndose en unas de las especies más amenazadas en el planeta.

La reducción de las poblaciones ha sido más pronunciada en Europa (-93%) y en América Latina (-84%). / Foto: Zig Koch – WWF

Por: Daniela Quintero Díaz / @DanielaQuinterd
Fotos: Cortesía World Fish Migration Foundation

En Suramérica está una de las especies icónicas de peces migratorios de agua dulce: el bagre dorado del Amazonas (Brachyplatystoma rousseauxii), que registra la migración de agua dulce más larga del mundo. Este pez viaja -casi- por todo lo ancho del subcontinente; sale de las cabeceras del río Amazonas, pasa por los Andes, llega a los estuarios del río cerca del océano Atlántico y regresa a las cabeceras a través de la llanura amazónica para completar su ciclo de vida, recorriendo en total cerca de 12.000 kilómetros. Su supervivencia, así como la de cientos de especies de peces de agua dulce en el mundo, depende de estos viajes. De la conectividad de los ríos, los humedales y el mar.

Sin embargo, los humedales están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques en el planeta; y represas y embalses han hecho que la conectividad de los sistemas fluviales se pierda de manera acelerada (se estima que actualmente hay 57.985 represas grandes alrededor del mundo e incontables represas pequeñas). A nivel global, sólo el 37% de los ríos de más de 1.000 kilómetros fluyen libremente en todo su recorrido; y sólo el 23% llega de manera ininterrumpida al océano. Migrar, entonces, se ha convertido en una tarea cada vez más difícil para los peces de agua dulce.

Las consecuencias de estos impactos no se han hecho esperar.  Según  el   Índice Planeta Vivo para peces migratorios de agua dulce -publicado este martes por la World Fish Migration Foundation-, en menos de 50 años el mundo ha presenciado una disminución general del 76% de las poblaciones de estos peces.

“Usando información de abundancia de la base de datos de Living Planet, encontramos descensos generalizados en las poblaciones de peces migratorios de agua dulce en áreas tropicales y en áreas templadas; en todas las regiones del planeta, en todas las categorías de migración y en todas las poblaciones”, señala el reporte en el que se analizaron 1.406 poblaciones y 247 especies de peces listadas en el Global Register of Migratory Species (GROM).

La reducción de las poblaciones ha sido más pronunciada en Europa (-93%) y en América Latina (-84%), y presenta un declive menor en Norte América (-28%). ¿Las causas?

En Europa, la fragmentación de los ríos por las represas ha diezmado las poblaciones de peces de agua dulce. En Suramérica las políticas nacionales han fomentado históricamente prácticas insostenibles en los países, como la producción de energía hidroeléctrica, la minería y la desviación de agua. Además, la región presenta una disponibilidad muy limitada de datos de las poblaciones de peces migratorios. «Aunque se muestra uno de los mayores descensos promedio en este análisis, es probable que la situación sea mucho peor (…) Y se pronostica que las caídas pueden empeorar debido a la creciente construcción de represas en áreas como el Amazonas” señala el reporte.

En Norteamérica la disminución de las poblaciones es menos severa. Según el informe, esto podría sugerir que la gestión de la pesca, la restauración del hábitat, la eliminación de las represas, la creación de santuarios de conservación y otras acciones de recuperación pueden tener un impacto positivo en los peces. Aunque esta región se caracteriza por un alto nivel de fragmentación en los ríos, en las últimas décadas muchas represas se han eliminado. Tan solo en el año pasado se reconectaron más de 1.400 kilómetros de río.

En Asia, Oceanía y África el vacío de información es tan grande que no se ha podido calcular completamente las disminuciones en promedio. Lo que se sabe es que, “teniendo en cuenta los planes para expandir enormemente la energía hidroeléctrica en Asia (particularmente en la cuenca del Mekong, uno de los sistemas de ríos más biodiverso de la Tierra), se anticipa que el hábitat se degradará y se perderá aún más, y que la disminución de los peces migratorios se acelerará en las próximas décadas”.

Se estima que las especies de agua dulce proveen un sustento vital para alrededor de 20 millones de personas en el mundo. / Foto: Zeb Hogan

Lo más grave es que, a medida que se van acabando los peces y sus viajes migratorios, se acaba también la salud de los ríos y de quienes viven de ellos. Se estima que las especies de agua dulce proveen un sustento vital para alrededor de 20 millones de personas que dependen de la pesca continental en el mundo. “Los peces migratorios proporcionan alimento y sustento para millones de personas, pero esto rara vez se tiene en cuenta en las decisiones de desarrollo. En cambio, su importancia para las economías y los ecosistemas continúa siendo pasada por alto y subvaluada, y sus poblaciones continúan colapsando”, aseguró Stuart Orr, Líder Global de Agua Dulce de WWF.

La captura de peces es tan importante que podría ser la única fuente de proteínas para 158 millones de personas en todo el mundo. / Foto: James Suter

¿Cuáles son las principales amenazas?

El informe señala que las principales amenazas para los peces migratorios de agua dulce están vinculadas con las actividades humanas. Por un lado, la degradación, pérdida y cambio de hábitat representan cerca del 50% de las amenazas reportadas para estas poblaciones. “Los hábitats pueden verse afectados por diversos cambios como la construcción de represas, el drenaje de humedales, la desconexión de planicies inundables, la extracción excesiva de agua, la minería de arena y otros desarrollos de infraestructura”, asegura el documento.

La Anguila europea está clasificada como «En Peligro Crítico» por la Lista Roja de UICN debido a una disminución del 90-95% en la población de la especie en los últimos 45 años. / Foto: Jeremy Shelton

Por otro lado, la sobreexplotación -que fue la segunda amenaza más reportada- puede ser causada por la pesca insostenible y la captura incidental.“Además de estas amenazas obvias y bien conocidas, también hay muchas amenazas emergentes en los ecosistemas de agua dulce y los peces que los habitan, como por ejemplo la contaminación por microplásticos y la salinización de agua dulce”, señalan los expertos.

¿Qué está pasando en Colombia?

Colombia no apareció en el Índice Paneta Vivo para peces migratorios de agua dulce. Aunque tenemos algunos datos sobre estos animales reportados de investigaciones, informes técnicos y trabajos de ONG y universidades, aún nos falta mucha información. En lo que sí estamos a la par con la tendencia global es en la reducción acelerada de las poblaciones de peces.

Según la investigadora Silvia López, experta en temas de ictiología y ecología de ecosistemas de agua dulce de The Nature Conservancy, “las estadísticas que nos aportan las pesquerías nos permiten ver que en todas las cuencas del país los tamaños poblacionales de peces migratorios se han reducido cerca de un 80%”. También indica que desde 1970 comenzó a verse un descenso en las poblaciones de especies migratorias icónicas del país como el bagre, el bocachico y los nicuros.

“El problema es que las acciones que se han impulsado para controlar la disminución de las poblaciones se han centrado básicamente en manejar la pesca; en poner cuotas y restricciones a las artes de pesca. Pero esa es solo una parte mínima del problema. En Colombia nuestros ríos también son nuestras cloacas. Son esos lugares a donde llegan todos los desechos y contaminantes de la agricultura, la ganadería, la minería, las industrias y las ciudades. Las poblaciones de peces están disminuyendo porque los estamos enfermando y, además, los estamos pescando”, explica.

¿Cómo conservarlos? Para la investigadora debe haber un cambio de paradigma. Se debe pasar del manejo de las pesquerías a un manejo ecosistémico de las poblaciones. “Si quieres conservar un recurso, tienes que conservar el hábitat”, dice.

“En el país es claro que para conservar al jaguar se deben hacer corredores de conservación; o que para conservar el mono tití se necesitan bosques de ciertos tamaños y con ciertas características. Pero para los peces y los ríos esto jamás se ha pensado. Los ríos son vistos más como los límites, como los que permiten trazar las fronteras de las áreas de reserva, pero no quedan incluidos dentro de lo que se tiene que conservar”, explica López.

Lo principal, asegura, es empezar a adoptar un plan de manejo ecosistémico de los ríos, en donde se entienda que para que haya peces y pesquerías es necesario mantener la integridad y la salud de los ecosistemas acuáticos. «Hay que tener un control de los vertimientos y un plan incluyente con soluciones basadas en infraestructura verde», concluye.

Algunas alternativas

Aunque los peces de agua dulce están claramente amenazados, las tendencias en la abundancia de las poblaciones, las diferencias regionales y la descripción de sus patrones migratorios alrededor del mundo aún no han sido conocidas de manera profunda. Por eso han surgido iniciativas globales como el Plan de Recuperación de Emergencia, publicado en BioScience, que destaca una variedad de medidas que pueden transformar el manejo y la salud de los ríos, lagos y humedales para el beneficio de la biodiversidad de agua dulce. Entre esas medidas también se encuentra hacer un mejor monitoreo científico de las especies.

La púa gigante o carpa siamesa (Catlocarpio siamensis) es la especie de ciprínido más grande del mundo. Estos peces migratorios se encuentran solo en Mae Klong, en el río Mekong. / Foto: Zeb Hogan.

La iniciativa Global Swimways, por su parte, espera identificar las rutas migratorias de los peces de agua dulce para conocer su comportamiento y mejorar su conservación. (Le recomendamos: El mapa que busca revelar las rutas migratorias de los peces del mundo)

Los investigadores tienen algo claro: “Llevar el mundo subacuático a la superficie es importante para crear conciencia y apoyo”. «Las estadísticas son impactantes, pero sabemos que las poblaciones de peces migratorios pueden recuperarse. Necesitamos actuar ahora», asegura Herman Wanningen, fundador de la World Fish Migration Foundation.

«Con suerte, este informe aumentará la importancia dada a esta disminución de la biodiversidad sin precedentes y conducirá a acciones urgentes necesarias para salvaguardar este componente importante de la biodiversidad», insiste William Darwal, Jefe de la Unidad de Biodiversidad de Agua Duce en el Programa Global de Especies de la UICN.

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