El MERIDIANO 82

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Mali: “Hoy, la ayuda humanitaria es más que necesaria que nunca”

Otra entrega de la colaboración entre Médicos Sin Fronteras (MSF) y El Meridiano 82

Seïdina Ousseini-1

Seïdina Ousseini ha trabajado como coordinador de terreno de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Ansongo, al norte de Mali, durante un año. Nos explica las dificultades a las que tienen que hacer frente los equipos de MSF para llevar la ayuda médica a la población afectada por la crisis política y la inseguridad en el país africano.

¿Desde  cuándo trabaja MSF en el norte de Mali?

MSF trabaja en esta zona del país desde septiembre de 2012, después de que estallara la crisis con la ocupación de la zona norte por diversos grupos armados. En aquel momento, dábamos soporte a cuatro centros de salud comunitario, además del Centros de Salud de Referencia de la ciudad de Ansongo, en la región de Gao. Desde enero de 2014, nuestra actividad se concentra en el centro de Ansongo. MSF es la única organización sanitaria independiente que actúa en la zona ofreciendo asistencia médica gratuita y de calidad a la población. Hasta la fecha, la falta de recursos humanos y financieros, hacen que las autoridades malienses tengan dificultades para atender a la población del norte del país.

¿Qué dificultades te encontraste en un entorno tan plural y complejo?

No es fácil trabajar en este contexto sobre todo por la crisis política que sufre la zona. Las actividades de los grupos armados hacen que la seguridad sea muy volátil. Las dificultades han ido incrementándose y gran parte de la población maliense tiene un acceso muy limitado a la asistencia médica. Hoy la ayuda humanitaria es más necesaria que nunca en el Norte de Mali. Por ejemplo, en mayo de 2014, después de la toma de las ciudades de Kidal y Menaca por los grupos armados pro- Azawad, vimos cómo la población vivía momentos de auténtico pánico lo que provocó que gran parte del personal de la administración huyera a refugiarse a la ciudad de Gao e incluso algunos pacientes hospitalizados abandonaran sus camas en el hospital para ir a refugiarse a la ciudad.

¿Cuáles son las principales necesidades de la población?

En el contexto actual del norte de Mali las necesidades son múltiples y abarcan tanto la salud, la educación como el acceso al agua potable. Los centros de salud o no funcionan bien o no están equipados adecuadamente, con una gran falta de personal y de los medicamento básicos. Las escuelas no cuentan ni con la infraestructura adecuada para recibir a los alumnos, ni con profesores que puedan impartir clases. El acceso al agua potable es precario ya que los pozos se han deteriorado por falta de mantenimiento, lo que ha llevado a que la población utilice agua sin las condiciones de higiene adecuadas.

¿Qué actividades ha llevado a cabo MSF en 2014 en la zona?

En el centro de Referencia de Ansongo los equipos trabajan conjuntamente con el personal del ministerio de salud de Mali. Las principales actividades que llevan a cabo se centran en la atención de consultas externas, la maternidad, la pediatría, los enfermos ingresados en el hospital, el laboratorio y la farmacia, así como referir los casos más graves al hospital regional de Gao que cuenta con una mayor capacidad. En 2014 realizamos más de 47.700 consultas de las cuáles más de la cuarta parte fueron niños menores de 5 años. Durante el mismo año, alrededor de 1.600 pacientes fueron hospitalizados y nuestros equipos atendieron más de 800 partos y más de 100 cesáreas.

De la misma manera, pusimos en marcha una campaña de quimioprevención contra la malaria, además de un triaje sobre el estado de la desnutrición en la población infantil en colaboración con otras organizaciones. Alrededor de 40.000 niños, de entre 3 y 5 años, recibieron tratamiento preventivo antimalárico lo que les permitió estar protegidos en los cuatro meses de mayor incidencia de la epidemia, de julio a octubre.  Pudimos proporcionar atención médica a una población muy dispersa geográficamente a pesar de las complicaciones del contexto de inseguridad como el que existe en la zona.

¿Cómo ha sido el trabajo conjunto con el Ministerio de Salud?

El centro de salud de referencia que apoyamos está administrado por un Director General de Salud del Ministerio de Salud. Desde que estalló la crisis muchos trabajadores del ministerio de salud huyeron, lo que obligó a los jóvenes locales a reemplazar a las enfermeras y los médicos que se marcharon al sur.

¿Cómo valoras el proyecto de Ansongo?

A pesar de todas las dificultades a las que tenemos que hacer frente, tenemos que seguir trabajando para dar asistencia a la población que lo necesita. Es un bonito proyecto con grandes retos tanto a nivel profesional como personal. La particularidad de esta zona nos obliga a ser pacientes, a tener en cuenta las diferencias y evitar así el máximo posible la incomprensión.

*Contexto de Ansongo

Mali es un país del Sahel africano en el que las dos terceras partes de su territorio se extienden por áreas desérticas con clima árido de temperaturas de hasta los 45º a la sombra, desde los meses de abril a junio, a lo que se suma una pluviometría insuficiente en los escasos meses de lluvias, de julio a octubre, sobre todo en la zona norte. Ansongo, al norte del país es una de las cuatro divisiones administrativas subdividida en 19 áreas de salud.  Ansongo se sitúa en la région de Gao, el corazón de la zona Azawad, reclamado por la Coordinación de los Movimientos de Azawad y proclamada unilateralmente independiente en 2013. Predominan los Songais y los Fulanis, grupos pastorales que viven fundamentalmente de la agricultura y el ganado, y que conviven con poblaciones tuaregs y árabes, esencialmente nómadas, distribuidas en distintas áreas de salud a distancias de hasta 50km de Ansongo. El islam es la principal religión del país.

MSF trabaja en la región de Gao desde noviembre de 2012 dando asistencia médica a las poblaciones afectadas por el conflicto armado. En 2014 centró sus actividades en el Centro de Salud de Referencia de Ansongo, estructura de referencia de un distrito con una población de más de 162.000 personas.

 

FOTO: MSF

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