El MERIDIANO 82

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Escuchar los gritos de ayuda: la clave para que el Equipo de Rescate Helénico haya sido premiado

Rescatistas helénicos
Konstantinos Mitragas realiza ejercicios de capacitación con voluntarios del Equipo de Rescate cerca de las Islas Griegas de Lesbos. / Acnur – Gordon Welters

La rápida acción de Konstantinos Mitrakas y sus compañeros voluntarios salvó 2.500 vidas el año pasado en el mar Egeo y les otorgó el Premio Nansen 2016.

Cuando los botes frágiles y en mal estado, llenos de refugiados desesperados se multiplicaron en las costas de las Islas Griegas el año pasado, Kostantinos Mitrakas y voluntarios del Equipo de Rescate Helénico no ignoraron los inquietantes gritos. En lugar, se pusieron sus chalecos salvavidas y salieron a salvar vidas. “Era un completo horror para ellos y para nosotros”, recuerda Mitragas, secretario general de la Organización. “Era algo indescriptible”.

Ahora, los esfuerzos incansables del Equipo para rescatar refugiados en las Islas Griegas le han ganado el reconocimiento que se merecen, después de que la organización fuera nombrada una de los dos ganadores del Premio Nansen del ACNUR 2016.

Grecia ha estado en el centro de la creciente crisis de refugiados desde 2012. Únicamente en la Isla de Lesbos, un número récord de refugiados y migrantes llegaron en año anterior, a medida que los conflictos en Siria, Afganistán e Irak continuaron desarraigando personas de sus hogares. Otras islas griegas, Incluyendo Samos y Cos, también se convirtieron en santuarios. Heladas aguas, chalecos salvavidas falsos y en tormentas, todos se convirtieron en riesgos que valían la pena tomar, el último en una larga serie de obstáculos.

Para muchos, las heroicas acciones de los voluntarios del Equipo en 2015, fueron la diferencia entre la vida y la muerte.

Más de 250.000 voluntarios conforman el Equipo de Rescate Helénico, y han estado rescatando personas en el Mar Egeo y las montañas griegas desde 1978. Con 42 sucursales y 16 estaciones marinas repartidos en las islas griegas, la organización de rescate tuvo un dramático 2015, en el que los voluntarios fueron regularmente allá del llamado del deber de salvar vidas. Muchos trabajaron día y noche, utilizando recursos limitados y, a menudo arriesgando sus propias vidas. Juntos, ellos mostraron extraordinario valor y la perseverancia en medio de la adversidad.

Konstantinos Mitragas, un capitán marítimo y secretario general del Equipo de Rescate Helénico es un empresario de Salónica.

“Creo que es algo en tu corazón que te mueve y te hace voluntario”, dice el padre de dos niños. “Por supuesto que muchas veces estamos asustados, eso es lo que nos mantiene vivos, si no estás asustado, no eres humano”. “Muchas veces estamos asustados, eso es lo que nos mantiene vivos”.

El Equipo de Rescate Helénico recluta a sus voluntarios mediante sesiones anuales de capacitación, que se llevan a cabo durante varias semanas. Estas sesiones de equipar a los alumnos con una amplia comprensión de las habilidades de búsqueda y rescate, incluyendo rescate en montañas, en mar y desastres naturales y primeros auxilios. En los últimos dos años, el Equipo de Rescate Helénico ha experimentado un aumento significativo de voluntarios y ha llamado a más, con el fin de expandir su operación, que siguió posterior al flujo del 2015.

Yanis Charalampous, un paramédico de 33 años y voluntario en el Equipo en las Islas Samos, pasó gran parte del año anterior en alerta, a menudo respondiendo llamados de la Guardia Costera de Grecia en mitad de la noche. Él sabe lo importante que es una respuesta rápida. En el agua, en solo 30 minutos puede llegar la hipotermia. Muchos refugiados también llegan con insolaciones, deshidratación, heridas y otros problemas médicos. “Intentamos estar listos para partir en 30 minutos”, dijo. “En septiembre, se convirtieron en 20. Antes de 2015, nunca habíamos tenido tanta necesidad de rescatar personas en el agua”.

Charalampous nunca olvidará el recuerdo de dos niños abrazándose mientras flotaban, habiendo muerto por hipotermia antes de que los rescatistas pudieran llegar a ellos. Panagiotis Kontantaras, un granjero que hace voluntariado como buzo con el Equipo de Rescate en Lesbos, también recuerda rescatar incontables cuerpos de botes volcados. Para muchos voluntarios, el 2015 fue traumático. Pero a menudo, encontraron fuerza entre ellos. “Hablar”, aconseja Konstantaras, “o el agua quebrará tu corazón”.

“Antes de 2015, nunca habíamos tenido tanta necesidad de rescatar personas en el agua”.

En 2015, los voluntarios trabajaban 24 horas diarias, respondiendo a las interminables llamadas de rescate en el medio de la noche. Durante el transcurso del año, los voluntarios llevaron a cabo 1.035 operaciones de rescate, salvando 2.500 vidas, y asistiendo a más de 7.000 personas. En los incansables esfuerzos para salvar a tantas personas, los voluntarios del Equipo de Rescate Helénico dieron un claro ejemplo al mundo.

“Espero que no tengamos que vivir esto de nuevo”, dijo Mitragas, sacudiendo su cabeza. “Esto es algo que cargaremos por el resto de nuestras vidas”.

“Tenemos que estar unidos en momentos de crisis, como lo hicimos con los otros voluntarios de Grecia y con el resto del mundo que vino a ayudarnos”, dijo. “El mundo tendrá situaciones difíciles en el futuro, así que tenemos que mantenernos juntos para poder ayudar salvando vidas”.

*Esta es otra entrega de la colaboración entre Acnur y el blog El Meridiano 82.

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