En 2002, la vocalista de Blonde Redhead, Kazu Makino, iba montando a caballo. De pronto perdió el control y cayó al suelo. A continuación el caballo le pisó la mandíbula y le fracturó varios huesos faciales. Estos huesos tuvieron que ser conectados luego a partir de varias cirugías reconstructivas. Makino tuvo que pasar varios meses en cama recuperándose.
Podemos imaginarlo. Meses y meses sin poder hacer mucho. Sólo escribiendo canciones y anotando ideas. Se ha dicho que es uno de los eventos que ha marcado la carrera de Makino y de la banda.
Este animal doméstico, que es el caballo, se descarrila, se sale del guión que le han dado. Por ello, la domesticación no sirve. No sirve para explicar la vida de la gente, pues los perros, que son nuestros mejores amigos, nos pueden matar en cualquier momento con una mordida en la yugular. Los gatos pueden escapar en cualquier momento. Y, como en este caso, los caballos se pueden rebelar y destrozar nuestros cuerpos.
Mucho más simbólico que el caballo se pare encima de la cantante. El humano ya no tiene una postura física superior. Sino que el caballo la toma. El caballo se para encima del humano. Los papeles se intercambian.
Rock al Parque es uno de estos festivales de conciliación con la naturaleza. La máquina en toda su expresión -el concierto de rock después de los setentas- está ahora en el espacio idílico de la naturaleza. Los dos, teóricamente, y según todo el conjunto de lemas, imágenes y concepciones acerca del festival, se complementan y forma un híbrido.
Esta armonía puede suceder, pero no como se creería. Un primer momento de formación de esta armonía sería el intento que tiene el hombre de domar a la naturaleza. El suelo del parque y los árboles no sirven para disfrutarlos. La naturaleza no está por la naturaleza, sino por los beneficios que nos trae. Se trata de un espacio al aire libre; un espacio lo suficientemente amplio como para que quepa un ejercito de jóvenes. Aquí la naturaleza pierde su carácter inicial de naturaleza por sí sola (que quien sabe cuál sea, realmente) y empieza a funcionar como herramienta.
Pero hay un segundo momento. Es la tarde y hace sol. Hay un grupo más o menos pesado tocando en el escenario Bio. Se arma un pogo. De pronto, la tierra seca comienza a elevarse. Los pies que chocan contra el piso lo han provocado todo. Otro escenario. Hace frío y hay mucha gente alrededor. El clima se pega a uno y uno siente que los pulmones sufren. Le duelen.
Aquí la naturaleza, al ser domada, parece darnos un golpe de vuelta. Parece tratar de destruirnos. Ese golpe es involuntario. El parque no lo piensa, pero igual lo da.
En este punto medio, en esta armonía del hombre y la naturaleza, parece estar representado el universo de Rock al Parque. Los dos damos golpes iguales, o similares; nos parece que así es.