El Cuento

Publicado el ricardogonduq

Prohibido no viajar

No hay que hacerle caso a las advertencias xenófobas, malintencionadas y politizadas del Departamento de Estado de EE.UU, que le pidió a sus ciudadanos no viajar a cuatro departamentos de Colombia y reconsiderar hacer turismo a otros 13. El caos que quiere pintar el gobierno Trump sobre Colombia, es el mismo de algunas ignorantes películas de Hollywood que muestran a Bogotá selvática y rodeada de matas de coca. ¿Estamos regresando al pasado? Seguramente esa es la idea que los oportunistas le quieren vender. Pero no es así. Compruébelo y siga viajando.

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Por: Ricardo González Duque

En Twitter: @RicardoGonDuq

La contradicción sobre los viajes a Colombia vino de Estados Unidos, ese país que para muchos equivocados sigue siendo el oráculo que define qué se debe hacer y qué no. Primero, fue el Departamento de Estado que pidió no viajar a Arauca, Cauca, Chocó y Norte de Santander, por la amenaza que significa el fin del cese al fuego bilateral con el ELN. Una docena de acciones terroristas de esa guerrilla, en menos de una semana, parecían darle la razón a la administración Trump.

Sin embargo, la circular del 10 de enero sobre los viajes a esos departamentos era, por decir lo menos, exagerada. Alertaban allí sobre atentados a “lugares turísticos, centros de transporte, mercados, centros comerciales, instalaciones gubernamentales locales, hoteles, clubes, restaurantes, lugares de culto, parques, eventos deportivos y culturales, instituciones educativas, aeropuertos”. Aunque los ataques del ELN han sido lamentables y alimentaron la controversia sobre un proceso de paz que algunos ven necesario y otros lo ven como inviable; ninguno de esos hechos han ocurrido en los lugares que señala Estados Unidos. En la lógica trumpista de que todo al sur es una mierda, según sus propias palabras; crear el caos al turismo en Colombia resultaba facilista. Pero impreciso.

La advertencia gringa que por supuesto genera un efecto psicológico para los viajeros de todo el mundo, cae como anillo al dedo para los catastrofistas en Colombia, esos que como loros nos repiten el cuento de que vamos camino a ser la segunda Venezuela. Les conviene que digan que el país está mal y les sirve para su discurso que digan que hay que reconsiderar el viaje a otros 13 departamentos, entre los que están Antioquia, Valle del Cauca, Nariño, Putumayo, entre otros. Nos quieren hacer ver que estamos en el peor momento de nuestra historia, para venderse como los mesías, los supermanes que harán que el tío Sam vuelva a vernos con bonitos ojos.

Pero todo eso es carreta. Carreta politiquera, que es aún peor. De ninguna manera hemos regresado al pasado, ni Colombia ha vuelto a ser ese Estado inviable que emergía al final del siglo XX en la administración Pastrana, durante la cual las carreteras eran santuarios de las Farc. A pesar de que por la discusión politiquera quieran negarse algunas realidades, como que las Farc como grupo armado ya no existen; los sensatos saben que el horror de la guerrilla más grande del país atentando, secuestrando o extorsionando, por fortuna ya pasó, gracias al acuerdo de paz firmado en 2016.

Así lo deja ver, completando la contradicción desde Estados Unidos, el New York Times; que en el listado de los 52 destinos de 2018 puso a Colombia en el segundo lugar, destacando que el fin del conflicto armado en el país por fin ayudará a mostrar las maravillas del país. De un grupo de reporteros y una red de turistas extranjeros que han viajado y no de un grupo de burócratas en Washington o en la embajada en Bogotá, sale esta conclusión sobre lo atractivo y seguro que es venir al país, en un artículo que además, tiene como imagen de referencia la hermosa zona de Caño Cristales en el departamento del Meta, otro de los que el gobierno gringo pide reconsiderar el viaje.

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Por supuesto que en Colombia hay hechos lamentables que involucran a extranjeros, pero esa no es razón suficiente para que el gobierno de un país crea que tiene la autoridad suficiente para pedir a sus ciudadanos no viajar a los 17 lugares mencionados. ¿O acaso el gobierno de Argentina les pidió a sus compatriotas evitar viajar a Nueva York de ahora en adelante, luego de que cinco argentinos resultaran muertos en un atentado terrorista en noviembre pasado?

Sería antipático e irreal por los intereses que hay de por medio, pero Colombia bien podría decirle a los suyos que no viajen a Estados Unidos por los ataques terroristas o por los tiroteos recurrentes, ahí sí en centros comerciales, escuelas, zonas turísticas o aeropuertos. Y también por el impresionante y nocivo consumo de todo tipo de drogas. “Me parece una buena sugerencia de algo por trabajar”, respondió la ministra de Turismo, María Lorena Gutiérrez, cuando Paola Ochoa le sugirió al gobierno colombiano hacer una lista similar sobre ciudades gringas que deberían evitar los colombianos, por cifras como la de 93 muertos al día por el uso de armas de fuego en ese país.

Pero más allá de esa controversia política y diplomática, soy testigo de primera mano que el país estaba inundado, maravillosamente, de turistas extranjeros, en gran parte por la gran noticia que recibió el mundo de que en Colombia se firmó un acuerdo de paz. En el Eje Cafetero, San Andrés, Santa Marta, Cartagena y Barranquilla, lugares que recorrí el último mes, los acentos locales se mezclaban con los extranjeros por todas partes. Turistas de Estados Unidos, Brasil, Argentina, México, Francia, España, Inglaterra y Australia fueron algunos de los que estaban recorriendo las maravillas del país. Si no me creen, alisten el carro o separen tiquetes de avión y hotel para salir a recorrer Colombia, no solamente se encontrará con gente de todo el mundo, sino con lugares fantásticos.

tayrona

Como canta Calle 13:

“Así que agarra tu maleta

El bulto, los motetes

El equipaje, tu valija

La mochila con todos tus juguetes”

La advertencia xenófoba y de mirada sobre el hombro que hace el Departamento de Estado me anima más a viajar a Arauca, Chocó, Norte de Santander y Cauca. No dejen que se lo cuenten y tengan claro que lo único que tiene que ser prohibido es no viajar por Colombia.

UN PUNTO DE GIRO: Tiene que estar muy tranquilo el alcalde Enrique Peñalosa de que la revocatoria ya no va a prosperar en el Consejo Nacional Electoral, como para atreverse a subir de nuevo el pasaje de Transmilenio, que ya llega a $2.300, $500 más caro que cuando llegó a Liévano.

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