El Cuento

Publicado el ricardogonduq

‘Los bolsonaro’ contra Netflix gay

¿Qué tanto está exagerando Netflix con la utilización de personajes LGBTI en sus series o películas? ¿Es una estrategia publicitaria para que sus producciones den de qué hablar o es un reflejo de nuestra realidad, en la que se hace evidente la diversidad? Las preguntas surgen de la queja de un usuario homofóbico en Instragram -uno de esos ‘bolsonaro’, que como el candidato presidencial de Brasil, prefieren hijos muertos antes que homosexuales- pero sin duda abre la puerta a una discusión sobre la sociedad en que vivimos, los medios de comunicación que consumimos y la educación de los hijos.

Por: Ricardo González Duque

En Twitter: @RicardoGonDuq

Al mismo tiempo que en el mundo de la farándula crecía como espuma la polémica por la elección como señorita España de la transexual Ángela Ponce para que vaya a Miss Universo, desde mi cama frente al televisor observaba con atención cómo en tres series seguidas que vi en Netflix en las últimas semanas, había papeles protagónicos para transgéneros: en La Mantis, La casa de las flores y Secret city. Pensaba, entonces, que el problema en estos dos hechos que ocurrieron simultáneamente no era el de las series, sino el que aún existan reinados con nombres tan pretensiosos como para escoger a la “mujer más bella del universo”.

Cerrada la alusión a la bobería de los concursos de belleza, después de ver las tres series ya mencionadas, me encontré con Élite, el nuevo éxito español de la plataforma. En la historia, ocurre un romance entre dos hombres jóvenes, los personajes que interpretan los actores Omar Ayuso y Arón Piper. Como la serie está recién lanzada en todo el mundo, la estaban promocionando a través de las cuentas en redes sociales y una de las imágenes de la publicidad en Instagram era la de estos dos actores, quienes se miraban muy cerca, a punto de darse un beso. El gesto causó el rechazo de los que llamo ‘bolsonaros’, quien escribió: “Salgan de mi Instagram. No todos en el planeta son gays. Lo están forzando demasiado”.

Netflix, tan creativo para el manejo de su mercadeo en Internet, le respondió a este usuario con varios emoticones seguidos de arcoíris, reconocidos por ser el símbolo gay. Pero más allá de la anécdota que quizá muchos de los que leen ya la habían visto mejor explicada en imágenes, la pregunta que queda es si en serio lo están forzando demasiado en las producciones con tantos personajes homosexuales, si estamos en una “dictadura de los gays” en la que su narrativa permea todo lo que nos rodea o si estos relatos van en  detrimento de valores conservadores y religiosos, que se oponen no solo al amor entre parejas del mismo sexo, sino a la idea de que en esas relaciones se construyan familias. Evidentemente, la opinión del usuario al que Netflix respondió y que se hacía llamar Judas no sé qué, no es la única. De Twitter hice esta selección:

“Me caga que en las series de Netflix siempre pongan escenas Gay nomamen no normalicen ese pedo”

“qué pesados netflix con ese tema no hay serie donde no salga un gay un bi o un Moro nos los quieren meter con embudo”

“Netflix basta de tu maldita inclusión de la comunidad LTBGTHJKLIGDFHJ que mierda tan ladilla que en toda serie debe haber una lesbiana o un marico”

“¿Por qué ahora en todas las series de Netflix debe haber una pareja homosexual?”

“Parce uno no puede ya ver series en familia porque ha le van metiendo la encamada homosexual. Aunque son otros tiempos hay que considerar que aún existen personas que les incomoda el tema.”

“Quisiera ver una serie de netflix SIN que me muestren sexo homosexual crudo…”

Impresiona, sobre todo, ese primer mensaje que acusaba a Netflix por querer “normalizar” las relaciones homosexuales. Viven todavía muchos en la caverna, pensando que son anormales quienes optan por una relación con alguien de su mismo sexo y quieren que quienes expresen ese afecto lo hagan escondidos, bajo un techo y cuatro paredes.

Lo que quieren los ‘bolsonaro’ de los anteriores mensajes de Twitter es tapar el sol con un dedo y que ni Netflix ni otro medio de comunicación den cuenta de la realidad que vivimos en nuestra sociedad. Seguramente, debe ser impactante que en una familia de palestinos haya un hijo homosexual, como ocurre en Élite y que no es muy común que un hijo adolescente deba convivir con su mamá y su papá travesti, como lo muestra La casa de las flores; sin embargo, todas esas representaciones no son inventadas, ni necesitan de la imaginación de los libretistas, sino que están en el día a día de las familias diversas que hoy existen y que muy probablemente están muy cerca de nosotros.

Quizá la productora de televisión por streaming está aprovechando el tabú que ha existido en el mundo con este tipo de manifestaciones de afecto para ganar visualizaciones, para dar de qué hablar y que como siempre ocurre, lograr que lo prohibido sea lo más apetecido. Pero a la vez, lo que está haciendo Netflix es abrirle la puerta a otros que vienen atrás y que tendrán que ser menos hipócritas a la hora de crear contenidos o hacer publicidad. Seguramente las barreras con las que se han encontrado son difíciles, pero cada vez lo serán menos.

En cuando a publicidad, en Colombia hace un año hubo un rechazo inmenso que describí en este blog con la entrada ¿Bancolombia homosexual? y que demostró lo difícil que es hacer materiales con mensajes incluyentes, dado el boicot que hubo contra el banco por publicar un cartel con dos hombres y un perro, acompañados del letrero “es el momento de las nuevas familias”. Los más conservadores llegaron al punto de querer cerrar sus cuentas en esa entidad.

En el caso de la televisión abierta en comparación con Netflix, el caso es más complicado. Empezando porque como lo dice su nombre, señales como las de Caracol, RCN, Canal Capital, Teleantioquia, Telecafé, etc, son de libre acceso y no tienen restricción para ser vistas. Por lo tanto, escenas de violencia extrema o de sexo explícito, generalmente están restringidas en horarios en los que haya menores de edad viendo televisión.

Sin embargo, el precedente que está dejando Netflix con sus series y personajes -que a diferencia de la TV abierta puede ser filtrada para evitar que los niños vean algunos contenidos- seguramente llevará a que más temprano que tarde veamos en esas señales abiertas noviazgos entre dos hombres, matrimonios entre dos mujeres, la intención de adoptar de dos transgéneros, o cualquier otro tipo de relación entre LGBTI, porque será el reflejo de nuestra sociedad, así a los ‘bolsonaro’ no les guste.

UN PUNTO DE GIRO: A propósito de las recientes marchas de estudiantes para pedir aumento en la financiación de las universidades públicas, ¿en qué momento un grafiti deja de ser parte de la libertad de expresión para convertirse en vandalismo? Lo que ocurrió contra RCN Radio, Transmilenio y el MIO es inaceptable, pero no puede terminar estigmatizando ni a los estudiantes ni a los grafiteros del país.

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