Por: Ricardo González Duque – @RicardoGonDuq

Un plan para tumbar al presidente de Colombia, armado por alguien que estuvo en su Gobierno y que involucraría a Estados Unidos. Un atentado contra un precandidato presidencial de oposición, que pudo haber sido ordenado por la mafia internacional con participación de disidentes colombianos y narcos ecuatorianos. Y un viaje sin explicación del presidente colombiano a la ciudad de Manta, Ecuador.

Estos tres macro hechos hacen parte de la trama del thriller político de los últimos dos meses, que estamos viviendo en vivo y en directo en Colombia, como antesala de una campaña presidencial que se anticipa convulsa.

El ambiente enrarecido que se ha creado por esta mezcla de información ha llevado a que la conspiración se haya tomado la política colombiana y cada cual está organizando su narrativa como más le conviene.

A los candidatos presidenciales Vicky Dávila y Miguel Uribe los acusan de estar incluidos en el plan del excanciller Álvaro Leyva para sacar a la fuerza de su cargo al presidente Gustavo Petro, con la participación de los gringos, grupos armados y líderes gremiales.

También hay quienes afirman que el atentado contra Miguel Uribe Turbay, el 7 de junio pasado en Bogotá, fue parte del plan para hacerle un golpe de Estado al presidente Petro.

Mientras que, por otro lado, a Petro lo señalan de planear el atentado contra Miguel Uribe junto al narco ecuatoriano alias “Fito”, recientemente capturado en su país.

Revisemos los hechos.

Primer hecho: a los paranoicos también los persiguen

El presidente Petro varias veces ha dicho que le quieren dar un golpe para sacarlo del poder y, hasta ahora, esas habían sido teorías poco creíbles o delirios de persecución en reacción a actuaciones judiciales, movidas políticas o publicaciones periodísticas. Ataques sí, pero no intentos por tumbarlo.

Solo hasta que el domingo pasado el diario El País publicó los audios del excanciller Álvaro Leyva es que conocimos por primera vez evidencias concretas de un plan político, económico y criminal por querer tumbar a Petro. Que lo esté planeando un “viejo de 82 años”, como excusan muchos para quitarle gravedad al hecho, no implica que no se fuera a ejecutar.

Se dice que el excanciller Álvaro Leyva, ofendido por no haber sido nombrado en otro cargo después de su salida obligada por una suspensión de la Procuraduría, se dedicó a planear el golpe contra Petro y para eso buscó el apoyo de los gringos, desde asesores del gobierno Trump hasta congresistas republicanos que odian cualquier cosa que huela a izquierda.

El periodista Juan Diego Quesada, que publicó los audios en El País, aseguró que está “100 por cien documentado” la reunión con los republicanos Mario Díaz-Balart y Carlos Giménez. Y aunque esos congresistas gringos niegan su participación en el plan y dicen que les “causa risa” la denuncia, no negaron encuentros o acercamientos con Leyva. La versión de su participación en el plan es creíble, teniendo en cuenta el largo historial de los gringos por desestabilizar o tumbar gobiernos de izquierda en Latinoamérica.

Pero no solo son audios, el periódico El País también tiene testimonios de personas que se reunieron con Leyva quienes detallan las intenciones del excanciller: “Nos dijo que tenía todas las herramientas para ejecutar un plan y sacarlo. Su lugar lo ocuparía Francia Márquez (…) La ayuda de los americanos era muy importante”.

En los audios, Leyva menciona varios nombres, entre ellos los de los precandidatos presidenciales de la derecha Vicky Dávila y Miguel Uribe, aunque parecen ser solo ideas al aire y no una participación concreta de ambos políticos. O por lo menos así lo deja ver en la minientrevista que la periodista-candidata Dávila le hizo al excanciller para intentar limpiar su nombre.

En esa conversación, Leyva solo apunta a decir que él “no es golpista”, pero no niega sus planes con los gringos y con grupos armados ilegales. “Hay que sacar a ese tipo. Ese tipo presidiendo las elecciones (…) Eso no puede suceder sino con un gran acuerdo nacional en donde tiene que estar, ELN, los del Clan del Golfo. (…) Yo he hablado con los gremios más importantes (…). Es que aquí han venido los del Clan del Golfo”, es otra de las frases que se le escucha decir a Leyva.

El excanciller no aclara en su minientrevista con Dávila los acercamientos con el Clan del Golfo o el ELN y su pasado permite creer que es posible que estuviera organizando un complot con grupos ilegales contra un presidente, como lo hizo contra Samper en los años 90 y recientemente en 2014 como emisario del candidato uribista Óscar Iván Zuluaga para que las Farc negociaran con ellos y no con el entonces presidente Santos.

Así que las dudas sobre un plan para tumbar al presidente Petro, orquestado por Leyva y con la participación de los gringos y grupos armados ilegales, aún están lejos de ser aclaradas.

Segundo hecho: ¿Quién y para qué ordenaron el atentado contra Miguel Uribe?

Desde que ocurrió el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, se han intentado construir varias hipótesis para señalar al presidente Petro como uno de los autores intelectuales del atentado.

La inicial apuntaba a que el joven sicario era un petrista radical, incluso de primera línea, que había disparado alentado por un discurso de odio promovido contra el senador uribista. Muy rápidamente se resolvió que él actuó por fines económicos y que detrás suyo había una estructura criminal sofisticada.

En otro intento por establecer la relación entre Petro y el atentado, la semana pasada los abogados de Uribe Turbay presentaron una demanda contra el presidente señalándolo de “hostigamiento” por más de cuarenta trinos que, en medio de su ejercicio político, publicó el presidente contra el líder opositor.

Según la demanda, con esas publicaciones Petro creó un ambiente hostil que propició el atentado, aunque el mismo abogado que presentó la denuncia ampliamente difundida en los medios, aclaró que eso no significaba que estuvieran responsabilizando al mandatario del lamentable hecho.

El atentado contra Uribe Turbay ha servido para aprovechamiento político no solamente desde la derecha que lanza su dedo acusador a Petro, sino también del mismo Gobierno. Tanto el presidente como su ministro del Interior, Armando Benedetti, han dicho que después del senador, ellos han sido los más afectados con el atentado que, según la hipótesis que manejan, buscaba desestabilizar al Gobierno.

La teoría fue recogida de forma aún más radical por el precandidato presidencial y exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, quien primero dijo que el atentado había sido organizado por el Clan del Golfo para beneficiar a Vicky Dávila.

Y en un trino reciente, combinó los dos macro hechos al afirmar que las grabaciones a Álvaro Leyva probaban que el atentado a Miguel Uribe hacía parte del plan para intentar tumbar a Petro de la Presidencia, una interpretación que desmintió el periodista que escribió la nota para el periódico El País.

Lo cierto es que sobre el atentado a Uribe Turbay hay pocas certezas aún, pero “la pista Caquetá” es la hipótesis que más fuerza ha tomado desde la Fiscalía. Esto es que desde este departamento vino la orden de alguna de las dos disidencias de las Farc que se disputan ese territorio, las de los “ivanes”: Iván Mordisco o Iván Márquez.

Aunque esta la hipótesis que hoy cobra más fuerza, inicialmente los reflectores de la investigación se habían puesto en Ecuador por una filtración que publicó el periódico El Tiempo, según la cual quien organizó el atentado en el barrio Modelia, conocido con el alias de “El Costeño”, recibía órdenes de alguien en Ecuador llamado “El Churco”, de quien se especuló, aún sin pruebas concretas, que también habría estado detrás del atentado contra el excandidato presidencial de ese país, Fernando Villavicencio.

Tercer hecho: Manta y la opacidad de la agenda de Petro que alimenta teorías conspirativas

El más reciente intento por vincular directamente al presidente Petro como responsable del atentado a Miguel Uribe Turbay se dio por otra combinación de sucesos: la mención sobre “El Churco”, las entrevistas que dio la hija del excandidato Villavicencio a medios colombianos y el misterio frente al viaje de Petro a la posesión de Daniel Noboa a final de mayo pasado.

El viaje del presidente Petro a la ciudad costera de Manta, Ecuador, que no fue informado y que después se hizo pasar como parte de su “agenda privada”; ha servido como especulación para afirmar que el presidente colombiano se reunió en esta región ecuatoriana con el narco alias “Fito” para planear el atentado contra el senador opositor.

La teoría de una alianza criminal trasnacional de izquierda para quitarles la vida a políticos de derecha, se ha alimentado con declaraciones como las que dio Amanda Villaviencio, hija del candidato asesinado, en Blu Radio.

Hay un escenario de responsabilidades políticas (…) Vemos cómo las tiendas políticas (partidos) que han tenido vinculaciones con el crimen organizado, se declaran como víctimas. En el caso de Ecuador a los pocos minutos del asesinato de mi padre el correísmo se declaraba como víctima del crimen y vemos también a Petro diciendo que él es quien va a pagar los platos rotos”, dijo la hija del candidato al hablar de las similitudes que según ella había en los atentados contra su padre y contra el senador uribista.

Esta declaración sirvió de insumo, además, para que el opinador Mauricio Vargas afirmara en El Tiempo que el presidente Petro debía despejar “inquietantes dudas” sobre su viaje a Manta, Ecuador. Una publicación que en las últimas horas impulsó aún más la teoría conspirativa de la supuesta responsabilidad de Petro en el ataque contra Uribe Turbay.

Sobre la permanencia del presidente en una casa de esta ciudad, se han ventilado otras teorías relacionadas con su supuesta adicción, sobre reuniones con alias “Fito”, no para atentar contra Miguel Uribe, sino para que le ayudara a tener acercamientos de paz con las disidencias; y sobre reuniones secretas con líderes opositores de Ecuador. Pero nada está probado.

Al turbulento cúmulo de teorías se le sumó una información publicada por Noticias Uno, según la cual el narco alias “Fito” envió una carta a la embajada colombiana en Ecuador para que el gobierno Petro sirviera como mediador para su entrega, lo que fue desmentido por los gobiernos de los dos países. Y aunque la carta existió, la Cancillería en Colombia aclaró que nunca se comprobó su autenticidad y que en ningún caso se hicieron gestiones relacionadas con este narcotraficante.

La supuesta reunión de Petro con “Fito” fue desmentida por la Casa de Nariño en un comunicado y por el presidente en su cuenta de Twitter, en la que dijo que la acusación era una “leyvada más” -en referencia a Álvaro Leyva- y hacer parte de las que llamó “falsedades de la extrema derecha”.

No hay evidencias, entonces, que apunten a que la “agenda privada” en la que estuvo el presidente colombiano entre el 24 y el 26 de mayo esté relacionada con un encuentro con el criminal ecuatoriano para planear el atentado contra Miguel Uribe. Sin embargo, como ha sido habitual en la escasa información que se entrega desde la Presidencia, no se entregaron más detalles sobre la actividad de Petro esos días, lo cual ayuda a alimentar la teoría conspirativa.

Así las cosas, frente a estos tres macro hechos del thriller político que hemos vivido en Colombia durante estos días:

1 -Es urgente que la Fiscalía llama a declarar a Álvaro Leyva para que responda por sus planes de golpe Estado contra el presidente Petro y diga quiénes realmente están involucrados.

2 -Se hace necesario que avance la investigación por el atentado contra Miguel Uribe para determinar si la responsabilidad apunta solo a las disidencias de las Farc o hay grupos políticos y bandas criminales extranjeras involucradas.

Y 3 -Deben cesar las teorías conspirativas sobre el viaje de Petro a Manta, salvo que exista una evidencia concreta, y no especulaciones, sobre la actividad del presidente en esta ciudad.

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