Detrás de Interbolsa

Publicado el Alberto Donadio

Clientes de Interbolsa Curazao podrían perder más del 70 por ciento

Una circular en inglés recibieron los clientes de un fondo de Interbolsa en Curazao, el Premium Capital Appreciation Fund. Fechada el 8 de noviembre, la circular informa que el fondo tenía 174 millones de dólares a 31 de octubre, es decir, más de 300 mil millones de pesos. El fondo era dueño de acciones de Interbolsa por valor de 7.7 millones de dólares. Esa parte se puede dar por perdida pues es dudoso que la acción de Interbolsa recupere valor. Ya algunos accionistas de Interbolsa dijeron en la revista Dinero que ellos perdieron su inversión en la compañía. La circular no dice que esa suma se perdió sino que es imposible avaluar las acciones. Luego hay otra pérdida casi segura: 4.7 millones de dólares de un repo sobre esas mismas acciones. La circular pronostica que Interbolsa no va a poder cumplir sus obligaciones sobre ese dinero. Otra pérdida más: 14.6 millones de dólares que se le prestaron a Interbolsa o cuyo pago lo garantizaba Interbolsa. También se esfumaron.

El fondo tiene prestados 113 millones de dólares a empresas y a particulares en Colombia. De ese total, 37 millones de dólares se le prestaron a terceros que tienen grandes paquetes de acciones de Fabricato. La circular confiesa que va a ser difícil conseguir que paguen la totalidad de la deuda.

Falta lo peor: el portafolio incluye un repo (o deuda) de acciones de Fabricato por valor de 61.2 millones de dólares. Si las acciones de Fabricato se venden a menos de 36 pesos, el fondo pierde plata. Si las acciones de Fabricato se calculan a cero pesos, el fondo de Curazao perdería los 61.2 millones de dólares. Hay una frase que llama la atención en la circular: «Fabricato es una empresa viable, sana». El que conoce las pérdidas de Fabricato, el pasivo pensional, la crisis de las textileras, sabe que la realidad es otra.

Entonces, el fondo de Curazao tiene definitivamente perdidos 27 millones de dólares, posiblemente perdidos otros 37 millones, es decir, US$ 64 millones. Y si se pierden los otros US$61.2 comprometidos en Fabricato, la pérdida total sería de US$125.2 millones de dólares. En resumen una pérdida del 71 por ciento sobre el valor total del portafolio. Pero la circular afirma que la «pérdida máxima» sería del 35 por ciento, o US$59.3 millones de dólares, tal vez para dorar la píldora. El texto de la circular aparece en www.premiumcapitalfunds.com.

Lo que revela la circular es cómo las maniobras con acciones de Fabricato contaminaron no solamente a Interbolsa como sociedad comisionista que se quebró precisamente por esas piruetas financieras, sino que se extienden por lo menos a uno de los fondos que ofrecía Interbolsa a sus clientes. Ahora falta por saber quiénes son los clientes colombianos que le deben US$ 37 millones al fondo y que podrían no estar en condiciones de pagar por sus enredos con Fabricato. Si alguien tiene la lista que por favor nos la envíe para divulgarla aquí.

No se culpe

He hablado con algunos clientes de Interbolsa desde que la firma se reventó. Están nerviosos, preocupados, estresados, como es lógico. Pero no se culpen. Ustedes no fueron imprudentes. No invirtieron a sabiendas en una pirámide. Fueron engañados, que es otra cosa. Los encargados de manejar sus inversiones con prudencia las manejaron irresponsablemente. Los encargados de vigilar no vigilaron adecuadamente. Poco a poco se irán conociendo más responsabilidades.

El origen de la crisis

Gracias a la revista Dinero, ya se sabe por qué se reventó Interbolsa. La firma financió sin límite a un italiano llamado Alessandro Corridori, que se convirtió en el principal accionista de Fabricato. Le ayudaron y lo apoyaron a costa de poner en peligro a los demás clientes, a los otros 50,000 clientes de Interbolsa. ¿Quién es Corridori? Hace unos seis o siete años, podría ser más o menos, no lo recuerdo, tuve el honor, lo digo entre comillas, de conocer a Corridori en Bucaramanga. Era un italiano de unos treinta y pico años, decía que había llegado a Bucaramanga porque en Italia había conocido a una bumanguesa que trabajaba allá y que se habían regresado a la tierra de su novia o esposa. El tipo sabía de acciones. No se puede decir que era Soros, pero conocía el tema. Me pareció un italiano varado, que no sabía bien qué iba a hacer, lo que se llama un tipo desubicado. No tenía trabajo fijo, no parecía tener mucha plata, creo que no tenía carro.

Hablando ahora con otras personas que lo trataron en Bucaramanga todos están asombrados y aterrados de pensar que el personaje más o menos inofensivo e insignificante que accidentalmente conocieron hubiera demostrado esos alcances. Alguien recordó que Alessandro Corridori decía que tenía en Italia una mansión y carros BMW, pero en Bucaramanga vivió en la casa de la suegra y luego en un modesto apartamento del centro, en la calle 34 con carrera 20. Después de haberlo conocido en un restaurante, un día pasado el tiempo volví a preguntar por él y me dijeron que se había ido, pero nadie sabía para dónde. Pensé que se había regresado a Italia. Pero evidentemente estaba comprando acciones de Fabricato con plata de ustedes los clientes de Interbolsa.

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