Detrás de Interbolsa

Publicado el Alberto Donadio

'Arabia tuvo el valor'

Tomado de El Espectador:—–Los ‘yuppies’ de Interbolsa

El vicepresidente financiero de Interbolsa, Jorge Arabia Watemberg, un ejecutivo de 45 años de edad, sufrió un golpe moral que lo llevó no sólo a convertirse en el principal colaborador de la justicia sino también a escribir una carta.
Por: María Elvira Bonilla
La redactó con la fuerza y la sinceridad de quien ha tocado fondo y se la envió a sus amigos y a sus parientes en Cali, donde tiene sus raíces en una familia reconocida y respetable. Fue una especie de catarsis personal que materializó una vez concluyó una larga diligencia en la Fiscalía el pasado mes de septiembre, en la que aportó pruebas con las que busca que la justicia pueda develar el complicado entramado que derivó en la debacle financiera, logre castigar a los responsables y recuperar recursos para asegurar la reparación completa de las víctimas que resultaron estafadas.
Arabia revela el infierno individual y colectivo en que puede convertirse la vida de un grupo de directivos enceguecidos por la ambición, el poder, las ansias de dinero y el éxito, como el que se vivía en Interbolsa. Aprendido de las compañías financieras y corporaciones norteamericanas y calcadas a Colombia donde gobierna la cultura yuppie, (young urban profesionals) que cabalga por la economía del mundo. Independientemente de lo valiosa que pueda resultar su colaboración con la justicia, Jorge Arabia tuvo el valor de mostrar las entrañas de una compañía “donde el fin justificaba los medios y el fin era el lucro y la riqueza de pocos a costa de muchos (…). En donde las prioridades eran más riqueza y más poder”.
Mostró en concreto cómo actúan los yuppies criollos, caricaturas de Wall Street, quienes, como Tomás Jaramillo, Juan Carlos Ortiz y su combo, disfrutaban de lujos y excesos a costa de los ahorros ajenos. Los socios mayoritarios y cabezas del grupo Interbolsa, Rodrigo Jaramillo y Víctor Maldonado, se ocupaban de las relaciones con el poder para mantener una empresa que se carcomía por dentro. “Hasta que la vida se hartó de los excesos míos y de Interbolsa. Y viene la quiebra y el desplome. ¡Totalmente merecido, sin duda! La cultura de irresponsabilidad y soberbia que dominaba la compañía era demasiado fuerte y este tipo de conductas jamás prosperarán”.
En Colombia se ha ido formando esa casta de yuppies. Individualistas, ambiciosos y arrogantes, quienes enceguecidos por la codicia viven en nubes de irrealidad respecto del común de los mortales, a quienes miran con suficiencia, apuntalados por una forma de existencia común a las élites del sector financiero del mundo. Atrapados en una espiral de aspiraciones ilimitada que se vuelve el alimento de los comportamientos inmorales e ilegales dentro de compañías como Interbolsa.
Arabia termina invitando “a los jóvenes, empresarios y ejecutivos de Colombia a redefinir sus principios de vida donde la humildad, la honestidad y la generosidad sean de verdad la fuerza impulsora de sus vidas y que esto les permita un equilibrio en sus vidas personales, profesionales, familiares y espirituales. Así llegará la felicidad y la verdadera razón de vivir paralelamente con la directa contribución para construir un mejor país”. Ojalá tengo eco entre sus colegas y algún día la realidad del país los conmueva más allá de suscribir la campaña del “Soy Capaz”.

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