Desde el fogón

Publicado el Maritornes

La riqueza de la complejidad

Ellos, nosotros. Allá, acá. Antes, ahora. Un partido, el opuesto. Una ideología, la contraria. Una costumbre, la otra. Por todas partes parecen brotar cercas mentales destinadas a dividir en dos todos los ámbitos del mundo, a reducir a blanco y negro la riqueza cromática de la vida.

Finalmente, la necesidad de limitar a dos casillas la infinidad de combinaciones posibles entre ideas fluidas que se entrecruzan y evolucionan puede provenir de una imperdonable pereza mental que prefiere simplificar y reducir con tal de no tener que mirar la realidad en tonos y matices. Atrincherarse en una idea simple y fija es negar la espiral ascendente que surge de enriquecernos con la conciliación y es prescindir del proceso creativo que ocurre cuando se derriban las categorías para poder ponerse en los zapatos del otro. Y así, entre dos fuerzas en oposición que en innumerables instancias se configuran como únicas alternativas se forma un remolino que nos atrapa y nos impide navegar juntos hacia alguna desembocadura.

La vida es complejidad. Todos los culpables tienen algo de inocentes, todos los inocentes algo de culpables. Todos los que aciertan se equivocan y todos los que se equivocan son capaces de acertar. Nadie tiene la última palabra. Maritornes no trata de exaltar un fangoso relativismo en el que nada está ni bien ni mal, pero le inquietan los maniqueísmos actuales, los liderazgos que se basan en satanizar al contrario, las relaciones rotas, las condenas inexorables y la que parece ser una necesidad omnipresente de rotularse y de rotular en categorías inamovibles.

Abandonar las trincheras pasa por un diálogo que surja de un verdadero interés por escuchar y una determinación que hoy en día se hace cada vez más difícil para no afiliarse a bandos y para no clasificar a los demás en un imaginario bando contrario.      Tenemos, desde luego, derecho a nuestras convicciones, pero para no quedar inexorablemente enemistados los “unos” de los “otros”, tenemos que hacer un esfuerzo conjunto y decidido por salir del remolino de la simplificación, y acoger la riqueza de la complejidad.

 

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