Desde el fogón

Publicado el Maritornes

El insoportable dolor de los niños

La corriente de los acontecimientos corre demasiado caudalosa y veloz para apreciar las noticias apremiantes. En particular una oscura y maligna realidad requiere con urgencia ser sacada de la corriente pantanosa y erigida en un lugar visible donde pueda despertar conciencias.

En Colombia las personas que día a día conocen esa cruenta realidad califican casi al unísono como “aterradora” la frecuencia del maltrato infantil que incluye, desde luego, el abuso sexual y que no conoce límites de edad de los niños. Bien sabemos por las noticias hasta de abuso sexual a bebés de tres meses.

Maritornes se imagina un día nacional de luto, un día en que callen los campanarios, los músicos dejen de tocar, las voces dejen de cantar y los maestros de enseñar, en que los campos se queden sin cosechar y los asuntos sin atender; un día en que caminemos penitentes y silenciosos por las calles, avergonzados y con la cabeza gacha, en un duelo sin distingos políticos, ni regionales ni de clase; un día en que en vez de vociferar nuestros desacuerdos nos juremos en un silencio solemne y sagrado atender la necesidad inaplazable de proteger a todos nuestros niños.

¿De qué podemos legítimamente sentirnos orgullosos cuando llevamos a cuestas —no del todo indiferentes pero sí carentes de la determinación requerida— semejante ignominia? Maritornes se pregunta si Colombia será capaz de producir algún día un dirigente lo suficientemente decidido para aglutinar a este país disperso y dividido alrededor de las causas inaplazables, como que todos los niños sean protegidos en su derecho a sonreír, a jugar en la calle y a acostarse sin hambre y sin miedo. Urge escarbar el alma nacional no tanto para inventar y alargar castigos sino para empezar a abonarla con acciones regidas por verbos como “proteger”, “sanar”, “reconstruir”, “acompañar”, “apoyar”, “enseñar”, “entender” y “amar”; quizás así abonado pueda prosperar un árbol que eche ramas al cielo y cuyos frutos no sean el dolor de los niños.

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