De ti habla la historia

Publicado el detihablalahistoria

Fútbol bogotano en el 2012: 2.600 metros más cerca de las ESTRELLAS

Por: Rafael Jaramillo Racines

Foto: Archivo El Espectador

campeones2012a8f7ea6a0d44d97f9ee2fa35f52b8f33

¿La felicidad? A ella la conocen Millonarios y Santafe. Dos instituciones que después de una larga espera se encuentran con el éxito en un año mágico en el cual pareciera que los astros se hubieran alineado para alcanzar el sueño de alcanzar una estrella. Porque eso fue el 2012 para los cardenales como para los embajadores: Un año feliz

Julio sería el cierre del primer semestre de 2012 pero también fue la apoteosis de los cardenales. Lasequía de 37 años llegaba a su fin y la alegría configuró un particular  cuadro de llanto y sonrisas en el pueblo santafereño. La “tienda roja” llegaba al éxtasis.

Pero ese título, la séptima estrella, no hubiera sido posible de no haber tenido una generación de dirigentes que tuvieran una idea diferente de lo que es el fútbol. Y es que en el cuadro albirrojo se tuvo que cambiar hasta de la forma de mirar el fútbol, rompiendo con los esquemas tradicionales que encasillaban la personalidad futbolística del cuadro albirrojo como un equipo guapo, de coraje, que no se rendía en la cancha hasta el último minuto.

En alguna ocasión Hernán Darío Gómez al referirse al “giro conceptual” del Santafe anotaba que éste se produce en el momento en que el estilo futbolístico cambia con la llegada de un jugador como Omar Pérez quien con su fútbol de talento impuso unas maneras, unas formas futbolísticas que le imprimían al juego albirrojo una chapa de equipo serio, de calidad, de técnica individual, aspectos que se salían del molde habitual de aquel equipo que se conocía por su estilo de “guerrero suicida”.

Frente a la “pelota de punta y para arriba” surge la alternativa de la “pelota al piso”, ampliando así el repertorio, así como los argumentos futbolísticos para vencer al contrario. Además la llegada de jugadores con técnica permiten que ese nuevo credo futbolístico se convierta en una nueva filosofía que, aunada a la llegada de una camada de buenos jugadores provenientes de las divisiones inferiores del club, poco a poco cautivaría el paladar del hincha cardenal.

La llegada de Wilson Gutiérrez, un hombre de la casa, fue fundamental. Conocedor de la entraña cardenal paso a paso conduce al grupo santafereño hasta las instancias finales logrando la ansiada séptima estrella. La estrella que más le costó a Santafe a lo largo de toda su historia deportiva.

El Torneo Clausura proyectó de entrada a los Embajadores con tres victorias en línea para comandar con propiedad la tabla de posiciones. El ejemplo de los albirrojos había servido de acicate para romper un hechizo de 24 años.

Lo único cierto es que el proceso de Millonarios tuvo un giro de 180 grados con el cambio de técnico en su nueva aventura futbolística. Algo iba del venezolano Richard Páez al ibaguereño Hernán Torres.

La llegada de Torres significó un nuevo aire para la institución albiazul. Su labor en el Itagüí F.C. fue reconocida por la dirigencia de Millonarios, depositando en él la confianza de comandar el proyecto de una institución urgida de un viraje en su rumbo deportivo.  Hernán Torres entonces asume el comando de la entidad embajadora teniendo como premisas básicas algunos conceptos claves, necesarios para el éxito futbolístico. De ahí que lo primero que busca es consolidar un esquema de juego utilizando los jugadores donde mejor rindan. Una vez conseguido este primer objetivo tratar de lograr el rendimiento perfecto exigiendo la mayor entrega de sus dirigidos. Su labor no paraba ahí. Era importante también lograr que hombres que venían precedidos de cierta baja en su nivel futbolístico encontraran el escenario adecuado para adquirir una confianza en sus capacidades técnicas en beneficio del proyecto Millonarios 2012. Es así como en esa tónica  entra un jugador de la riqueza técnico futbolística como Harrison Otálvaro quien experimenta una metamorfosis en su juego aportando a lo largo del torneo su talento y jerarquía en los momentos claves cuando se requiere del temple y carácter suficiente para “sacar el barco adelante”. En ese sentido el “profe” Torres  acierta recuperando para el fútbol un hombre que estaba destinado a pasar sin mayor trascendencia su tránsito por el mundo de la pelota.

Toda esta conjunción de elementos permite consolidar  un grupo humano que, a juicio de Hernán Torres, tiene “la cabeza puesta”. El colectivo se compenetró con el mensaje y a fe que lo logró a la perfección, asumiendo un compromiso que no solo se limitó al “deber laboral”, en el sentido de cumplir con las obligaciones institucionales, sino que se extendió al respeto con el más directo responsable del grupo, cual era el cuerpo técnico, además de responder a la confianza de dirigentes, hinchada y, ¿por qué no decirlo?, la ciudad misma frente a la cual se asumió un sentido de pertenencia.

Los triunfos de Santafe y de Millonarios no son triunfos aislados. Son triunfos de una ciudad que ha tenido la paciencia de saberlos esperar; que los ha ido fraguando desde hace un buen tiempo y que ha recuperado el prestigio futbolístico de otras épocas. Ya lo veníamos viendo con los logros de Equidad, Santafé y Millonarios en la Copa Colombia o Copa Postobón. Con las participaciones a nivel internacional se ha venido consolidando un proceso de inserción en las grandes ligas del fútbol, sobre todo en la Copa Sudamericana, en donde se llegó a asumir con seriedad este compromiso llegando a instancias importantes, como sucedió con el mismo Club Embajador en el 2012, el cual llegó hasta semifinales, siendo eliminado por el club Tigre de Argentina, aunque derrochando vergüenza deportiva hasta último momento, siempre pensando en dejarlo todo en la cancha, sin escatimar esfuerzos. 2013 deparará para el fútbol bogotano el aroma del fútbol de Copa Libertadores, en donde dos campeones del 2012, Santafe y Millonarios, aspirarán a sitiales de honor, tratando de recuperar para el futbol colombiano un prestigio que en los últimos años ha sido un poco deslucido por las opacas presentaciones de los participantes colombianos  en este gran evento de clubes.

Puede decirse entonces que el meridiano del fútbol colombiano vuelve a Bogotá. El fútbol de años anteriores tenía su epicentro en otros puntos de la geografía nacional. Cali, Medellín, Barranquilla han sido en su momento puntos de convergencia del movimiento futbolístico nacional. Ahora parece tomar ese bastón de mando el fútbol de la capital de la república de Colombia, Bogotá.

Lo anterior nos sirve de base para afirmar una tendencia que se ha venido observando en el último tiempo en el país. Se trata de la configuración de un “eje futbolístico” a nivel competitivo entre el “altiplano cundiboyacense”, conformado por cinco equipos –Millonarios, Santafe, Equidad, Chicó y Patriotas-  y la “zona antioqueña”, la cual cuenta con cuatro equipos representantes de esa importante región del país –Nacional, Medellín, Envigado e Itagüí-. Este “hinterland futbolístico” presenta ventajas competitivas en relación a otras regiones que componen el universo futbolístico nacional. Las facilidades de desplazamiento son notorias en relación a los otros equipos de las demás ciudades del país. Los equipos de Bogotá -Equidad, Millonarios y Santafe- por ejemplo, tienen, eventualmente, dos partidos adicionales en su propia ciudad sede, factor competitivo que les está dando un “plus” de ventaja en cuanto a logística de traslado cuando se trata de jugar partidos de visitante. Fuera de eso cuentan con dos “rivales de patio” –Chicó y Patriotas- los cuales residen en la ciudad de Tunja, situada a una hora y media de Bogotá, desplazamiento que se realiza por una moderna carretera.

Este fortalecimiento futbolístico del eje Bogotá-Medellín está también sustentado en las grandes dinámicas económicas y sociales que se desarrollan en esa gran zona geográfica. Bogotá, por ejemplo, produce el 30% del  producto interno bruto (PIB) del país. La existencia de grandes capitales permite la conformación de equipos con nóminas lo suficientemente competitivas como para pelear puestos de importancia en el rentado nacional. Otras variables como niveles de ingresos, población, capacidad adquisitiva, seguridad, nos muestran un cuadro propicio para que el fútbol encuentre un mercado de grandes incidencias en la economía de esas ciudades.

Radio, canales de televisión, periódicos, revistas, fotos, afiches, publicidad y una gran actividad periodística hacen pensar en una nueva bonanza futbolística en el ámbito de ese eje Bogotá-Medellín. Podemos hablar entonces de la entrada del fútbol, sobretodo en esta zona geográfica, al gran merchandising. Para no ir muy lejos baste decir que la taquilla registrada en la última final del fútbol entre Millonarios y Medellín en Bogotá fue de alrededor de cuatro mil millones de pesos.

Estos nueve equipos situados en esta área geográfica gozan de una ventaja competitiva sin precedentes en la historia del fútbol colombiano. Para muestra un  botón. Los campeones de los dos últimos años son los siguientes: 2011 Torneo I: Nacional. Torneo II: Junior. 2012 Torneo I: Santafe. Torneo II: Millonarios. Esta tendencia es muy factible que continúe dadas las pautas que en este sentido se observan en el desarrollo del fútbol en Colombia. Un proceso de centralización en una gran área regional conformada por el Altiplano Cundiboyacense y la Zona Antioqueña, las cuales suman en la actualidad el 50% de los equipos del rentado de la primera A en el fútbol colombiano. Un fenómeno inverso al de países del sur del continente como Argentina y Brasil a comienzos del siglo XX cuando el fútbol emergía como espectáculo de masas en ciudades como Buenos Aires, Río y Sao Paulo para luego expandirse a las distintas regiones perdiendo esa centralidad que lo caracterizó desde un comienzo.

Pero esta hegemonía de los equipos ubicados en el eje Bogotá-Medellín se desarrolla en detrimento de las regiones periféricas. El panorama del fútbol en Colombia presenta en el oriente un equipo, Cúcuta, de la ciudad de su nombre y Alianza Petrolera que no tiene definido qué ciudad representar ya que en principio jugará en Yopal, Casanare, y luego en Floridablanca, Santander. El centro occidente un solo equipo, Deportivo Cali; el sur occidente el Pasto; la zona cafetera el Quindio y el Once Caldas; el Tolima Grande dos equipos, el Tolima y el Huila y la región costeña caribeña con la representación de un equipo que prácticamente es el emblema de una ciudad, Barranquilla, financiado por el grupo Char, grandes empresarios de la firma Olímpica.

Millonarios y Santafe fueron los equipos más vistos en la televisión el año pasado. Según datos de Directv Millonarios se convirtió en el equipo más visto a través de la televisión cerrada en la liga Postobón en el primer semestre; Santafe ocupó el segundo lugar. El fútbol bogotano tuvo un año espléndido y la afición, el hincha está feliz. Es el pasaporte a la ilusión, a la oportunidad para ver a los grandes del continente. El acceso a las ligas mayores del fútbol internacional demanda otro aroma, otro perfume. Bogotá reclama su categoría de ciudad futbolera. Las estrellas están más cerca. ¡A preparase para vestir las mejores galas para esta nueva época del fútbol capitalino!

Sociólogo Universidad Nacional. Investigador  e historiador. Miembro de la Asociación Colombiana  de Investigación y Estudios Sociales del Deporte

Comentarios