En Colombia las encuestas electorales son como trajes. Se pueden confeccionar a la medida y al gusto de lo que el cliente quiera saber. Y si a uno no le gustan ni el sastre ni el vestido, pues va con otro.
En Colombia las encuestas electorales son como trajes. Se pueden confeccionar a la medida y al gusto de lo que el cliente quiera saber. Y si a uno no le gustan ni el sastre ni el vestido, pues va con otro.

Para una encuesta, otra encuesta… y así.
La encuesta del Centro Nacional de Consultoría (puede descargarla aquí con su ficha técnica), fue contratada por amigos de la campaña del candidato Miguel Uribe Londoño: 2.140 encuestados en 57 municipios colombianos. “Según contó La W, ´la encuesta fue solicitada por la campaña de Miguel Uribe Londoño y pagada por una empresa afín a la campaña´, dijo el periodista Juan Pablo Calvás”, dice La Silla Vacía.
Lo raro es que nadie en el uribismo se ha referido a la encuesta, ni siquiera el candidato Miguel Uribe Londoño, quien sale tan bien parado en la misma que al día siguiente ya estaba en Washington codeándose con congresistas republicanos (del partido de Donald Trump) y desde allí propuso crear el Ministerio de Guerra en Colombia, como si le pareciera poquita la sangre que se ha derramado en este país.
Iván Cepeda (20,9%) y Abelardo De La Espriella (14,4%) puntean en dicho sondeo. Pero noten algo: cuando le preguntan a la gente cuál candidato cree que va a ganar, independientemente de su favorito, Cepeda sube al 22,7% y De La Espriella asciende al 16,1%.

Más adelante, como si el encuestador no estuviera satisfecho con los resultados, insiste en el interrogante: “Le pregunto nuevamente de la siguiente tabla de candidatos a la presidencia… ¿usted por quién votaría? Entonces, Cepeda baja al 20,5% y De La Espriella se dispara mágicamente del 14,4% al 18,7%.

Más sorpresivo aún, Miguel Uribe Londoño trepa al 10,3%, cuando en las dos preguntas anteriores Sergio Fajardo figura de tercero con el 7,8% y 8,9%, respectivamente, en tanto que Uribe Londoño figura en el quinto y cuarto lugar, nunca tercero. La suma de Abelardo y Miguel Uribe papá le da la ventaja a los uribistas con el 29%,
Me queda la intriga de cuánto tiempo hubo entre una y otra pregunta en la misma encuesta para que la gente cambiara tan rapidito de opinión. ¿O cómo funciona la mecánica de las encuestas? ¿Es o no es un traje a la medida? La única explicación es que si la encuesta es como un vestido, pues uno cambia de vestido con frecuencia.
Además, en una eventual consulta para elegir al candidato del uribismo, Miguel Uribe Londoño se lleva por delante a sus amiguis y rivales del Centro Democrático con el 44,2%, en tanto que María Fernanda Cabal, la segunda, aparece lejos con el 13,6%.

Nada que ver esta encuesta con la de Cifras y Conceptos, donde no votaría por ningún candidato del Centro Democrático el 70% (en la del CNC no votaría por ninguno el 13,2%) y Uribe Londoño obtiene apenas el 12% de intención de voto. Ténganse en cuenta que ambas encuestas se publicaron con apenas una semana de diferencia.
Es decir, en la encuesta del CNC el tablero es ventajosamente uribista. Y el propio Uribe, a pesar de su aporreado año, aparece con mejor imagen (46,3%) que Petro (41,4%).
La inseguridad como tema de campaña
Según los hallazgos del CNC, el principal problema que debe enfrentar el nuevo gobierno es la inseguridad (31,3%), la corrupción (19,8%); el desempleo (6,3%); la salud (5,6%) y la economía (4,2%). Aun así, lo que este cuadro nos está diciendo es que el gobierno de Gustavo Petro lo está haciendo bien en materia social (economía, salud y empleo), asuntos que afectan directamente al ciudadano y su bolsillo. Sin embargo, se sabe que el tema de la seguridad es recurrente en el ADN uribista.

¿Conclusión? Lo más seguro es que quién sabe. La única conclusión posible, por ahora, es que se viene una guerra de encuestas hechas a la medida del interesado, porque ya sabemos que el cliente siempre tiene la razón.
Con todo, hay quienes creen, yo no, que las encuestas en este país son un mal necesario como el fútbol para tener en qué matar el tiempo. Sirven también para rellenar espacios radiales y ofrecen material especulativo para los analistas, eso sí. Por algo estamos aquí.
Sin embargo, todavía el panorama es incierto sobre qué dirección tomará el país a partir de 2026. Si bien la izquierda (Pacto Histórico), lidera momentáneamente en intención de voto en ambas encuestas, es demasiado temprano para cantar victoria. Y lo de Abelardo De La Espriella puede ser un globo mediático, azuzado por las redes sociales. Faltar ver si la élite política de este país se unirá en contra de la candidatura de alguien ajeno a su entraña, lo que es bastante probable a juzgar por las declaraciones recientes de algunos rivales de “El Tigre” en la derecha.
Se vienen las fiestas decembrinas y con toda seguridad los generosos reyes magos llegarán en año nuevo con otra suculenta encuesta debajo del brazo.
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