La invitada a este blog es la profesora Claudia Sandino, quien escribe sobre el largometraje “Noviembre” (otra mirada acerca de la toma y retoma del Palacio de Justicia), del director colombiano Tomás Corredor.
La invitada a este blog es la profesora Claudia Sandino, quien escribe sobre el largometraje “Noviembre” (otra mirada acerca de la toma y retoma del Palacio de Justicia), del director colombiano Tomás Corredor.

Por: Claudia Patricia Sandino, hacedora de historias.
Tenía trece años cuando escuché los estallidos. Recuerdo la mezcla de miedo y confusión que sentí desde mi ventana, en la casa de mi infancia. El fuego se reflejaba en el cristal de la habitación de mi padre; las llamas se dibujaban sobre los techos de la ciudad mientras ráfagas y gritos se mezclaban con el rumor constante de los noticieros, que hablaban de la toma del palacio. Yo no entendía del todo lo que ocurría, sólo percibía fragmentos, un ruido extraño, un grito que se desvanecía, un fuego que no podía apagar. Con el tiempo, las dudas se fueron cubriendo; en la reconstrucción del palacio también se reconstruyó la memoria nacional, borrando las preguntas y convirtiendo lo que sucedió en otra cosa, algo que se olvidó paulatinamente con los años.
El palacio cambió de rostro. Las paredes fueron reparadas, los techos reconstruidos, los ventanales reemplazados, yo nunca olvidé que detrás de esa fachada había algo que no se podía reconstruir. Las preguntas callaron, pero siempre quedó la inquietud, algo grave había ocurrido allí, algo que trascendía la explicación oficial.
La historia que nos contaron, sobre los buenos y los malos, sobre los victimarios y las víctimas era oficial, aceptada por todos, pero no necesariamente verdadera, esa historia que todos aprendemos a aceptar sin cuestionar, como si cuestionarla fuera un pecado, como si dudar fuera una traición a la memoria colectiva.
Cuando vi la película, sentí otra dimensión de lo que sucedió. La película no me ubica inicialmente en el momento político del país; no hay mapas, no hay fechas, no hay discursos.
La película ocurre desde lo humano, lo que sintieron, pensaron, padecieron quienes estaban adentro, desde allí, todo se ve distinto. El miedo hacia afuera, la incertidumbre sobre lo que ocurría más allá de las paredes, la adrenalina de lo desconocido; allí, todos se convierten en damnificados de algo más grande que ellos. No hay héroes ni villanos; no hay bandos claros. Solo hay seres humanos atrapados en una situación que los supera, con decisiones que no pueden tomar, con libertades que se desvanecen ante la imposibilidad de controlar lo que sucede.
La película reconstruye esa experiencia con detalles íntimos, el temblor de una mano, el sonido de un suspiro, el silencio que pesa más que cualquier grito, nos permite ver el miedo desde adentro, sentir la confusión y la desesperación de quienes estaban presentes, nos obliga a abandonar la historia oficial y a mirar desde otra perspectiva, desde la vulnerabilidad de los cuerpos, de las emociones, de las vidas que quedaron suspendidas entre el horror y la espera.
Tomás Corredor, director y guionista, nos pone directamente en los zapatos de quienes vivieron la tragedia en carne propia, mostrándonos la impotencia frente a lo desconocido, el miedo que no se puede controlar y la humanidad que emerge en medio del caos.

Natalia Reyes encarna a una guerrillera que está ahí por amor, perdida en un lugar que no comprende del todo, y aun así mantiene claro que la humanidad pesa más que cualquier ideología llevándonos a través de todo el abanico de emociones, su interpretación nos acerca al corazón de la historia y nos hace vivir cada instante con una intensidad que no se olvida.
Santiago Alarcón, en su papel del magistrado Gaona, refleja la impotencia absoluta dentro de la triada de fuerzas que se enfrentan en el palacio, humanizando la justicia que también queda a merced de influencias invisibles. La combinación de dirección y actuaciones nos sumerge en la tragedia, nos hace sentirla, respirarla, y nos recuerda que más allá de la historia oficial, lo que realmente importa es la experiencia humana.
Este es definitivamente otro tipo de cine, no digo peor o mejor, diferente, a nosotros nos hace falta irreverencia, el valor de narrar desde lugares que la historia tradicional ignora o silencia, contar desde la perspectiva de los que sufren, desde los que viven en los márgenes de lo oficial, desde quienes no tienen voz pero sí memoria, nos permite acercarnos a una verdad más completa.
La película nos recuerda que la historia no es solo un relato de hechos, sino también de emociones, de recuerdos fragmentados, de incertidumbres que permanecen aunque los edificios se reconstruyan y los periódicos olviden, Noviembre es, sin duda, una opción excepcional para ver y sentir la historia desde dentro, con el corazón en cada escena y la memoria latiendo en cada plano, no nos muestra héroes ni villanos, no nos ofrece respuestas fáciles ni moralismos evidentes, nos coloca en los zapatos de quienes vivieron aquel momento, nos hace sentir el temor, la adrenalina y la impotencia, y nos invita a mirar más allá de lo que todos aceptamos como verdad.
Vale la pena ver esta película, porque nos permite experimentar la historia, comprender la humanidad que atraviesa cada decisión y emoción, y recordar que lo que realmente importa no siempre está en los libros ni en los relatos oficiales, sino en la memoria y en la experiencia de quienes lo vivieron.

Claudia Patricia Sandino: Hacedora de historias, profesional con más de 15 años de experiencia en las diferentes áreas del audiovisual. Docente universitaria en las carreras de Cine, medios audiovisuales, y comunicación social. Dirección de cine y tv, documentales, realización de televisión, asesora- investigadora de documentales y cortometrajes. Ha trabajado en proyectos de gestión cultural, puesta en escena en todas las áreas incluyendo dramaturgia.

Los editores de los blogs son los únicos responsables por las opiniones, contenidos, y en general por todas las entradas de información que deposite en el mismo. Elespectador.com no se hará responsable de ninguna acción legal producto de un mal uso de los espacios ofrecidos. Si considera que el editor de un blog está poniendo un contenido que represente un abuso, contáctenos.