La izquierda no es plaga, ni es cáncer, señor Abelardo

Que la política sea un mundo tóxico se lo debemos a los propios políticos que siempre encuentran un altoparlante para mostrar las oscuridades de su alma, envuelta en una verborrea sin fondo. El personaje, con delirios presidenciales, profirió amenazas contra quienes piensan distinto a él. Nos quiere sacar las tripas.