ciudad MADE IN CHINA

Publicado el Juan Sebastian Herrera

In memoriam

Hoy no escribo sobre ciudades y urbanismo. Hoy me trae acá la desilusión, la rabia y también la desesperanza porque los principios morales y de la protección de la vida se tiran a la basura por mera intolerancia sin dificultad alguna. ¡Gran tristeza!

Escribo para desahogar la frustración de en este momento no poder hacer mucho, pero hacer algo.

Acabo de enterarme que mataron vilmente a una persona conocida, no es un familiar, tampoco un amigo, era un habitante de la calle que de vez en cuando podaba el jardín, lavaba los carros. Su pecado fue dejarse llevar por las drogas y llegar a robar para mantener su vicio.

Duele enterarse como se decide acabar con la vida de un ser humano de esta manera tan irracional; una persona que tuve el placer de conocer e irradiaba más lucidez que el más sano de los mortales. ¿Cuánto vale la vida de alguien? para la ley hay unas tablas, es un derecho, para la religión es un mandato divino, en la cotidianidad, debería ser el objeto más preciado, una obligación defenderla. Quisiera entender el proceso mental que lleva a una persona a presionar un gatillo y atentar contra alguien, no quiero saberlo, pero para atacar en la raíz de esta falta de humanidad hay que reconocer también lo malo, lo cobarde.

Hoy quiero decir sí, un adicto es un enfermo; la sociedad carnívora no se abstiene de comentar sobre las desgracias ajenas, no mide distancias cuando de morbosear se trata, simplemente no piensa en el otro. ¿Qué orden y futuro puede tener una sociedad donde lo más básico de todo, la vida, vale tan poco?

 En memoria de lolo. Diciembre 10 de 2013.

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