Me gustaría comenzar este 2014 con un breve y sencillo análisis sobre un tema que más que preocuparme, me enoja. Tiene que ver con la utilización inmobiliaria de las palabras ‘sostenible’, ‘verde‘ y el prefijo ‘Eco’ que tan de moda están, pero que pocos profesionales entienden y que por cierto, vende muy bien.
Como lo dije en alguna entrada anterior, cuando hablamos de sostenible nos estamos refiriendo a tres temas fundamentales. Lo social, lo ambiental y lo económico. Un proyecto no puede llamarse sostenible así haga uso de gran diseño para la mitigación de usos inconvenientes pero que por ello, llegue a costar tres veces lo normal. Este principio aplica para la arquitectura, la ciudad, la industria, pero de esta última es de dónde más se puede aprender porque optimizar es lo que en todo negocio se busca e implícitamente habla de mantener estándares de calidad bajo modelos eficientes.
Para hacer gráfico esta preocupación hice una muy rápida investigación y análisis sobre un proyecto inmobiliario en España, lo escogí porque tristemente este proyecto hace un tiempo fue considerado por el mundo de la arquitectura, bandera de la construcción sostenible por su despliegue de diseño y dispositivos `eco’.
Como verán, el tema sostenible en proyectos de vivienda es sensible en la medida que se está apropiando un territorio para uso humano, diversas son las aproximaciones, ya sea en una ciudad consolidada, entorno rural, áreas de redesarrollo, etc. Sin embargo el no cumplimiento de alguno de estos parámetros pone en riesgo no solo el entorno inmediato donde se asienta, sino al proyecto mismo en un determinado periodo de tiempo.
Mi llamado de atención va entonces hacia apropiar un término tan importante como este con mayor responsabilidad, no solo por parte de quienes lo utilizan para promover su actividad, sino también de los ciudadanos que en muchos casos por desconocimiento terminan accediendo a ideas mentirosas.
¿Conocen proyectos en Colombia con este título?