La Universidad de California acaba de anunciar una nueva droga para los calores de la menopausia; es decir, para esos que intuyes cada vez que de repente empiezas a sentir una desagradable sensación de frío interno, de miedo; cuando empiezas a sentir que se te erizan los pelos de los brazos y la espalda, y que hay hormigas caminando por tu cabeza, y en ese mismo instante te invade una explosión de calor que  surge desde lo más profundo y se irradia por el torso, la cara y la cabeza, haciendo hervir intensamente tu cuerpo y sofocando tu mente. Sientes que algo te exprime cada célula, y abundantes goterones de agua salada salen por tus poros y te emparaman la ropa. Casi cualquier mujer menopáusica o posmenopáusica lo entiende.

Desgraciado el diseño nada inteligente del cuerpo humano, que nos impone esta ignominia cuando las hormonas se acaban. La felicidad nunca ha entrado en la fórmula de la evolución. Los calores nos abruman cuando estamos solas, nos despiertan cuando dormimos y nos apabullan cuando estamos acompañadas.

La terapia de remplazo hormonal había sido hasta hace muy poco tiempo el único remedio eficaz para los desagradables síntomas de la menopausia (los calores son uno entre muchos). Ni las brevas, ni los isoflavones de soya, ni la ortiga, ni la valeriana, ni la salvia, nada de eso sirvió ni ha servido nunca para quitarlos. Cuando la terapia de remplazo hormonal estaba contraindicada, quedaban la resignación y la fortaleza para aguantar sus oprobiosos efectos. Las hormonas son peligrosas para las mujeres cuyas madres o familiares hayan mostrado tener propensión al cáncer de seno, a las migrañas o a las embolias.

Ahora sí parece que por fin hay algo nuevo, una droga aprobada por la FDA  que fue anunciada el 12 de mayo de este año: el Fezolinetant. Con esta droga disminuye en un 60% la frecuencia de los sofocos, y también la intensidad de los calores; pero no los quita, y sus efectos se empiezan a sentir a los tres meses de uso. Las mujeres que la han ensayado aseguran que mejora la calidad del sueño.

Los componentes del Fezolinetant no simulan las hormonas femeninas estrógeno o progesterona. En la Universidad de California, Los Ángeles, la neuroendocrinóloga Stephanie Correa tiene la esperanza de diseñar nuevas terapias basadas en esta.

Lo importante de este avance médico es que investiga una ruta inexplorada para el manejo de los cambios bruscos de la temperatura corporal. Cuando una de estas puertas se abre, surgen muchos e inesperados hallazgos. Esta es una noticia para alegrarse, pues, por ahora, esta droga funciona mejor que el placebo, y la exploración continúa y es prometedora.

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