Este artículo es un resumen y una traducción muy libre de la charla de Deena Emera en la plataforma de la Universidad de San Diego, CA.CARTA: La historia evolutiva de la menstruación y sus implicaciones para la salud de la mujer.
En el blog anterior vimos que la pregunta ¿por qué evolucionó la menstruación? Debería cambiarse por la pregunta ¿por qué evolucionó la decidualización espontánea?
Una de las respuestas más convincentes desde un punto de vista evolutivo es que evolucionó en aras de aumentar la sensibilidad a la calidad embrionaria o, en términos biológicos, la biosensorización. Para la madre humana el rechazar embriones con pocas posibilidades de sobrevivir al embarazo o incluso a la infancia ahorra un gran gasto energético, pues el embarazo y la crianza consumen muchos recursos.
Una gran cantidad de investigaciones muestran que sí hay mecanismos mediante los cuales las madres someten sus embriones a un control de calidad. Los embriones de alta aptitud biológica secretan moléculas que envían señales al endometrio en decidualización para promover la implantación; en cambio, los embriones de baja calidad biológica no producen suficientes de estas moléculas y, con ello, inducen una respuesta de estrés en las células deciduales, lo que finalmente conduce a la degradación del tejido y al aborto espontáneo. Hay también otro mecanismo que involucra diferentes moléculas producidas por los embriones sanos. Estas moléculas activan las células asesinas naturales uterinas para eliminar las células senescentes del endometrio. Los embriones de baja calidad no las producen, por tanto, las células asesinas naturales no eliminan las células senescentes, lo que lleva también a la degradación tisular.
Un aspecto especial e interesante es que además hay un efecto de sincronización en la acción del biosensor. Si las células del estroma (el estroma está formado por tejido conjuntivo, vasos sanguíneos, vasos linfáticos y nervios) no han comenzado a diferenciarse, no actúan como biosensores, y si se han diferenciado demasiado, no son efectivos. El tiempo es crucial, por lo que podría ser ventajoso que el cuerpo de la madre sea quien lo controle, en lugar del embrión. La nueva pregunta que surge es: ¿por qué las especies que menstrúan necesitan mejores biosensores que las que no menstrúan?
Deena Emera en la plataforma de la Universidad de San Diego, CA. Contesta que en los humanos la tasa de anomalías cromosómicas en embriones tempranos es muy alta. Muchas concepciones se pierden, y la mayoría se pierden preclínicamente; o sea, antes de que la mujer sepa que está embarazada. Algunas se pierden como abortos espontáneos en etapas posteriores del embarazo. Se estima que la tasa de pérdida es de alrededor del 50 %. Estas cifras son controvertidas, pero son muy altas en comparación con otros mamíferos. Para una hembra de una especie que invierte tanto en cada cría, y que presenta altas tasas de anomalías cromosómicas, la evolución debe tener mecanismos para descartar esos embriones —con más o menos cromosomas de lo normal— lo antes posible.
Es evidente que cuanto más tardía es la pérdida del embarazo, mayor daño a la salud materna. Para comprobar realmente esta hipótesis, dice Deena Emera, se necesita conocer las tasas de anomalías cromosómicas en otras especies que menstrúan. La evolución de mejores biosensores es importante para evitar que los embriones defectuosos se arraiguen en el útero.
Algo muy interesante que dice en su conferencia es que las mujeres de hoy no experimentan necesariamente la menstruación de la misma manera que las hembras de otras especies, e incluso que nuestros ancestros humanos. Entre los primates, por ejemplo, los monos no pierden tanta sangre como los simios y los humanos. Las mujeres de la actualidad tienen más ciclos a lo largo de su vida reproductiva que las de antes de la invención de los anticonceptivos. Si comparamos a las mujeres estadounidenses con las cazadoras-recolectoras, que quizás representen mejor a nuestros ancestros, se reportan 160 ciclos frente a 450 ciclos. Los detalles varían según el estudio, pero hay algo evidente, ahora las mujeres tienen más ciclos que antes. Esto repercute sin duda alguna en la salud.
¿Cuáles son algunas de esas consecuencias? La endometriosis es una de ellas. Esta enfermedad afecta al 10% de las mujeres en todo el mundo. Es muy dolorosa y puede causar infertilidad. ¿Qué es exactamente? Consiste en la implantación ectópica de tejido endometrial fuera del útero. ¿Cómo llega? Sabemos que la mayor parte de la sangre menstrual pasa por la vagina y se elimina, pero parte de ella fluye en sentido retrógrado, subiendo por el útero hacia las trompas de Falopio y saliendo por el otro extremo. Este proceso se denomina menstruación retrógrada, y es la principal causa de la endometriosis. Esta no es una enfermedad específica de los humanos, sino una enfermedad de especies que menstrúan. Existen muchos estudios en monos rhesus. Esta enfermedad probablemente se manifiesta de forma más extrema en los humanos actuales porque la menstruación es más frecuente.
Durante cada ciclo menstrual, estas lesiones pueden crecer y desarrollarse. Además, están el síndrome premenstrual y el trastorno disfórico premenstrual, una variante más grave del primero. Los síntomas incluyen cambios de humor, ansiedad, depresión y síntomas físicos como dolor de cabeza, náuseas y dolor articular. Sabemos que el SPM es mucho más común entre las mujeres adineradas. Muchos estudios lo han analizado, aunque se desconocen las razones. Se sabe que los niveles de esteroides sexuales son mucho más altos en las personas de sociedades ricas: si comparamos la progesterona a lo largo del ciclo menstrual en las mujeres de Chicago con las mujeres de Bolivia se puede observar que la progesterona alcanza un pico mucho más alto en las mujeres de Chicago. Esto se observa en numerosos estudios, y creemos que se debe, al menos, en parte, a diferencias en el estilo de vida, como la dieta y el ejercicio.
Una idea sobre el síndrome premenstrual es que esta disminución más pronunciada de los esteroides sexuales podría causar síntomas más severos. Una mayor abstinencia hormonal los causa. Hay algunos estudios que apoyan esta hipótesis, pero faltan más estudios que lo corroboren.
El sangrado uterino anormal es muy común. Esto incluye el sangrado menstrual abundante y afecta a una de cada cuatro mujeres. Existen muchas causas de sangrado uterino anormal. Se trata de una categoría muy amplia de problemas que incluyen, los fibromas y causas no estructurales, como los problemas endometriales. El sangrado uterino anormal puede provocar anemia y una mala calidad de vida. Sabemos que los costos para las mujeres y la sociedad son significativos. Este es un caso donde la cantidad de ciclos que experimentan las mujeres hoy en día agrava los problemas asociados con el sangrado anormal. Puede afectar seriamente la calidad de vida de las mujeres.
La peor consecuencia de la alta frecuencia de ciclos son los cánceres reproductivos. Volviendo a esta comparación entre cazadores-recolectores y mujeres estadounidenses, las estadounidenses tienen muchos más ciclos por varias razones: la regla llega más temprano, tienen menos hijos y los amamantan durante menos tiempo. Resulta que muchos de estos factores están relacionados con un mayor riesgo de cáncer reproductivo en las mujeres estadounidenses.
Una idea es que cuando hay más ciclos, las células de la mama, el endometrio y el ovario pasan por más ciclos de proliferación, lo que básicamente significa que hay más posibilidades de que surjan mutaciones cancerosas. Las mujeres en EE. UU. no solo tienen más ciclos menstruales a lo largo de su vida, también tienen niveles más altos de hormonas ováricas en cada ciclo. ¿Qué está ocurriendo en EE. UU.? Hay mayor incidencia de cáncer de mama. Una teoría es que estos niveles más altos de esteroides sexuales pueden impulsar directamente la proliferación de las células mamarias cancerosas. Otra idea es que los niveles más altos de progesterona durante la fase lútea del ciclo menstrual hacen a las mujeres más susceptibles a agentes infecciosos relacionados con ciertos cánceres reproductivos. Esto no sido investigado suficientemente.
No sé qué pueden decir los que defienden el “diseño inteligente” de Dios frente a la menstruación. Para la evolución la felicidad no cuenta, cuenta la eficacia biológica, y no importa nada más. En el caso de las hembras humanas escogió por un camino sin duda sanguinario.