Catrecillo

Publicado el Ana Cristina Vélez

La instalación de Cornelia Parker parece una metáfora de lo que vivimos hoy: Cold Dark Matter: An Exploded View (Fría materia oscura: una vista en pedazos. Creada en 1991)

Fría materia oscura es una instalación que impacta, no solo porque muestra un instante detenido en el tiempo y en el espacio de la explosión de una casa que vuela en pedazos al ser dinamitada, sino porque uno reconoce en esta obra muchas metáforas. La más fuerte es quizás la de la no esencia del yo, la de la propia fragmentación, el concepto mismo de lo aleatorio, de lo inesperado.

Incluso, antes de averiguar de qué se trata, uno se queda contemplando las astillas, los objetos destrozados y las piezas de madera carbonizadas y suspendidas en el aire. No nos queda más que reconocer que, a veces, nos percibimos así: fragmentados, en pedazos disparados en el aire. Cada parte del yo se aleja de aquellas otras partes del yo que nos dan la ilusión de que nos conforman. Somos fragmentos de materia que funcionan de manera silenciosa y escondida para la conciencia, y si los sentimos como unidad, es porque la ilusión es útil y perfecta. La naturaleza es económica y optimiza sus procesos. Qué le importa al universo que sepamos cómo somos o que sepamos cómo es. Al universo le es indiferente.

Observar esta instalación lleva a la idea de que no hay tales cosas como entidades fijas, sólidas, imperturbables. Somos materia transitoria y fugaz, materia que se trasforma. Vieja materia oscura se cataliza en el entorno y se manifiesta como detenida en el tiempo y en el espacio. La escultura abierta de Cornelia Parker es desorden ordenado; y ordenado con armonía, con equilibrio, sin que nada sobre y nada falte. Nosotros mismos somos desorden ordenado: y la vejez es el predominio del desorden sobre el orden.

En su instalación, ella utiliza una sola fuente de luz, que proyecta un sinnúmero de sombras sobre el suelo, paredes y techo. Son tan dramáticas e importantes visualmente, que, sin duda, son una parte tan real y valiosa de la escultura como los fragmentos que la componen. La luz y las sombras dan las claves que nos permiten localizar la escultura en el espacio; además, aumentan el tamaño de la instalación y la vuelven etérea. Es claro cómo las sombras agregan otra dimensión a la obra de arte y otro nivel de significado.

Espacio, materia, energía y tiempo son partes de un conjunto que se necesita para existir. Nos preguntamos cómo sabemos qué es lo que existe, qué es lo que imaginamos, qué es lo que percibimos, cómo sabemos dónde estamos respecto a las cosas. Forma y contexto se configuran el uno al otro. Así es nuestra existencia en el universo: es el contexto el que da realidad a nuestra existencia. Y esto es muy difícil de “ver” con la mente, e imposible, con los sentidos.

Al recorrer la instalación imaginamos que lo que había explotado no ha caído al suelo por efecto de la gravedad. Porque no ha caído es por lo que se puede caminar a través suyo y observar los elementos, restos de la explosión. El espacio entre los objetos ha sido pensado y diseñado. El contorno de la obra es inespecífico respecto al espectador.

Para hacer su instalación Cold Dark Matter, la artista construyó una casita, un cobertizo de jardín, con madera de varios colores. Luego, la Parker contactó a La Escuela de Municiones del Ejército de Londres para discutir el tipo de munición que utilizaría. Se decidió por explosivos que hicieran una “explosión arquetípica”, donde no hubiera ni pirotecnia ni efectos especiales. Después de la explosión, reunió los pedazos y objetos dispersos, ya mutilados, retorcidos y ennegrecidos por la detonación. Algunos objetos nunca fueron encontrados. La instalación obviamente recrea un instante de la explosión.

El título en esta obra es importante, pues aumenta el número de asociaciones en la mente del espectador. Recordemos: La materia oscura es un tipo de materia dentro del universo, que se cree es el 27% de toda la que existe y que no se ve, pues no emite ningún tipo de radiación electromagnética. Su existencia se infiere por los efectos gravitatorios que ejerce en las estrellas, las galaxias y en el fondo cósmico de microondas presentes en el universo.

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