Ideas que saltan

Cada año, en el cuadernos de notas, en ese que sirve de recordatorio para lo que no debemos olvidar, anoto las ideas mías y las de otros que me llamaron la atención, las frases que me parecieron atractivas por algún motivo, incluso, las palabras que desconozco. Hoy voy a compartir en el blog algunas de ellas. En mi lista, aleatoria en temas y en tiempo, se entremezclan mis ideas con las ajenas, así que no me concedo el crédito de ninguna de ellas.

El arte es una actividad social. Muchos creen que es una actividad puramente personal, pero no lo es, ya que los fines del arte son sociales. En realidad, el arte no tiene sentido fuera del contexto social.

Tan somos los mismos de hace 35.000 años que todavía las imágenes pintadas y grabadas en las cuevas del Paleolítico nos hacen contener la respiración. Nos abruma que las imágenes cobren vida en el juego de la luz y la oscuridad.

Para algunos arqueólogos, no era la belleza ni el sentido estético lo que buscaban las primeras formas de arte, era la discriminación social. Sin duda, parte del juego social del arte hoy es separar a una élite del resto.

Es tan vulgar y poco ético… Es más, para mí hay crimen en algunas formas de arte, como esta: Nicolás Uriburú tiñó el agua de los canales de Venecia con un verde persistente usando 30 kilos de sodio fluorescente. Repitió la experiencia en Nueva York, en el East Rive; en París, en el Sena, en 1972; y en Venecia, hizo la misma tontería el 19 de junio de 1968.

Porque la felicidad está también en revivir ciertos momentos que no fueron agradables: un calor seco y asfixiante, la humedad pegajosa del trópico, el aturdimiento causado por el aire delgado en la cúspide de la montaña.

En un monasterio en Roma existe una anamorfosis grande y hermosa. Parece que estuvieras viendo un monje; luego, al moverte, detectas que hay allí un paisaje.

Tres nombres nada tristes y nada tigres: Tui el nombre de una gata. Tree el nombre de un perfume. Terapia el nombre de un bar.

En el vacío no somos, somos entre las cosas, somos entre las pertenencias, somos entre los objetos que atesoramos y nos representan.

Experiencia es mover un conocimiento del software para el hardware.

Conticinio: es el momento de la noche cuando todo está en silencio. ¿Dónde será posible vivirlo?

“Cansado del naufragio de tantas esperanzas” Larrea, en el libro sobre el Guernica.

La historia de LeRoy muestra lo que es el espíritu revolucionario y cómo el que lo lleva por dentro busca desesperadamente su revolución.  La historia está en el libro El puño invisible, de Carlos Granés, en la página 182.

“No comenté lo ocurrido por varios años hasta que dejó de dolerme. Y fui tan drástica en el propósito de eliminar hasta el recuerdo de las mejores caricias, que se me pasó la mano y tengo una laguna alarmante en la memoria donde se ahogaron no sólo las desgracias de ese tiempo, sino también buena parte de las alegrías”. Isabel Allende, en Paula.

No es fácil entender la estructura de una buena conversación. Ser un buen conversador es una de las cualidades más atractivas que pueda tener una persona.

“La espiritualidad empieza con una reverencia por lo ordinario que nos puede llevar a tener una intuición y unas experiencias que nada tienen de ordinarias. Sí, el cosmos es vasto y es indiferente a nuestros esquemas mortales, pero cada mente presente de conciencia es profunda. En términos subjetivos, cada uno de nosotros es idéntico al principio que da valor al universo. Experimentar esto directamente es el verdadero principio de la vida espiritual”. No recuerdo dónde lo oí, pero creo que es del físico Steven Weinberg (¿Cintas ateas?).

“Ni en Colombia, y en general, en ninguna parte, se modifica la educación de acuerdo con las necesidades reales del mundo”. Mi papá.

Necesitaba hablar mal de los demás. En ella, esto era como una compulsión o un hábito.

Ella fue una persona difícil de querer, tenía la atención oxidada; en cambio, él fue una persona imposible de no querer; practicaba la atención como un arte.

Helen Prejean trabajaba en las prisiones, ayudando a los peores asesinos, y así lo dijo en una entrevista: “Mientras más imperdonable el acto, más debe ser perdonado. Mientras menos digna de amor es una persona, más esfuerzo debemos poner en encontrar la forma de amarla”.

“Las decisiones más difíciles las toma el ADN, incluso, la filiación política” (Neurofísico David Eagleman).

“Metemos a la gente en grupos: los nuestros y los otros. Si nos parece que la otra persona no es de nuestro grupo, no sentimos mucha emoción frente a su dolor. No nos conmovemos fácilmente” (David Eagleman).

“Poner a una persona en el grupo contrario, es el primer paso para deshumanizarlo” (David Eagleman).