Cedo la palabra al poeta León Gil
Pedrito a caballo es un óleo sobre lienzo de 194,5 cm x 150,5 cm, pintado por Fernando Botero en 1974.
La obra es un retrato póstumo de su hijo Pedrito, quien falleció en un accidente automovilístico ocurrido durante unas vacaciones en España. El maestro también resultó con algunas heridas en las manos que, aunque leves, le impidieron pintar por algún tiempo.
La tragedia devastó al pintor, quien a su regreso a París (Francia), se encerró durante varios meses en su estudio. Allí pintó, en medio del más inmenso y profundo dolor, la que además de convertirse en su tabla de salvación también sería la que consideró su obra maestra y; por supuesto, la más cara a sus afectos: Pedrito a caballo.
No cabe duda de que la mayor prueba del amor de Botero por su pueblo y su tierra fue la donación de su preciada y conmovedora obra al Museo de Antioquia.
«La pintura, además de presentar al niño en un caballo de juguete, muestra en los ángulos inferiores dos dolorosas escenas: la del padre viendo a su hijo muerto, y la de los padres de luto en la casa vacía», señalaba el guía.
Hace como veinte años, luego de una visita al museo, escribí el siguiente poema; el que poco después incluiría en mi libro Coctel de versos para la mesa 3 (Medellín, 2002):
Frente a Pedrito el de Botero
1
Pedrito tiene ojos de Caballo
Caballo tiene ojos de Pedrito
Pedrito y Caballo miran hacia el frente
Caballo y Pedrito tienen ojos hacia el cielo
De militar Pedrito va vestido
De militar vestido va Caballo
De niño vestido va Pedrito
De potrillo vestido va Caballo
Pedrito no es un soldado raso
Pedrito no es un general de cinco soles
De cinco estrellas
Pedrito es un Admirante
De todas las constelaciones
De todo el universo
Pedrito no es un oficial de infantería
Y no porque vaya a volar
En lomos de Caballo… de Pegaso
O Caballo vaya a elevarse
En piernas de Pedrito… de Arcángel:
Pedrito es un mariscal de infancería
Porque cabalga los potros de madera
De palos de escoba y de trapos
De la infancia
De la infancia de la infancia de la infancia
Desde siempre por siempre para siempre
Siempre
2
A los pies de Pedrito
En el piso a su derecha
Como tirados como puestos
Dos soldaditos de plomo
Como si fueran de verdad
Como si fueran soldaditos
De sangre carne y hueso:
Uno juega a estar sentado
El otro juega a estarse muerto
3
A los pies de Pedrito
A la izquierda por el suelo
Como calda como puesta
Una casita de muñecos
Frágil y pequeña
Como el mundo de nosotros
Como el mundo de muñecos
En la casita en la ventana
Hay un hombre
Que es todos los padres
Que son todos los hombres
En la casita en la puerta
Hay una mujer
Que es todas las madres
Que son todas las mujeres
Desde la casita desde el mundo
Un hombre y una mujer
Que son todos los huérfanos
Miran desde siempre
Eternamente al cielo
Ana Cristina Vélez
Estudié diseño industrial y realicé una maestría en Historia del Arte. Investigo y escribo sobre arte y diseño. El arte plástico me apasiona, algunos temas de la ciencia me cautivan. Soy aficionada a las revistas científicas y a los libros sobre sicología evolucionista.