Un aspecto llamativo en el problema de definir el género para las competencias olímpicas es que el inconveniente se presenta en la competencia de mujeres solamente. La razón estriba en la superioridad de los hombres en el desempeño deportivo, incluyendo el ajedrez. Cuando un hombre se cuela en el grupo de mujeres “barre con ellas”. Cuando una mujer supera notablemente al grupo de competidoras se vuelve “sospechosa”.
¿Somos iguales? No, no somos iguales y no podemos competir con los hombres porque perdemos. Ellos cuentan con una musculatura mayor, un corazón más grande, más volumen pulmonar, más capacidad de oxigenación, y son más fuertes y más veloces. Esta es una realidad innegable, y, ante esto, los comités olímpicos han tenido que inventar exámenes y definiciones que excluyan de las competencias a algunas personas cuyo género no es ciento por ciento claro.
En la mayoría de las personas la identidad sexual se correlaciona con la genética, pero no es así para todo el mundo. Las hormonas son también un factor que varía enormemente de unas personas a otras, así como la sensibilidad a estas. Se puede ser insensible a la testosterona, por ejemplo, como en el caso de la española María José Martínez-Patiño. ¿Es ella un hombre porque su cromosoma 46 sea XY? No, no lo es, pues su cuerpo no reacciona a los andrógenos. Ella es mujer, y se siente mujer, aunque sus cromosomas digan otra cosa.
En las atletas femeninas la indefinición de género es más común que en las mujeres en general. Un estudio en atletas que participaron en el Campeonato Mundial de la IAAF de 2011, en Corea del Sur, encontró que aproximadamente 7 de cada 1.000 competidoras tenían el cromosoma 46, XY. Esto quiere decir que la prevalencia es alrededor de 140 veces más alta que en la población general. Se manifiesta la selección artificial por afinidad: ellas son porque notan sus grandes habilidades desde muy jóvenes. El 14% de las deportistas de élite presentan niveles de testosterona altos, lo cual también les trae ventajas.
En las competencias olímpicas ganan aquellos que tiene condiciones “anormales”, que les traen ventajas: Michael Phelps tiene un tronco más largo de lo normal, y Adam Peaty tiene doble articulación en las rodillas y en los tobillos, y mide más de dos metros; además, ambos son obsesivo compulsivos ¿Deberían ser descalificados por esto? Hay problemas difíciles de solucionar…
No es difícil imaginar lo que se sentiría como mujer deportista al ver llegar a la competencia a una mujer innegablemente más musculosa, grande y fuerte que uno. Los deportes progresan, si llamamos progreso a que haya menos peligros para los deportistas, a que haya más justicia y por tanto no se permita el doping. Pero ¿qué hacer con los portadores de ventajas desproporcionadas?
Un poco de la historia deportiva (The future of sex in elite sport, 31 marzo 2021)
1936
La velocista estadounidense Helen Stephens se somete a un examen para verificar su sexo después de que los periodistas cuestionaran su victoria en los 100 metros en los Juegos Olímpicos de Berlín. El resultado de la prueba no especificada, que confirma que es mujer, se anuncia públicamente.
Helen Stephens
1946
La Federación Internacional de Atletismo Amateur (IAAF) requiere que las personas tengan un certificado médico que demuestre su elegibilidad para competir en eventos femeninos. El Comité Olímpico Internacional (COI) adopta la misma regla para los juegos de 1948.
1966
Las mujeres son sometidas desnudas a inspecciones por parte de un panel de médicos en los Campeonatos Europeos de Atletismo y a controles ginecológicos en los Juegos de la Commonwealth. Las pruebas son impopulares y algunas optan por no competir.
1967
Las pruebas de cromosomas se prueban en la Copa de Europa. La velocista polaca Ewa Kłobukowska es la primera en ser descalificada por el resultado. El COI adopta las pruebas para los Juegos Olímpicos de Invierno de 1968, en los que también queda descalificado el esquiador austríaco Erik Schinegger (que entonces vivía como mujer y se llamaba Erika).
Ewa Kłobukowska
1985
La vallista española María José Martínez-Patiño tiene prohibido competir luego de que una prueba cromosómica revela que tiene 46, XY. Apela, pues alega que tiene síndrome de insensibilidad a los andrógenos, y que, por lo tanto, no obtuvo ninguna ventaja. Su prohibición se levanta en 1988.
1992
La IAAF pone fin a las pruebas generales de sexo y, en cambio, investiga a las atletas solo cuando surgen preguntas. El COI, sin embargo, introduce una prueba para todas las mujeres, basada en el gen SRY. Esto sigue siendo un requisito hasta los Juegos Olímpicos de 2000 en Sídney, Australia.
2009
Caster Semenya gana los 800 metros en el Campeonato Mundial de Atletismo. Durante la competencia, la IAAF y los medios revelan que la joven de 18 años está sujeta a pruebas de sexo. Se ve obligada a retirarse, pero se le autoriza a competir nuevamente 11 meses después. Semenya produce más testosterona que sus competidoras, pero es mujer.
2011
La IAAF adopta una política sobre testosterona, que limita los niveles en sangre de las personas que compiten en eventos de mujeres a 10 nanomoles por litro. Aquellos por encima de este nivel que son sensibles a los andrógenos deben tomar medicamentos para reducir la testosterona o someterse a una cirugía para competir.
2014
Las autoridades indias prohíben competir a la velocista Dutee Chand, debido a sus altos niveles de testosterona. Ella apela al Tribunal de Arbitraje Deportivo (CAS), que falla a su favor en 2015. Las regulaciones de la IAAF están suspendidas y Chand puede competir sin restricciones.
2018
La IAAF anuncia regulaciones que especifican un límite de testosterona de 5 nanomoles por litro para las personas que compiten en eventos femeninos de 400 metros a una milla. La corredora de media distancia Semenya apela al TAS, que suspende las reglas en espera de una audiencia completa.
2019
El CAS falla en contra de Semenya. Al año siguiente, vuelve a perder en una corte suiza. Semenya apela al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, y dice que correrá en los 200 metros no regulados en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.