La tasa metabólica de un organismo es inversamente proporcional a su tamaño. Esta es una ley biológica universal, que se cumple en todas las escalas, desde las micro hasta las macro, y que cobija a todos los organismos. La economía funciona así: si aumentas el tamaño de un organismo al doble, no necesitas el doble de energía para mantenerlo vivo. Los animales grandes tienen metabolismos lentos, los animales pequeños tienen metabolismos rápidos.
El tamaño de un animal es inversamente proporcional a su frecuencia cardíaca. Veamos unos ejemplos de frecuencia cardíaca (en reposo) o latidos por minuto, en orden de frecuencia:
Ballena 10 a 30
Elefante, 25 a 30
Caballo, 32 a 44
Cerdo, 60 a 90
Perro, 70 a 120
Gallina, 200 a 400
Ratón, 600 a 700
Colibrí, 1900 a 2000
Algunos de los buenos diseños de la naturaleza que son extravagantes son los siguientes:
Las ballenas pueden vivir cien años. Pueden alcanzar longitudes de hasta 30 metros y pesar hasta 200 toneladas. El corazón de una ballena azul puede pesar hasta 600 kilogramos y ser del tamaño de un automóvil pequeño. Las ballenas azules son conocidas por sus vocalizaciones extremadamente potentes y complejas. Pueden producir sonidos que son los más fuertes de cualquier animal, con niveles de hasta 188 decibelios.
Los elefantes duran setenta años. Su trompa es una nariz muy rara y delicada, es una especie de mano con cien mil músculos, con la que pueden coger un nacho sin romperlo. Sus molares, o colmillos, son dientes que se regeneran toda la vida. Los elefantes tienen en el talón una esponja que protege el hueso. Es como un tacón de caucho, para que no se les dañen las patas con tan enorme peso. Entre las arrugas de la piel guardan agua, para evitar la deshidratación. A los elefantes les gusta la música.
La espiral del narval es un colmillo, es un diente largo hecho de dentina, pero sin esmalte, que solo poseen los machos. Este diente, que se caracteriza por ser muy sensible, es retorcido para exponer al exterior un área mayor, y permite detectar el hielo o el mar abierto. La espiral se conserva derecha, pues es la mejor manera de moverse en el agua.
Las jirafas pueden llegar a medir seis metros. Con su largo cuello, pelean y también controlan la temperatura de sus cuerpos.
El calamar gigante mide ocho metros de largo y pesa una tonelada. Sus ojos tienen el tamaño de una pelota de fútbol. Esta especie nada y vive a mil metros de profundidad. El 90 % de los animales que viven en las profundidades del mar producen su propia luz, o sea poseen bioluminiscencia, como algunas medusas, el plancton, el pez linterna y el camarón krill. El tiburón linternero, también conocido como tiburón linterna, es capaz de producir bioluminiscencia en el rango del infrarrojo. Tiene glándulas debajo de sus ojos que emiten luz, que puede ser utilizada para camuflarse en su entorno oscuro o para atraer presas.
Ellos mismos son linternas o lámparas vivas.
Las ratas llamadas ratas topo desnudas miden trece centímetros. Viven treinta y dos años, mucho más que cualquier otro animal de su mismo tamaño, y su cuerpo permanece joven toda la vida. Las ratas caseras, por ejemplo, viven entre dos meses y dos años. Las ratas topo desnudas cavan huecos con la boca. Para que no les entre tierra, su boca está detrás de los dientes. Unas pocas hembras de esta especie se reproducen, las demás hembras cumplen el rol de cuidadoras. Hay una reina, y la colonia trabaja para ella. Las ratas topo desnudas no regulan su propia temperatura, no tienen pelo, no sienten dolor, nunca les da cáncer y no envejecen.
El camaleón posee unos ojos únicos, porque se mueven de manera independiente, y su cerebro recibe información de cada uno de ellos. Sus ojos se ponen oscuros cuando están bravos o cuando un ave los ataca desde arriba, y se ponen claros cuando una serpiente los ataca desde abajo. Tiene una lengua muy larga, con un músculo muy fuerte y elástico, que en su punta presenta unas salientes para agarrar las presas.
Los ornitorrincos son mamíferos acuáticos que ponen huevos. Su hocico tiene forma de pico de pato, la cola es como la del castor y las patas son como las de las nutrias; además, son venenosos y lactan por la piel.
Los búhos pueden volar sin emitir ningún sonido y pueden rotar la cabeza 270° en cada dirección. Tienen tres veces más neuronas que nosotros para oír los sonidos bajos y sus oídos nunca envejecen. Su cabeza está diseñada para ver y oír en la noche. Sus caras son amplificadores de sonido.
Las hienas hembras se portan como los machos. Tienen mucha testosterona, casi la misma cantidad que los machos, y se parecen mucho a ellos.
Los machos de los caballos de mar se portan como hembras. Cuidan los huevos en su barriga, y saben con certeza que cada hijo suyo es suyo, no como en los humanos, entre los que el 10 % de la población no son hijos del que funge como padre.
La hembra del dragón de Komodo fertiliza ella misma sus propios huevos. Esto se llama partenogénesis. El sexo de los huevos siempre es masculino.
El pájaro tejedor sabe hacer nudos. Sus nidos son bolsillos muy complicados, que en parte construyen por instinto, pero que mejoran por aprendizaje y experiencia.
Hay algunas aves que saben hacer nidos que reflejan la luz y reflejan las nubes; entonces, se vuelven invisibles, de la misma manera que los edificios forrados de espejos. Lo malo es que los edificios terminan volviéndose trampas mortales para las aves.
Existe en el Japón una serpiente que tiene la mandíbula asimétrica. Por eso, muchos caracoles en esa misma zona son izquierdos, para que la serpiente no se los pueda comer.
Las rayas de las cebras hacen que a las moscas les quede difícil pararse en su cuerpo. Hay muchas teorías científicas que han tratado de explicar este fenómeno, pero no hay una concluyente todavía.
Las plantas carnívoras no tienen músculos, se cierran por estimulación eléctrica. Atraen a sus presas con el olor y poseen sentido del tacto.
En el siglo 18 nadie sabía por qué las aves aparecían de la nada y desaparecían de repente. Tampoco se sabía por qué salían gusanos de los cuerpos de los muertos. Se creía que la vida aparecía por generación espontánea, ya fuera a partir de materia orgánica, inorgánica o de una combinación de estas.
La famosa divulgadora científica Sabine Hossenfelder, en su charla Life might be more common in the universe than we thought (La vida podría ser más común en el Universo de lo que pensábamos),[i] divulgada en YouTube, dice: “En resumen, la hipótesis científica predominante sobre el origen de la vida es que no fue un evento único, sino una secuencia de pasos de complejidad creciente. Requirió primero la formación de moléculas orgánicas, luego reacciones cíclicas de moléculas que crean energía y crean más moléculas del mismo tipo, formación de moléculas cada vez más grandes que transportan información en su secuencia, autorreplicación de esta secuencia y la aparición de membranas celulares. Los detalles sobre cómo sucedió no están claros. Y es posible que la evidencia se haya perdido para siempre, es posible que nunca sepamos con certeza cómo fue. ¿Tal vez algún día entenderemos que la vida es una consecuencia inevitable de un Universo que evoluciona hacia una complejidad creciente? Quizás sólo para que haya alguien allí para admirar su belleza. Si profundizamos en la literatura sobre el origen de la vida, rápidamente descubriremos que hay mucha química, bioquímica y genética”. (minuto 18).
[i] https://www.youtube.com/watch?v=7yOiZLHDV3U