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Flash Mob “Por una vida mejor” en respuesta a la campaña de Luis Felipe Munarth

Luis Felipe Munarth era uno de los candidatos a la Cámara de Bogotá en las elecciones de ayer. Le fue muy mal, probablemente porque la ciudad no creyó en su plataforma que defendía los valores familiares a costa de la homofobia y el ataque a los derechos de la comunidad gay.

Su campaña mostró un niño jugando con un par de muñecos Ken. Al comienzo, como todo un varoncito, el niño hace que los muñecos se ataquen. De repente, cambia de opinión y empieza a hacerlos besarse. “Los niños siguen el ejemplo que les damos”, reza el slogan que sigue, y Munarth evidencia su desagrado ante cambiar las demostraciones de violencia por las de afecto.

http://www.youtube.com/watch?v=7GJeQQShCEY&feature=player_embedded

Dice el periodista Daniel Vélez: “La campaña ha despertado la indignación de la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgeneristas), que durante años ha estado luchando por la inclusión social y librando una batalla política por conseguir limpiamente el reconocimiento de sus derechos. El argumento para la negarse a la adopción y al matrimonio entre parejas del mismo sexo es que “nuestros hijos siguen el ejemplo que les damos”, algo que deriva en un debate sobre la razón homosexualidad y que, además, deja en entredicho la comprensión del candidato y de los publicistas que hicieron su campaña de la psicología humana. Eso si no entramos a debatirnos sobre la hipótesis de si existe o no un gen gay, según afirman algunos estudiosos del genoma humano.

[…]

Más importante aún es preguntarse ¿qué tan válido es deslegitimar la lucha de un grupo social en pro de una campaña política? Las personas de la comunidad LGBT son activas en la democracia, pagan impuestos, y en Colombia, gracias a la Corte Constitucional, ha alcanzado reconocimientos importantes -pero todavía insuficientes- en su búsqueda de una posición de igualdad que ni siquiera tendría que cuestionarse. Como ciudadanos, oponerse a sus intereses resulta tan absurdo como volver a debatir si los negros tienen o no alma. O si las mujeres tienen derecho a votar… o si debemos reemplazar a la Constitución por una Biblia”

En respuesta a las protestas de Munarth se crearon varios grupos en Facebook. Uno en particular, organizado por Amalia Andrade, instó a tomar una acción de protesta simbólica. Primero se pensó en que varias parejas del mismo sexo se dieran besos frente a su sede de campaña, pero pronto los organizadores se dieron cuenta de que no se trataba de atacar a Munarth si no de evideciar, ante la ciudadanía, la aceptación y el apoyo a la comunidad gay.

Se buscó entonces un lugar central, el Parque de los Hippies, en la séptima con sesenta, en pleno epicentro de Chapigay Chapinero y se citó a los miembros del grupo, 436 personas. Aún así, el flashmob en respuesta a Luis Felipe Munarth pudo haber sido el flashmob menos concurrido del año. No hizo presencia la comunidad gay, de chapinero y fuimos alrededor de 35 personas. Probablemente la poca asistencia se debió a que era día de elecciones, domingo, a las 10am, después de un fin de semana de ley seca en el que los colombianos, tradicionalmente, se emborrachan en sus casas como que el mundo se fuera a acabar. Otra razón posible es que para la gente es muy fácil apoyar una causa por internet, pero se fruncen cuando llega la hora de hacer presencia física.

En fin. Nada de esto desanimó a los asistentes del flashmob que decidimos realizar una acción que consistió en besar o abrazar a una persona del mismo sexo en la cebra, mientras el semáforo estuviera en rojo.

La acción fue bonita, sencilla y clara, y eso es un pequeño logro. Queda el registro en video que nos permitirá multiplicarla. En todo caso produce una sensación de triunfo que Munarth no quedara elegido a la Cámara, pues eso prueba que aunque fueran pocas personas en el flashmob, somos muchos los que pensamos parecido.

*Fue curioso que hubiera pocos hombres en el flasmob, y, en cambio, una fuerte presencia de mujeres hetereosexuales.

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