NETANYAHU Y EL ABUSO CRIMINAL DE LA MEMORIA Y LAS VÍCTIMAS

Dejar de explotar aquel pasado de sufrimiento como una fuente de poder y privilegiosShelby Steels

Hernando Llano Ángel.

No hay mayor abuso de la memoria de las víctimas del holocausto que utilizarlas para evadir la responsabilidad en la perpetuación de nuevas víctimas, como está sucediendo en la devastadora ocupación militar de la Franja de Gaza, donde al menos el 70% de ellas han sido mujeres y niños: “12.150 niños y 8.300 mujeres, a los que se suman más de 67.984 heridos (incluidos 8.663 niños y 6.327 mujeres) y más de 7.000 desaparecidos, lo que elevaría la cifra de fallecidos aún más, entre ellos 4.400 mujeres y niños, siendo las mujeres y los niños las principales víctimas de los ataques israelíes. Tales acciones son justificadas por Netanyahu y la extrema derecha para alcanzar la victoria total sobre Hamás y rescatar a los más de cien rehenes que tiene en su poder. Incluso, ya ha fijado un ultimátum a Hamás para la liberación de los rehenes hasta el 10 de marzo. Sin duda, en la lógica genocida de Hitler y el antisemitismo era también imprescindible eliminar a los judíos para lograr la victoria total del tercer Reich. Es lo típico de la lógica belicista, más allá de la ideología que la anime, sea de extrema derecha, centro o extrema izquierda. Sea en nombre de una Nación, la Justicia, la Democracia o, peor aún, de alguna religión monoteísta que se reclame como la única verdadera y salvadora de la humanidad, en cuyo nombre se arrasa con todo vestigio de bondad y perdón con tal de eliminar a quienes considera herejes y ateos. Así sucede en todas las guerras de religión, tanto las de ayer como las de hoy y del futuro. Es una lógica criminal que parte de una premisa indiscutible, producto del fanatismo: el enemigo es un terrorista, “animales humanos”, como los llamó el ministro de defensa israelí, por lo tanto, no hay límites para su eliminación. Sus palabras se han venido cumpliendo hasta la fecha en forma despiadada y cruel: “He ordenado un asedio total sobre la Franja de Gaza. No habrá electricidad, ni alimentos, ni gas, todo está cerrado. Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia”. Declaración propia del comienzo oficial de graves crímenes de guerra contra los gazatíes y Palestina, sobre los cuales la Corte Internacional de Justicia ha dictado medidas cautelares y advertido acerca de la violación de la Convención para la Prevención y Sanción del Genocidio. Es la espiral interminable de la venganza en respuesta al criminal ataque de Hamás el 7 de octubre del año pasado. Una espiral que solo se detendrá cuando ambas partes recobren el sentido de la vida y la dignidad humana, más allá de pretender “honrar” a sus respectivas víctimas en cuyo nombre continúan cometiendo los más abominables crímenes, como la aniquilación sistemática e indiscriminada de mujeres, niños, ancianos gazatíes y la conversión de más de cien rehenes en piezas de negociación por parte de Hamás. El precio de la victoria total sobre Hamás que persigue sin contención Netanyahu demuestra la degradación casi absoluta del honor militar israelí, ensañado más contra civiles inermes que están sitiados por el hambre, las enfermedades y el miedo, sin otro lugar para desplazarse que el limbo de la muerte, único destino en Rafah, pues Egipto ya está cercando su frontera con muros infranqueables.

Contra la instrumentalización de las víctimas:

Por eso en la polémica desatada por el presidente del Brasil, Lula Da Silva, al comparar el genocidio en marcha en Gaza con la Shoah, es Netanyahu quien más falta a la dignidad y la memoria de los 6 millones de víctimas del holocausto. Es tal su soberbia maniquea, que invoca el respeto a la memoria de las víctimas provocadas por el antisemitismo fanático del nazismo como una catástrofe incomparable y única, ignorando y negando el dolor, la aniquilación y la agonía causada por los bombardeos y la ofensiva desproporcionada de su ejército contra miles de niños, mujeres y ancianos gazatíes. Una aniquilación y un dolor tan profundo y atroz como el sufrido por sus antepasados en Europa. En su delirio belicista, Netanyahu argumenta que lo hace en “legítima defensa” contra el terrorismo de Hamás. Una defensa tan desproporcionada que ya casi multiplica por 30 el terror de las 1.200 víctimas perpetradas por el ataque de Hamás, además de convertir en escombros las ciudades de la Franja de Gaza, su infraestructura y hasta sus hospitales. Gaza es una inmensa escombrera y la mayor fosa común del mundo en la actualidad, cuyas dimensiones espera profundizar Netanyahu con la ocupación militar de Rafha, donde ha desplazado más de un millón de Gazatíes después de la destrucción de sus hogares en ciudades como Gaza y Jan Yunis, bajo el pretexto de que en Rafha estarían seguros. La misma lógica de los infames y cínicos letreros a la entrada de los Campos de Concentración, que les anunciaba a los judíos que el trabajo les daría la libertad: “Arbeit macht Frei”.

puerta de entrada a auschwitz campo de concentración - arbeit macht frei fotografías e imágenes de stock

Sin duda, las estrategias devastadoras y genocidas del nazismo difieren en el número de víctimas y los lugares de ejecución impune, pero no en la lógica criminal de Netanyahu, que es del mismo orden. En la Franja de Gaza no hay campos de concentración porque toda la Franja es un campo de aniquilación. De manera que es infame apelar a las víctimas de la Shoah para ocultar o evadir la responsabilidad criminal de Netanyahu y sus cómplices. Como lo escribió Shelby Steels –citado por Todorov en su libro “Los abusos de la memoria”— hay que “dejar de explotar aquel pasado de sufrimiento como una fuente de poder y privilegios” y tener más respeto por la memoria de todas las víctimas. Pero, sobre todo, no invocar las víctimas del pasado y la shoah para seguir perpetrando en el presente y hasta la supuesta “victoria total” el número incontable de víctimas gazatíes, convirtiendo la Franja de Gaza en la fosa común de la conciencia humanitaria y la tierra santa en una tierra arrasada con miles de gazatíes despedazados. Una conciencia que Netanyahu y sus cómplices han perdido por completo. Por eso rechazan la competencia de la Corte Internacional de Justicia en las audiencias que por la ocupación israelí de territorios palestinos acaba de comenzar en La Haya. Audiencias en las que participarán “52 Estados que presentarán argumentos sobre las consecuencias jurídicas de la ocupación israelí de los territorios palestinos”. Audiencias que se apresuró el Estado Israelí a calificar como ilegítimas y rechazar la competencia de la Corte Internacional de Justicia. Hasta en eso se asemeja la respuesta de Netanyahu a la dada por el Estado Nacionalsocialista alemán en la Sociedad de las Naciones en 1933, pues su representante, Joseph Goebbels, contestó así a una denuncia presentada por un ciudadano judío: “Somos un Estado soberano y lo que ha dicho este individuo no nos concierne. Hacemos lo que queremos de nuestros socialistas, de nuestros pacifistas, de nuestros judíos, y no tenemos que soportar control alguno ni de la Humanidad, ni de la Sociedad de Naciones”. En la práctica, el Estado israelí actual está haciendo lo mismo en la Franja de Gaza y Cisjordania al no atender los llamados de las Naciones Unidas y de la comunidad internacional y continuar avanzando contra miles de gazatíes refugiados y hacinados en Rafah. ¡Qué vergüenza deshonrar así la memoria de los millones de judíos víctimas del nazismo! Y, todavía, peor, no escuchar las protestas y súplicas de los familiares de los rehenes, que temen un desenlace fatal si no se atienden las propuestas de negociación de Hamás, pues para Netanyahu lo único que importa es su aniquilación y la victoria total. Igual le sucedió a Hitler y su tercer Reich y lo único que obtuvieron fue la ignominia y la derrota total, además de acelerar la creación del Estado de Israel en 1948. ¿Sucederá lo mismo ahora y de los escombros de Gaza surgirá el Estado Palestino o, lo que sería catastrófico e inhumano, se impondrá esa especie de “protectorado concentracionario” que anuncia Netanyahu con la falacia de proteger a Israel? Si sucede esto último, las Naciones Unidas dejarían de existir y entraríamos al caos de un orden internacional criminal donde, como ya lo dijo su Secretario General, Antonio Guterres, “el rey del juego es la impunidad”. Ya lo está anunciado Putin con la misteriosa muerte de Alexei Navalny y el secuestro de su cuerpo, impidiendo incluso la entrega a su madre, para ocultar las evidencias del crimen.

PD: Para mayor información y comprensión, abrir y leer enlaces en rojo.

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