EL FALLO DE LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA ¿CONTEMPORIZACIÓN GENOCIDA?
Hernando Llano Ángel
Las cinco medidas que acaba de dictar la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de las Naciones Unidas, emplazan al Estado Israelí en su accionar belicista contra la población palestina en la franja de gaza a cumplir las siguientes resoluciones:
1-“Evitar el genocidio. Israel deberá adoptar “todas las medidas dentro de su alcance” para evitar que se cometan los hechos previstos en el artículo 2 de la Convención para la Prevención y Sanción contra el Delito de Genocidio. Esto incluye actos tales como matar a un miembro o grupo étnico sujeto a protección como la población palestina, causar lesiones a la integridad física o mental de las personas o someterlas a determinadas condiciones de existencia con el fin de su destrucción física”.
Tal medida de la CIJ parece ignorar que todas las anteriores acciones las viene ejecutando en forma sistemática y generalizada el ejército israelí desde el día posterior al terrorífico ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023 y las seguirá ejecutando, según la declaración desafiante del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pues considera que dicha medida cautelar “no solo es falsa, es indignante” . Sin embargo, hasta la fecha el número de víctimas mortales gazatíes es superior a 25.000, siendo “cinco de cada 10 fallecidos menores de edad, tres de cada 10 son mujeres y dos de cada 10 son hombres con 18 años o más”.
2-Prevención y castigo de toda incitación al genocidio. El Gobierno de Israel deberá establecer también todas las medidas posibles para “prevenir y castigar cualquier incitación pública o directa para cometer actos de genocidio contra la población palestina en la Franja de Gaza”.
De nuevo, la CIJ desconoce que exactamente eso ha venido haciendo el Estado Israelí, especialmente desde el llamado del ministro de defensa, Yoav Gallant, el mismo 7 de octubre, cuando afirmó: “Estamos luchando con animales humanos y actuaremos de la misma manera” y ordenó un “completo asedio” sobre la Franja de Gaza, de tal manera que el territorio costero controlado por Hamás no reciba ni suministro eléctrico, ni combustible, ni comida”. Esa manera de luchar del ejército israelí supera en más de 24.000 víctimas mortales a las cerca de 1.200 ejecutadas cruelmente por Hamas el 7 de octubre de 2023. No queda duda que en la asimetría del terror genocida en marcha el Estado Israelí sobrepasa a Hamas, pues convierte a Gaza en un campo de aniquilación y de desplazamiento forzado de millones de gazatiés, sin precisar campos de concentranción para su eliminación.
3-“Asegurar la disposición de ayuda humanitaria en Gaza. El Estado israelí estará obligado a garantizar la disposición de servicios básicos urgentes y ayuda humanitaria para hacer frente a las “adversas condiciones de vida” a las que se enfrentan los civiles palestinos”.
Una vez más, la CIJ parece olvidar que la primera medida tomada por el Estado Israelí fue imponer la “tierra arrasada” al bloquear el ingreso de “bienes indispensables para la supervivencia de la población civil”, como “hacer padecer intencionalmente hambre a la población civil como método de hacer la guerra, privándola de los objetos indispensables para su supervivencia”, lo que constituye un crimen de guerra en los conflictos armados internacionales”.
4-Preservar pruebas de crímenes cometidos. Israel deberá impedir la destrucción de las pruebas que puedan utilizarse en el caso para demostrar los actos cometidos”. Una medida cautelar tan piadosa como irrealizable e ingenua, pues implicaría una autoincriminación y eventual condena de Israel por genocidio.
5- “Presentar un informe. El Gobierno israelí deberá presentar a la CIJ en el plazo de un mes un informe en el que se describan todas las medidas que se hayan adoptado para dar efecto al fallo provisional del Tribunal de la ONU”.
Última medida cautelar contemporizadora con el genocidio en marcha, pues en el transcurso de un mes las víctimas civiles gazatíes seguirán aumentando, superando con seguridad las 30 mil. Por todo lo anterior, dichas medidas cautelares de la CIJ más se parecen a una contemporización genocida con Israel y están lejos de ser medidas eficaces a favor de la vida de los gazatíes y la liberación de los rehenes en manos de Hamas. Objetivos que podría haber catalizado exigiendo un cese del fuego inmediato a Israel acompañado de la liberación de todos los rehenes por parte de Hamas. Aunque seguramente Netanyahu no la hubiera acatado y la CIJ carece de fuerza vinculante para hacerla cumplir, habría sentado un ejemplar precedente legal y moral, que pondría a Israel en una encrucijada internacional. Quizá lo único valioso de las anteriores medidas es que la admisión de la CIJ de la demanda por genocidio contra el pueblo palestino, presentada por Sudáfrica, es ya una condena política y moral de la civilidad y la sensibilidad humana contra Netanyahu y su gobierno de extrema derecha. Sin duda, señala el principio del fin de un autócrata criminal que utiliza la guerra en Gaza para escapar del juicio y la eventual condena de la Corte Suprema de Justicia de su país por corrupto. Habrá que esperar que transcurran varios años para la condena del Estado Israelí por genocidio, que deberá dictar la CIJ, si la ONU quiere impedir la consolidación de un orden político internacional criminal. Dicha sentencia, por tarde que llegue, impedirá que sionistas fanáticos continúen utilizando con cinismo criminal el holocausto o la Shoah como “una fuente de poder y de privilegios”, abusando de la memoria y el sufrimiento del pueblo judío, tal como lo hacen hoy Netanyahu y sus aliados nacionales e internacionales contra el pueblo palestino. Entonces se cumpliría la sentencia de Plutarco, que cita Tzvetan Todorov en su ensayo “Los abusos de la memoria”: “La política se define como aquello que sustrae al odio su carácter eterno, dicho de otra manera, que subordina el pasado al presente”. Un presente que exige ya el cese del fuego genocida israelí, la libertad de todos los rehenes por Hamas y el reconocimiento pleno de un Estado Palestino autónomo, liberado del odio y el fanatismo islamista contra el Estado Israelí. La sentencia de Plutarco también aplica totalmente para los protagonistas de la violencia política en nuestro país, desde la extrema izquierda, pasando por el “centro democrático” hasta la cabal extrema derecha. Todos ellos son incapaces de reconocer sus responsabilidades y crímenes en este degradado conflicto armado, unos en nombre de la democracia y otros de la revolución, y sacrifican así al pueblo que dicen representar, como lo hacen Netanyahu y Hamas. Todavía sueñan con eliminar al contrario en una guerra interminable, pues cada bando reclama una inexistente superioridad moral para gobernar y descalifica a su adversario como oligarca paraco o comunista terrorista. No por casualidad histórica ambos conflictos, el árabe-israelí y el nuestro, datan por lo menos desde 1948 y tienen como sustrato –a pesar de su abismal diferencia– la disputa por el territorio y su población. Ambos conflictos requieren para su fin la imperiosa y vital necesidad de auténticos Estados democráticos y de ciudadanías ajenas a fanatismos políticos, religiosos o nacionalistas, manipuladas con facilidad por líderes supuestamente providenciales que terminan siendo fatales para ambos pueblos.
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Hernando Llano Ángel
Abogado, Universidad Santiago de Cali. Magister en Estudios Políticos, Pontificia Universidad Javeriana Bogotá. PhD Ciencia Política, Universidad Complutense Madrid. Socio Fundación Foro Nacional por Colombia, Capítulo Suroccidente. Miembro de LA PAZ QUERIDA, capítulo Cali.