Por: ALEJANDRO GAMBOA (@dalejogamboa)
En un episodio cada día más recurrente entre nuestras glorias del deporte vimos el triunfo de Mariana Pajón en el circuito de BMX de la ciudad holandesa de Róterdam. La planeación constante y el trabajo duro lo van logrando; poco a poco, con sus éxitos, los deportistas colombianos han ido conquistando los mayores logros para el país. Así son ellos, trabajan de manera incansable para darlo todo por el éxito, por el país.
Cada triunfo se ha convertido en una hazaña, el éxito de cada deportista se ha convertido en una historia que es la oportunidad para destacar la tenacidad que han tenido los colombianos. Ellos son, tal vez, nuestros arrieros del siglo veintiuno, los constructores de nuestros nuevos valores. Trabajo, constancia, dedicación, pasión y una voluntad lejos de la palabra cansancio van marcando cada relato. Rigoberto Urán, James Rodríguez, Falcao, Mariana Pajón, Catherine Ibargüen, Cuadrado, María Luisa Calle, Nairo Quintana y muchos más hacen fila y ganan glorias para la tricolor.
Los deportistas y el deporte en general están refundando la patria, están reconstruyendo el significado del orgullo nacional y juntando esta tierra alrededor de medallas y reconocimientos internacionales al juego limpio; hoy más que nunca, son ellos los que le dan sentido a la bandera de un país con la felicidad siempre a medias.
La refundación de esta patria a manos del deporte va a mitad de camino, sin duda falta muchísimo por terminar, falta muchísimo por sobrepasar y demostrar que tenemos esa persistencia y esa resistencia que tienen nuestros deportistas para remontar los obstáculos, falta la energía suficiente y las metas claras para lograr un trabajo en equipo como nación.
Ojalá lográramos conquistar esta refundación, ojalá calara en la mayoría de los colombianos la mitad del espíritu que nos regalan los deportistas para lograr avanzar en las metas de este país. La entrega y el sacrifico marcan muchos puntos comunes en las historias de estos maestros de su sueños.
No les basta con desear algo, trabajan constantemente para lograrlo y eso tiene una enseñanza enormemente valiosa para lo que enfrenta el país ante el reto de la paz. Cómo superar la adversidad sin desconocer la injusticia, sin rendirse e intentando nuevas formas de hacer posible una meta, es otra forma de ver toda la labor que hacen nuestros deportistas.
Creo que falta algo que una esos relatos, este país, acostumbrado a no conectar nada, le hace falta ese toque para afinar esa refundación, falta un narrador, alguien que le dé el hilo conductor a esas victorias y pueda implantar en el imaginario de cada colombiano y colombiana la idea de que el éxito no llega por sí solo, que la seguridad y la convivencia no llegan por sí solas, que la buena administración de lo público no llega por sí sola, que la paz no es posible por sí sola. Es el trabajo incansable y la práctica la que nos permiten correr más rápido, saltar más alto, pedalear más fuerte, meter más goles, hacerlo mejor, romper marcas.
Si como nación nos proponemos refundar este país desde los valores que construyen los y las talentosas del deporte, haremos un país distinto. Por fin y de manera positiva, habremos refundado la patria.