Bajolamanga.co

Publicado el Bajolamanga

Votar, contar y esperar

Por: ANDRÉS PRECIADO (@andrespreciado3)

Una semana luego de las elecciones legislativas, consulta verde y parlamento andino, lo único que quedó claro y no admite duda es que tenemos un sistema electoral débil al que es sumamente fácil hacerle trampa, que carece de controles y garantías de transparencia y no asegura la participación libre en la decisión democrática.

Es posible que usted sea uno de los 50 afortunados colombianos que participaron de la prueba de biometría con éxito, si es que se llegó a tal número, lo cierto es que hasta este piloto resultó ser bastante malo. Para el resto de los colombianos que votamos quedó una sensación de orfandad, un tufillo de excesiva confianza y flexibilidad: no hubo firma, no nos pusieron tinta, si acaso confirmaron que efectivamente aquel que solicitaba los tarjetones se parecía, al menos de lejos, al sujeto borroso de la foto de la cédula.

En estas elecciones los ganadores son los politiqueros, las maquinarias aceitadas, de derecha e izquierda, el clientelismo. El único que pierde es el país, que no puede llamarse una democracia si sobre el ejercicio primigenio de este sistema de gobierno se ciernen dudas tan enormes sobre su pulcritud y legitimidad.

Llevamos una semana de votos perdidos, de candidatos reclamando, de objeciones y discusiones en los lugares de reconteo. Pareciera que en Colombia las curules que  se ganan un domingo de elecciones se pueden perder en la semana siguiente, si no se tiene a testigos y abogados acompañando el recuento, vigilando lo que los ciudadanos dieron pero los corruptos quieren robar, sin que nada grave pase por ello.

Por ejemplo, cómo explicar que un proceso tan sencillo electoralmente como la consulta verde no estuviera escrutada en su totalidad una semana después de elecciones y esto pusiera en peligro hasta la inscripción misma como candidato de Peñalosa, ganador de la contienda interna.

Estas deficiencias estructurales del sistema hacen evidente la necesidad de cambios drásticos y urgentes donde la tecnología biométrica y el voto electrónico son innegociables. La única oportunidad de garantía en elecciones futuras es restringir el papel de los jurados a veedores y facilitadores de la participación y no fiscalizadores y direccionadores de la misma, como hasta ahora lo son.

Así podremos avanzar a una semana post electoral de análisis y definición de líneas en los próximos cargos y no de robos y peleas por curules, evitando las quejas de fraude, que por las pruebas hasta ahora presentadas, son la evidencia que no importa el bando o color, todos sin excepción tienen votos perdidos y mesas inusualmente afectas.

Nota al margen: no soy santista, pero luego de conocidos los resultados reconozco en el Presidente una jugada magistral sobre su contrincante Álvaro Uribe: lo llamó Senador, para recordarle que ya no es el máximo mandatario e indicarle su lugar actual, y en cuanto a sus votos los llamó honroso segundo lugar, recordando, de nuevo, que luego del primero todos son perdedores. Dos patadas seguidas.

 

Esta y otras columnas podrá leerlas en www.bajolamanga.co (@bajo_lamanga)

Comentarios