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Si asesinan a Claudia López

Por: DANIEL YEPES NARANJO (@yepesnaranjo)

“Nuestra intolerancia, puramente social, no mata a nadie, no extirpa ningún modo de pensar; pero induce a los hombres a ocultar sus opiniones o a abstenerse de cualquier esfuerzo activo por propargarlas”

John Stuart Mill

Claudia López ha sido una mujer valiente en Colombia. Ha enfrentado directamente y sin esconderse a las mafias colombianas, las de la corrupción, las de la política, las del narcotráfico, esas que, al final, son una sola.

Es una mujer fuerte, de carácter, académica además, que le da contenido y sustento a sus tesis, que muestra dinámicas históricas para señalar las situaciones ilegales que han azotado a nuestro país por largo tiempo, que permiten comprender los contextos delictivos y sus protagonistas dentro de un gran marco político y jurídico. Siempre ha estado ahí para combatir la violencia y la corrupción, desde la academia, desde el periodismo, y ahora desde la política.

Tiene sus falencias, claro, como todos los seres humanos. Yo no voté por ella al Congreso porque hay ciertas tesis suyas que no comparto. Sin embargo, para mí nunca ha dejado de ser una mujer fundamental para la opinión pública y aplaudo que la ciudadanía vea en ella una persona importante en el debate político dentro y fuera de esta institución.

Contar con su voz garantizará la defensa de la diversidad, de la libertad, del fortalecimiento del Estado de derecho, el combate a la delincuencia, el enfrentamiento a los grupos armados, la promoción de los Derechos Humanos, el diálogo, el debate de las ideas, la transparencia. Eso, para quienes vemos en ella una mujer preparada, decente, de grandes voluntades.

Para otros, los bandidos de siempre, que ella esté dentro de los escenarios de discusión, es peligroso. Claudia es peligrosísima para los que se roban el país desde las instituciones públicas, para los narcos, para las Farc y las bandas criminales, para los que pactaron refundar la patria, para todos esos que integran una bolsa con un rótulo grande que dice: DELINCUENTES.

Ahora, en este país tan acostumbrado a la muerte, la amenazan. La quieren asesinar las mafias que ella misma ha venido denunciando desde hace varios años.

Si asesinan a Claudia López ganan los corruptos y los violentos, que como únicas armas para combatir a quienes se oponen a sus delitos tienen la intimidación, la amenaza y la muerte. No gana nadie más. El resto, perdemos, y mucho.

Si asesinan a Claudia López perdemos los que creemos en la libertad de expresión, el libre desarrollo de la personalidad, los que defendemos la legalidad, los que estamos convencidos de que la política se hace dentro del marco institucional, de cara a la ciudadanía y sin intereses debajo de la mesa.

Si asesinan a Claudia López no sólo pierden los que votaron por ella, perdemos todos los que sabemos que la democracia es diversidad, nunca el abuso de la estadística como decía Borges, donde una sola voz puede hacer el cambio, puede mostrarnos el camino, puede construir formas de pensar y actuar en un país acostumbrado a resolver todos sus problemas a bala.

Si asesinan a Claudia López pierde Colombia, que habla de paz pero calla cuando se quiere silenciar y desaparecer a personas que entregan su vida por luchas sublimes, esas que nos benefician a todos por igual.

 

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