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Rodrigo Saldarriaga

Por: ALEXÁNDER BOLÍVAR (@alexbolivarf)

El día de las elecciones al congreso de Colombia me sentí muy triste y decepcionado pues habían ganado los mismos que han estado allí por mucho tiempo y a eso súmele una veintena de senadores uribistas, como para empeorar las cosas. Pero me sentí muy feliz y sentí alivio también, al ver que gente decente e inteligente que quiere sacar este país adelante sin corrupción como Jorge Robledo, Claudia López, Antonio Navarro y Rodrigo Saldarriaga resultaban elegidos para dar la batalla.

Pero parte de esa alegría se vino al piso cuando el domingo pasado supe que Rodrigo Saldarriaga había muerto a la 1:00 de la tarde de ese día. Para quienes no saben quién fue él, aquí les diré por qué fue tan importante para la ciudad al igual que para el departamento de Antioquia, y por qué sentí una gran tristeza al saber de su partida.

Fue el fundador del Pequeño Teatro de Medellín localizado en una casa de estilo republicano en el centro de la ciudad, y en el 2002 para hacer del teatro algo a lo que todos pudieran asistir y no solo los que tenían los recursos económicos para hacerlo, comenzó a aplicar el sistema de “Aporte Voluntario”. En este teatro se han visto algunas de las obras más importantes de la historia, y él logró acercar todo esto a la gente y empezó a crear la cultura del “vamos a teatro”, que por lo menos en Medellín no se había visto en los últimos tiempos y la cual todavía es, en mi opinión, muy débil, no porque no sea importante o no guste, sino porque en la ciudad el arte teatral no ha recibido el apoyo estatal o municipal necesario para sobresalir como una gran opción de entretenimiento. Como lo dijo él una vez: “Acá nunca ha venido el alcalde, pero cuando hay un concierto grande de un artista internacional, a eso sí le meten toda la plata y logística que hay en la ciudad”.

Rodrigo también fue siempre directo y como dicen por ahí nunca tuvo pelos en la lengua para decir lo que pensaba sobre el acontecer político y social del país, siempre fue una de las voces que apoyaban los movimientos sociales y fue una persona que quería cambiar la mentalidad de los colombianos para vivir en país más justo. Para esto fue que se lanzó a la Cámara de Representantes este año y fue elegido, a pesar de que la corrupción le quería quitar la curul que tan justamente había ganado. Como lo mencioné al principio, él fue una de las personas por las que más me alegré de que hubiera sido elegido pues con él tenía la esperanza de que iba a haber gente en el congreso que defendería los intereses de los colombianos y realmente le interesaba cambiar políticas que el congreso, corrupto en su mayoría, no ha querido impulsar para mejorar el país en temas como la educación, el trabajo y la salud.

Ahora solo queda honrarlo a él y su legado, sé que el Pequeño Teatro continuará creciendo, que cada día más gente asistirá al teatro y éste se convertirá en lo que siempre él quiso. Espero que sus compañeros en la Cámara, los senadores y Víctor Javier Correa, quien tomará su curul, honren su memoria y trabajen mucho por este departamento y por este país, y junto con ellos, no dejemos que los corruptos acaben con lo poco que nos queda y podamos sacar este país que Rodrigo Saldarriaga tanto amaba adelante.

 

PD: aquí la historia de este semana del libro “Los hijos de los días” de Eduardo Galeano.

Junio 26

Hoy es el Día contra la tortura.

Por trágica ironía, la dictadura militar del Uruguay nació al día siguiente, en 1973, y convirtió al país entero en una gran cámara de torturas.

Los suplicios servían poco o nada para arrancar información, pero eran muy útiles para sembrar el miedo, y el miedo obligó a los uruguayos a vivir callando o mintiendo.

En el exilio, recibí una carta anónima:

Es jodido mentir, y es jodido acostumbrarse a mentir.

Pero peor que mentir es enseñar a mentir.

Yo tengo tres hijos.

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