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Respeto a la mujer paisa

EDITORIAL BAJO LA MANGA (@bajo_lamanga)

“Yo fui pintando lo que fui viendo.” 

Débora Arango 

“El futuro pertenece a las personas que creen en la belleza de sus sueños.” 

Mariana Pajón 

“Usted acusa de conspiradores a mis compañeros del Partido Socialista Revolucionario y me quiere excluir a mí de tal responsabilidad, porque supuestamente estoy llevada y convencida por ellos, o sea, no me otorga la posibilidad de criterio personal. En este país, donde la mujer habla a través del cura, del marido o del padre, hay esa costumbre. Pero ese debate yo no se lo voy a hacer, la gente sabe quién soy y cuál es mi criterio 

Fragmento de la carta escrita por María Cano a Guillermo Hernández, secretario del Partido Comunista de Colombia.

 

Hace unos días apareció en redes sociales un video pornográfico en el que una mujer llamada ‘Suzan’, de claro acento paisa, interactúa por varios minutos con dos hombres extranjeros que dicen que quieren conocer “chicas que los acompañen a dar un paseo por la ciudad (Medellín) y les enseñen sitios representativos de ésta”. ‘Suzan’, abordada en pleno Parque de los Deseos, frente a la Universidad de Antioquia, accede luego de la promesa de un pago por sus servicios de guía a acompañar a los hombres y, para no alargar la historia, después de 20 minutos de recorrido por la ciudad a bordo de una camioneta, tiene sexo con unos de ellos, por más dinero.

Los comentarios al video difundido por facebook y twitter no se hicieron esperar. Voces a favor y en contra salieron a defender o criticar lo contenido en éste, esgrimiendo razones, gustos, disgustos, tildando de morales o inmorales estas grabaciones y su propagación en redes.

La discusión tomó otro calibre cuando, generalizando, algunas personas comenzaron a manifestar que dichas conductas eran típicas de todas las mujeres paisas, que tenían como únicos intereses el dinero, el sexo, los narcotraficantes y las cirugías.

Este estereotipo de las mujeres de Medellín, fomentado, no lo vamos a negar, por algunas que priorizaron casarse con un traqueto antes que estudiar, o llenarse de cirugías y deformar sus cuerpos a causa de su baja autoestima y la presión de la sociedad para tener el cuerpo perfecto, y por las que por dinero harían cualquier cosa, como vender su cuerpo, no puede servir para juzgar a la gran mayoría de mujeres que hacen de la ciudad y del departamento de Antioquia, con su disciplina, talento, dedicación, inteligencia y voluntad, una tierra grande y pujante, orgullo de todos los que en ella viven.

Débora Arango, Mariana Pajón, Lina Vélez de Nicholls, Katherin Ibargüen, la madre Laura Montoya, María Cano, Teresita Gómez, Jesusita Vallejo, Luz Castro de Gutiérrez, Cristina Toro, entre muchas otras, representan a las mujeres que desde la ciencia, la política, el deporte, la literatura, la beneficencia y el arte han construido el departamento antioqueño con inteligencia, compromiso y ética.

Representan, además, a todas las mujeres que diario, en un departamento –y un país- hecho, al parecer, solo para hombres, se levantan, desde cada una de sus cotidianidades, a luchar por sus metas, a vencer sus miedos, a no perder la esperanza, a construir sus caminos, a guiar y proteger a sus seres queridos, a construir esa Antioquia que, con su visión, se hace amable, incluyente, pacífica.

No más improperios. Escritos vacíos, generalizadores y con poco sentido de la realidad como el de Marta Orrantia en la Revista Soho hace unos años, en el que trata de “lobas” a todas las paisas, demuestran el desconocimiento profundo de la importancia de la mujer en la sociedad antioqueña.

No más insultos en redes sociales para la mayoría de antioqueñas por la decisión de unas cuantas de no seguir caminos dignos que representen la valentía y entereza de las paisas. ¡Respeto!

 

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