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Que la verraquera no nos falte

Y que la verraquera no nos falte a los antioqueños en los próximos años para velar por nuestro departamento. Que el “paisa que no se vara” salga a relucir allí donde de verdad vale la pena y donde no podemos permitir que deje de caminar hacia adelante nuestra maquinaria gubernamental, que toda esa fuerza del arriero y campesino, que cultivó riqueza en sus valles y montañas no muera frente a una Gobernación que parece entender el progreso como industrialización y que parece confundir los cafetales con plantaciones de cemento.

Y no en aras de enjuiciar a nuestro nuevo gobernante electo, porque no considero que se haga política desde el reproche ni la recriminación de nuestro contrario, ni mucho menos desde la falsa visión de que en la política solo existen aliados o enemigos, que no merecen mas que ofensa y descalificación, me atrevo hoy a hablar de un tema, para mi bastante delicado y de extrema importancia, como un llamado a la acción a todos aquellos a quienes nuestros mayores nos dejaron el hacha por herencia, a quienes llevamos el verde y el blanco tatuado en la piel.

Trabajadores y pujantes, como nos hemos pintado en la memoria de los colombianos, los antioqueños tenemos un compromiso con nuestro Departamento que no podemos abandonar cuando mas nos necesita nuestra tierra, no podemos convertirnos en víctimas de nuestras propias decisiones ni tampoco sumirnos en el dolor de “un mañana que nada promete”. Como lo dice nuestro himno, la política se hace desde las calles, “con el morral a la espalda, cruzando llanos y cuestas, y atravesando montañas y anchos ríos y altas sierras” (El canto del antioqueño, Epifanio Mejía) y este es el momento para que nuestro lema de Libertad y Valor se materialice y los antioqueños seamos todos quienes dirijamos nuestra bandera y le demos rumbo a nuestra región.

Porque no quisiera ver nunca más un Orión en el cielo que cubre nuestros caminos, ni ver el suelo de nuestra Antioquia cubrirse de tapetes de terciopelo rojo para ver el burro pasar, porque “amo el sol porque anda libre, sobre la azulada esfera, al huracán porque silva, con libertad en las selva” y no quisiera verlo nunca contenido entre cuatro paredes, porque creo en lo imparable de nuestro ímpetu y en lo incontenible de la voluntad del paisa.

“Bajamos cantando al valle, porque el corazón se alegra; porque siempre arranca gritos la vista de nuestra tierra. (…) Oh libertad que perfumas, las montañas de mi tierra, deja que aspiren mis hijos, tus olorosas esencias.” 

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