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Nostalgia de cédula II

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Aún tengo nostalgia de cédula, nombre con el cual designo al sentimiento que tengo por abandonar la juventud y pasar los 28 años, edad en la que se es joven en Colombia. Con los ojos de la adulta contemporánea en que me he convertido, la misma que saluda en una exposición de artesanías a plena luz del día, a los amigos que aprendí a conocer entre las confusas luces de las discotecas, hace 8 días escribí sobre el panorama de los jóvenes en Medellín. Hoy quiero hablar sobre el concepto actual de los jóvenes sobre la felicidad y cómo lo están logrando.

No es gratuito que los cantantes de reggaeton hablen del «flow», voz inglesa que traduce flujo, con la que describen el ritmo en el que cada persona alcanza su punto máximo de realización y felicidad. Esta semana estuve participando en el evento TED de la universidad CESA en Bogotá, allí conocí a Marcela Fernández, una emprendedora social paisa quien me habló de los desarrollos teóricos que ha hecho la psicología recientemente en el tema de flow y felicidad. Uno de los grandes estudiosos acerca del fluir, es el psicólogo Húngaro- EstadounidenseMihály Csíkszentmihály, quien habla del estado de flujo como aquél en el que coinciden la motivación y el compromiso con el desarrollo de las habilidades personales.

¡No es tan vacío el reggaetón! «Restregón» como le decía mi mamá. Al menos más optimistas que la letra de las canciones del noventero grupo de rock Nirvana, sí son las canciones de reggaetón.

La definición actual de felicidad para los jóvenes está dada por la capacidad de servicio e impactar positivamente a la sociedad

En mi escrito de hace 8 días aludí al informe que publicó recientemente la Secretaría de Juventud con el título Carrera de obstáculos: crecer y resistir, en el mismo documento encontré un cuestionamiento importante para la administración pública y su apuesta por la cobertura educativa. En el documento se habla del costo que representa para la ciudad la deserción educativa; no obstante a los programas de becas y de cobertura educativa de los cuales son beneficiarios los jóvenes.

Será que el problema radica en la falta de pensar como reggaetoneros y no mostrar la educación como una alternativa para llegar al estado de flow, para que los mismos jóvenes gestionen soluciones creativas a sus problemas cotidianos. Si entendemos que la definición actual de la felicidad está en la capacidad de mejorar la vida de otras personas que más lo necesitan, ¿Porqué seguimos intentando llegar a los jóvenes con la invitación a educarse como un camino para trabajar y conseguir dinero?

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