Bajolamanga.co

Publicado el Bajolamanga

La transformación urbana de Medellín

Por: JUAN FELIPE SUESCÚN (@jfsuescun)

La séptima edición del Foro Urbano Mundial, organizado por el programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), que se realiza por estos días en Medellín, ha sido la excusa perfecta para hablar de la transformación urbana de la ciudad.

Al respecto, Sara Arango, columnista de este medio, le da la bienvenida a este evento reconociendo la gran oportunidad que representa para Medellín, haciendo una reflexión muy interesante sobre la oportunidad que tendremos para hablar acerca de la transformación urbana de la ciudad.

“¿Aceptamos el cambio? ¿Es cierto que “Medellín es una ciudad con conciencia de cambio”? Podría ser. Ojalá que lo que pase durante esta semana se quede en nosotros, en un diálogo permanente sobre la ciudad y los espacios donde existimos”.

Comparto con Sara que el impacto de este evento debe trascender a través de un dialogo permanente sobre la ciudad, pero más importante aún, debe reflejarse en las decisiones concretas que, en el mediano y largo plazo, en materia de desarrollo urbano, tomen las Alcaldías del Valle de Aburrá, ya que este un tema que trasciende a la ciudad capital, y se extiende a los municipios circundantes, es decir al Área Metropolitana, e inclusive, a la ciudad región.

Esta es la oportunidad para hacer una diferenciación que aparentemente es evidente, pero que estudiada con detenimiento refleja los problemas o lo éxitos que se puedan tener en las decisiones que se tomen en materia de planeación urbana. Hago referencia a la diferencia entre la ciudad y lo urbano, es decir, entre el habitad físico por una parte, compuesto por edificios, parques, calles, andenes, puentes, entre otros, y el habitad social, es decir, el fenómeno urbano que los ciudadanos formamos y de-formamos día a día, en cada encuentro y desencuentro en el espacio público de la ciudad.

En ese sentido, en la actualidad el urbanismo es quizá la disciplina que mejor describe la constante transformación del espacio público y de sus ocupantes, o mejor, de la ciudad y sus habitantes. El espacio público brinda a los individuos la posibilidad de interactuar con el otro, es decir, de formar comunidad, y ésta, a su vez, con sus acuerdos y contradicciones, moldea cada día la transformación espacial de la ciudad.

En ese sentido la ciudad no ha estado exenta a estos procesos urbanos que han destruido durante su evolución urbana las principales obras anteriores, conservando en el mejor de los casos, solo algunos vestigios. Precisamente, la compañía Suramericana editó el libro Medellín, Transformación y Memoria, donde se afirma que “la característica más destacada de la arquitectura de la ciudad de Medellín, al contrario de lo que sucede en Europa, es la no supervivencia de ella, la destrucción permanente de lo anterior y del paisaje urbano”.

Para responder entonces a la pregunta de Sara, creo que Medellín, al igual que todas ciudades, se encuentra en constante transformación. ¿Conscientemente? Es la parte más interesante de la pregunta.

Creo que sería ingenuo pensar, como dejan entrever muchos defensores de las administraciones de Fajardo (2004 – 2007) y Salazar (2008 – 2011), que antes y después, no hubo ni hay en la ciudad transformaciones urbanas, y mucho menos que estas no hubieran tenido, tengan, o tendrán un impacto positivo para la ciudadanía.

Lo que si hay que reconocer a estas administraciones, y la realización del Foro Urbano Mundial en la ciudad es una muestra de ello, es la capacidad de ser conscientes de las necesidades e intereses de los ciudadanos de Medellín, como lo refleja la realización de obras que transformaron la ciudad en torno a un eje articulador: la educación.

En ese sentido, el desarrollo de los Proyectos Urbanos Integrales (PUI) son la expresión de una toma de conciencia por parte de la Alcaldía alrededor del impacto que generan los espacios públicos de calidad para la ciudad, articulados por el principio de integralidad que le da coherencia a las nuevas oportunidades que se abran para los ciudadanos: bibliotecas, transporte público, colegios, senderos, parques, entre otros espacios que fueron dotados con su respectivo mobiliario urbano.

Lo cierto entonces es que, antes y después de estas administraciones, hubo, hay y habrá transformaciones urbanas, reflejadas tanto en la ciudad como en lo urbano. Sin embargo, si esta transformación que es inherente a la ciudano se direcciona, hasta donde es posible hacerlo, de forma consciente difícilmente las decisiones que en este sentido tome la Alcaldía, tendrán un impacto positivo.

Como lo demostró la administración de Luis Pérez en su momento, y como lo está haciendo la del actual alcalde Aníbal Gaviria, se pueden emprender muchas acciones en materia urbanística, pero si éstas no guardan ninguna coherencia, difícilmente los habitantes tendrán consciencia del cambio de la ciudad, y habrán pasado de ser agentes de la transformación a ser sujetos de la misma.

Es ahí, cuando Medellín se llena de obras dispersas, que no guardan ninguna coherencia, que la ciudad y lo urbano toman por caminos diferentes, pues los ciudadanos no son conscientes de su papel transformador. El Foro Urbano Mundial es entonces la oportunidad para llamar la atención y recordar que en materia de planeación deben primar los criterios técnicos sobre los intereses políticos que parecen guiar a la actual administración.

 

Esta y otras columnas podrá leerlas en www.bajolamanga.co (@bajo_lamanga)

Comentarios