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La paz de Uribe – Uribe

Por: Juan Felipe Suescún (@jfsuescun)

En muchas conversaciones en las que he estado presente cuando se hace referencia a Rafael Uribe Uribe no falta quien aseguré que fue presidente de Colombia.

Su papel en la historia del país transcendió de tal forma que en los libros de historia siempre mereció un capítulo aparte, aunque nunca haya sido presidente.

Mañana miércoles 14 de octubre se cumplen 100 años del vil asesinato del general Rafael Uribe Uribe, nacido el 12 de abril de 1859 en Caramanta, actualmente Valparaíso (Antioquia).

En 1873 se trasladó con su familia a Buga, perteneciente al Estado del Cauca en ese entonces, y en 1876, a los 17 años, después de terminar sus estudios de secundaria, se alistó en los ejércitos liberales del Cauca.

A partir de este encuentro con la historia Uribe Uribe desarrolló una larga carrera pública en varios ámbitos de la vida nacional, desde la academia, el periodismo, la política, la diplomacia, entre otros.

Tal vez la frase que mejor describe a este personaje la dijo Jorge Eliécer Gaitán: “Este hombre lo era todo: maestro, jurisconsulto, orador, guerrero, escritor, diplomático, político, parlamentario, estadista y agricultor. Vencedor él, se llamó hidalguía; vencido se llamó heroísmo, demócrata, fue el mártir».

Estas fechas que sirven para conmemorar la vida de personas que marcaron la historia, en este caso la historia nacional, se convierten en la excusa perfecta para ejecutar el presupuesto que las administraciones no fueron capaces de ejecutar durante el año, programando eventos públicos en los cuales se reúnen los políticos a ufanarse de pertenecer al mismo partido político del difunto, como en este caso lo hará seguramente el partido que dice llamarse dizque “liberal”.

Se debería estar revolcando en su tumba el general Uribe Uribe si viera en lo que se ha convertido el partido que con tanto ahincó defendió y que mañana saldrá a reclamarlo cómo uno de los suyos.

Pero eso es lo que menos importa. Estas fechas vale la pena recordarlas para volver a revisar la historia y aprender de ellas de cara al futuro.

Ahora que el gobierno se encuentra en negociaciones de paz con la guerrilla vale recordar la actitud del general Uribe Uribe al terminar la Guerra de los Mil días. Consciente de la derrota militar decidió optar por la vida política y asumió las banderas del partido Liberal para trabajar desde este escenario por sus ideas, que evidentemente eran contrarias a las de la Hegemonía Conservadora.

Su idea del “Socialismo de Estado” se enmarca dentro de un liberalismo de izquierda que buscaba resolver los problemas económicos y sociales desde arriba, desde el Estado hasta las capas más bajas de la población. “Un intervencionismo que busca ante todo justicia social, mayor equidad en la distribución de la riqueza y con ella mayor bienestar para las clases oprimidas” como diría el propio Uribe Uribe.

Ahora bien, más allá de sus ideas, el general siempre tuvo presente el interés general del país, como lo expresaba refiriéndose a la “patria”, un término que ha entrado en desuso, pero que no por ello ha perdido su sentido histórico en la formación de una identidad nacional.

Este legado de Uribe Uribe en la actualidad se convierte en ejemplo para dos enemigos de la paz, para la guerrilla y para un senador que lleva el apellido del general, del cual supuestamente es descendiente.

Para la guerrilla es un ejemplo la voluntad del general para dejar las armas después de la derrota militar y emprender su trabajo desde la arena política.

Para el señor Uribe Vélez es una muestra de nobleza y de verdadero sentido patriótico, como él dice tener, la disposición a superar los intereses partidistas en pro del bienestar general: “Allí donde yo haya escrito la palabra partido, en adelante léase la palabra patria”.

Mañana miércoles que tanto los liberales de izquierda como los de derecha van a reclamar al general como suyo, es la oportunidad para que ambos tomen en serio sus enseñanzas y no sea un homenaje y nada más.

 

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