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La democracia y la reforma a la educación superior 2034

“Y en lugar de dedicarnos a formar guerrilleros, soldados y escuadrones, preparamos promotores de educación, de salud y se fueron levantando las bases de la autonomía que hoy maravilla al mundo”

Subcomandante Insurgente Galeano

La Universidad de Antioquia, como un gran ejemplo ante la sociedad del espíritu crítico y el compromiso social de nuevo pasa por un proceso de debate interno acerca del cambio en el examen de admisión, no sólo por la forma en qué se decidió el cambio, sino además porque en los análisis hechos al nuevo modelo de examen, se observa un claro y contundente carácter discriminatorio. El argumento se basa en que con este modelo de examen, se pretende permitir a la Universidad el ingreso de una población con mejores condiciones socioeconómicas, el rector usa el argumento que es debido a la calidad académica las razones de la deserción, pero no tiene en cuenta que precisamente la calidad depende de esas condiciones socioeconómicas que garantizan la estabilidad necesaria para poder desarrollar mejor el proceso de aprendizaje o bueno, lo tiene tan en cuenta al rector que lo que no quiere es invertir dinero en las personas que poseen deficiencias en la calidad académica y entrar con estas a la Universidad de Antioquia, sino que según el mismo no podemos tener una “universidad pobres para pobres”, lo que nos da a entender que a la Universidad deben entrar los que puedan sostenerse económicamente para evitar de esta forma invertir más recursos en bienestar universitario y programas que impidan la deserción de los estudiantes y así puedan consolidarse profesionales mejor preparados desde todos los puntos de vista.

Esta es apenas una de las reformas iniciales que se pretenden adelantar en la Universidad, ya que desde el 2011 se anunció el interés del gobierno nacional de reformar el sistema de educación superior nacional, con un proyecto que más que solucionar los problemas estructurales de la educación superior, se demostró con fuertes argumentos y una movilización sin precedentes que el gobierno nacional en cabeza del presidente Juan Manuel Santos radicó el Proyecto de Ley 116 de 2011 con el objetivo como dice Renán Vega Cantor de mercantilizar la educación, transformando el sistema de educación nacional en un mercado donde se transan bienes y servicios, pero no se cumple con el objetivo de transformar la sociedad que es el deber primario de la educación.

Maximiliam Roberspierre planteaba que “La educación es la revolución de los pobres”, pero en la actualidad, la educación es otro mecanismo más que garantiza la permanencia de las fronteras sociales, es decir, es un mecanismo discriminatorio que legítima el funcionamiento de la sociedad tal cual se encuentra operando en estos momentos, la que garantiza el Establishment: generando miseria, desigualdades, violencia, segregación social y racial; la educación es ahora una educación de mala calidad, una educación mercantilizada.

Las protestas a nivel nacional, lograron que se retirara del Congreso de la República el proyecto de reforma a la Ley 30, pero ahora, se observa como estrategia del gobierno nacional implementar las reformas desde cada universidad  con el objetivo de evitar ser de nuevo el motivo de articulación  el movimiento estudiantil que surgió y obtuvo tan importante victoria.

Es importante, es más que fundamental retomar ese camino de organización y movilización, dado que el Acuerdo por lo Superior 2034, fue anunciado hace más de un año, lo que nos hace suponer, junto con el inicio de las transformaciones que en la actualidad se adelantan y proyectan en lasuniversidades públicas del país, que el gobierno de Juan Manuel Santos, quiere invertir más en educación, pero en una educación con dos características problemáticas: una educación otorgada mediante el subsidio a la demanda, que crea las condiciones perfectas para la creación de una mano de obra barata, cualificada para los intereses de los empresarios, pero poco útiles como ciudadanía a una transformación radical, además, su otra característica es que pretende asemejar al sector privado en su modo de funcionamiento, con unas consecuencias irreparables para la sociedad, entre las que se encuentran la creación de ciudadanos borregos, serviles al sistema, irreflexivos o por el contrario que buscan hacer del “hombre un lobo para el hombre”, la sociedad de los mejores lo que tiene tras bambalinas sin una ética totalmente explícita, es la legitimación de la competencia salvaje, la victoria a cualquier precio, es decir, ese tipo de educación genera un mayor problema social que el que se pretendía solucionar.

Todo esto hace parte del Plan Nacional de Desarrollo, el cual viene dictado como un modelo o estándar emanado de instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo a través de sus recomendaciones para ser parte igualmente de “los mejores” como propugna la filosofía del rector de la U de A, al igual que sus colegas economistas burócratas en esas instituciones.

El problema de toda la situación radica en que la democracia es la que se encuentra en juego, en todos los espacios sociales, dos visiones de democracia enfrentadas, una es la participativa que argumenta que la  sociedad requiere de profundizar la participación social, para que existan las mejores decisiones, a causa de una multiculturalidad que impide que las políticas sean iguales para todos, ya que eso genera mayor conflicto social y la otra visión es la de la democracia representativa institucionalizada que aplica modelos de solución iguales a todos y que hoy en día sólo sirve para que unos pocos se aferren al poder y lo conviertan en un instrumento de sus intereses personales o de su visión del mundo, y no dando primacía al bienestar general que es el objeto del Estado Social. La Educación y el Estado deben hacer del “hombre, cosa sagrada para el hombre” como dice Seneca.

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