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¿Involución o Educación?

“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”

Nelson Mandela

Este artículo surge al ver la realidad de nuestro país en los últimos días: la Policía y el Ejército son los perros bravos que los ricos le sueltan a los pobres cuando exigen sus derechos, las instituciones están al servicio de las mafias de toda clase -contratación, remates judiciales, drogas, contrabando, tecnología, armas, Etc.-, y  a modo de ejemplo en Medellín que se supone la más innovadora, más de 250.000 personas no tienen acceso al agua, siendo un derecho fundamental y necesario para vivir, y en el Cauca como en todo el país con la población, los indígenas reclaman tierra para poder sembrar y garantizar su dignidad humana, lo malo es que cuando salimos a protestar para exigirlo, de nuevo los ricos sueltan los perros bravos y en este punto es cuando surgen los conflicto sociales entre la comunidad y la supuesta “institucionalidad” que dice defendernos y representarnos, pero a la hora de la verdad defienden la propiedad privada que los ricos concentraron violando los derechos humanos de 6 millones de víctimas de conflicto y de más de 20 millones que entendemos que la Policía y el Ejercito son la fuerza bruta y armada que garantiza el desorden social actual.

Esta actitud y forma de desarrollar las actividades por parte de la administración constituyen el capital social, cultural y político que poseen, es decir, casi nulo o en razón a los intereses privados que rigen sus vidas, esto a causa de una educación pensada, proyectada y ejecutada para la competencia, el éxito a cualquier precio y el individualismo extremo. Lo que ha hecho que el mundo conozca comunidades llenas de contrastes, que permiten entrever la faceta más desalmada, absurda y deteriorada de la condición humana, la cual parece obligar al hombre a realizar actos dignos del animal más salvaje y despiadado, tales como: exterminar, despojar, engañar, transgredir, injuriar, etc. Tales particularidades se dilucidan en el transcurso de la historia y obligan a pensar que estas pertenecen a la idiosincrasia de los diferentes conglomerados humanos.

Estudiando la historia, se devela una monstruosa realidad, la cual nos permite atisbar que la condición está degradada al punto que se ha infestado en varios de los estamentos sociales e instituciones básicas para el funcionamiento correcto de la sociedad. Instituciones tales como la religión, la familia, el derecho, entre muchas otras de las formas que son reguladoras del orden social, han perdido su esencia y cambiado su estructura de forma negativa, cohibiendo y retrasando el progreso de la sociedad. Pareciese que ya no enseñan, ni predican buenos o nuevos valores pensando en el bienestar de la comunidad, sino que exponen una retahíla de apariencias disfrazadas de valores supremos, haciéndose pasar por justas, honorables y respetuosas de las sociedades, lo que termina convirtiéndose en un Hábitus como lo demuestra Pierre Bourdieu. De continuar así, estas circunstancias, se erigirán como rectoras de las conductas humanas, anulando el avance social positivo que se tenía, pugnando hacia una involución insoslayable del proceso de “ilustración” de la sociedad.

Ahora son pocos los verdaderos seres humanos que son proclives a ayudar de forma vehemente a nuestra menospreciada sociedad. Estos seres son la parte más racional y humanista de nuestra raza. Ellos se empecinan en un progreso que algún día llegará, inculcando los bellos valores –por desgracia olvidados- necesarios para una mejora social. Por esto luchan y arguyen la tesis más lógica, válida y viable, la cual yo he adoptado también: la tesis plantea a la educación como fuente rectora e incluso reorganizadora de la incongruente sociedad actual; pero no una educación simple, en la cual los educandos adquieren un conocimiento matemático, físico, químico o de lengua castellana; sino que éste conocimiento tiene que ser de conciencia social, de cultura política, de saber cuáles son y cómo se hacen respetar los derechos de cada individuo. Pero ésta posible solución no es tan fácil como parece, ésta es una ardua labor que requiere -como lo planteaba Tocqueville-, no solo un cambio de instituciones sino también de mentalidades. Es imperativo reformular la familia, la religión y la moral, como instituciones bases de la sociedad, las cuales coadyuvadas por una que tiene más sentido social y más capacidad de llegar a la gente: ¡La Educación!, en espacios como la escuela, el colegio y la universidad. Todas estas instituciones precedidas por la figura del maestro, formado también en extraordinarios valores y virtudes. Esta tesis que se plantea no es fácil llevarla a término, puesto que, en un conglomerado humano siempre existirán las disidencias. Por esto se habla de crear una ética universal como lo plantea Paulo Freire; de tal supuesto se conseguirá formar nuevos ciudadanos, con una conciencia social y socializadora de la cual surgirá triunfante la nueva sociedad, que será la piedra angular de la cual partirá el progreso; inclusive, la posibilidad de un mundo mejor en el cual la forma de solucionar los problemas no sea más la violencia en cualquiera de sus manifestaciones; sino el dialogo, pensando primigeniamente en el bienestar de la comunidad.

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