Se nos ha catalogado como la comuna con la menor participación ciudadana, eventos como corredores culturales de la 14 son poco concurridos y aprovechados y los espacios de intercambio social y esparcimiento se han limitado ahora a ser únicamente zonas comerciales. La crisis que se vive en la 14 es, (así me cause una punzada en el estómago reconocerlo), como muchos de los que la habitamos… invisible y silenciosa… y hasta un poco indiferente desde donde se le mire. La problemática de El Poblado no está, como en muchas de las demás comunas de nuestra ciudad, explícita en el mal estado de sus vías o la desescolarización de sus habitantes; la problemática de El Poblado es aun más preocupante ya que no es reconocida como crisis propiamente y además, hay una serie de factores externos (que más adelante estaré explicando) que hacen que esta se haga cada vez más honda.
Por otra parte, no puedo negar que hay un creciente flujo de nuevas ideas y sobre todo, de nuevos personajes en nuestra comuna; se respira un nuevo aire entre los jóvenes de la 14 y encontramos cada vez mas interés por parte de estos en hacer algo por su territorio, en ser agentes de cambio dentro de su espacio. Y es aquí donde quería llegar… invisible y silenciosa es la crisis de mi gente.
Como mencioné anteriormente, hay un gran déficit participativo en aquellos que habitamos El Poblado y sobre todo, hay también un tanto de comodidad, que se convierte en pasividad y que termina tristemente convertida en apatía. Pero ahora, súmele a esto lo siguiente: ¿cómo es posible que dentro de las condiciones de participación para una convocatoria de la alcaldía de Medellín se encuentre como prerrequisito, el pertenecer a cualquiera de las comunas menos a la 14? ¿Desde donde se está buscando “generar una participación más activa” de los habitantes de El Poblado si se nos cierran las puertas desde lo público, si se nos niega desde la iniciativa el derecho a proponer, a participar, la posibilidad de crear?. Y no me digan que el argumento está en que “nada les falta a los de El Poblado” porque déjeme decirle que es bastante lo que nos hace falta, así no se vea expresado en bienes materiales o algunos insumos en específico.
Invisible y silenciosa, han intentado acallar a la 14, comuna donde todavía no hay una biblioteca comunal y donde hasta hace poco, casi nula visibilidad tenía su casa de la cultura. Invisible y silenciosa ha permanecido la difusión y gestión social y cultural en la 14, pero donde golpe a golpe, trazo a trazo, se ha ido forjando un amor por el arte, un compromiso social con nuestro territorio. Invisible y silenciosa es la exclusión que vivimos también los de El Poblado, comuna donde, aunque me atrevo a decir, muchos desconocen siquiera en que comuna viven, o peor aún, que viven también en una comuna, habitan figuras que tienen el mismo derecho a que sus ideas sean escuchadas y tenidas en cuenta para que dejen de ser más que solo ideas, para que puedan también materializarse en proyectos.
Invisible y silenciosa no más: comuna 14, 2, 78.. no importa el numero pero también comuna, merece un trato como el de cualquier otra.
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