Por: Juan Felipe Suescún (@jfsuescun)
Gran indignación ha causado en Medellín la afirmación del periodista peruano Guillermo Galdos, quien tituló un reportaje sobre la ciudad: «Vírgenes a la venta en Colombia en «el burdel más grande del mundo»» (Virgins for sale in Colombia in ‘world’s biggest brothel’).
Que Medellín sea «el burdel más grande del mundo» no debería causar indignación porque la afirmación alimenta ese sentimiento de «superioridad» que tenemos en Antioquia de ser «los más» y «los mejores». Por ejemplo, Medellín es dizque la más pujante, la más limpia, “a más educada y, recientemente, la más innovadora, también somos dizque los mejores anfitriones, los mejores deportistas, y extrañamente siempre tenemos los mejores gobernantes. Pero también hemos sido, y en muchos aspectos aún somos, la más violenta, la más traqueta, la más desplazada, la más extorsionada, la más atracada, la más viva, la más avispada, entre otros.
Cuando un paisa está en otra ciudad igual, incluso más violenta que Medellín, piensa: «a mi qué me va a pasar algo si yo soy de Medellín». Vivimos en una de las ciudades cuyos índices de inseguridad son tan altos que nos permiten sentirnos seguros en otras ciudades más inseguras como Caracas, Rio de Janeiro o Guayaquil.
Al relatar esta realidad, como lo hizo muy bien el periodista del canal inglés Channel 4, no se están negando los avances que ha tenido la ciudad en los últimos años en materia de urbanismo, superación de la pobreza extrema, movilidad, educación, entre otros aspectos que la llevaron a ser catalogada como la ciudad más innovadora del mundo.
Pero la Medellín que muestra el reportaje, el cual los invito a leer y a ver el video (http://goo.gl/Zx1YY0), también es real. Existe a pocos metros del Centro Administrativo la Alpujarra, es la que se encuentran los servidores públicos todos los días cuando salen a almorzar al centro comercial Gran Plaza o a esperar el bus en San Juan al final del día.
Como afirma María Jimena Duzán en su columna de la revista Semana, los paisas que salieron furiosos a manifestarse en las redes «curiosamente no cuestionaron al periodista porque hubiera faltado a la verdad sino porque se atrevió a mostrar en su documental a una Medellín que existe en la realidad pero que casi ningún paisa quiere ver» (http://goo.gl/xYubGj).
El pronunciamiento del alcalde, si bien es ligero como la mayoría de las veces que abre la boca, es entendible. ¿Qué estarían diciendo en El Colombiano si el alcalde no se hubiera pronunciado? Yo no espero que salga a felicitar al periodista por mostrarle la realidad que él no ha podido ver, y por eso entiendo que reaccione, de la mejor forma que le permiten sus neuronas, ante esta publicación.
Ahora bien, lo que sí me disgusta del pronunciamiento del alcalde es que carece de cualquier análisis político sensato y eso lo reflejan sus palabras que parecen un «chorro de babas».
Para cuestionar la falta de rigor periodístico el alcalde mediocremente afirma: «no es un informe que esté sustentado en cifras, sino en uno o dos hechos que yo podría decir que se pueden personificar en cualquier ciudad del mundo».
Obvio que sí, alcalde, con seguridad en toda ciudad, incluso en cada pueblo hay como mínimo «uno o dos» casos de prostitutas para hacer un reportaje, pero no se necesitan cifras para afirmar que Medellín es uno de los más grandes prostíbulos del mundo.
Como lo cuenta el reportero «a Colombian man once told me that «if you put a roof over Medellin it would be the biggest brothel in the world»». Le traduzco, alcalde, «una vez un colombiano me dijo que «si pones un techo sobre Medellín sería el burdel más grande del mundo”».
Alcalde, el periodista desde el título puso la afirmación entre comillas porque no es de él, es de un colombiano ¿o es que no leyó el reportaje? ¿o es que se lo tradujeron mal?
Finalmente, alcalde ¿quién dijo que se necesitan cifras para afirmar que Medellín es «el burdel más grande del mundo»? Si así es, lo reto a que demuestre usted con cifras que Medellín es la ciudad más innovadora del mundo, como no se cansa de repetir, y que ese título no es sólo el resultado de una encuesta hecha por internet.
Mientras tanto, alcalde, Medellín seguirá siendo el burdel más innovador del mundo.
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