Por: Wálter Aguirre @walteraguirrema
“No basta con anhelar la paz. Tenemos que trabajar, y si es necesario, luchar por ella”
Harry Truman
Los últimos avances de los diálogos de paz permiten observar un posible acuerdo antes del 23 de marzo de 2015 entre las FARC-EP y el Gobierno Nacional, esto es un hecho que debemos celebrar, dado que el proceso seguido por ambas partes muestra un proceso técnico que ha observado los errores del pasado y plantea soluciones alternativas a un conflicto armado que ha tenido tan larga duración.
Sin embargo, los esfuerzos que el Gobierno Nacional adelanta en pro de la consecución de dicho acuerdo no se ven reflejado en las regiones y territorios que poseen los más altos índices de violencia a causa del conflicto armado, no se observa una inversión social en las zonas marginadas y excluidas del país, no se está transformando la institucionalidad con el objetivo de amoldarla a las nuevas condiciones de paz, no se hace la participación ciudadana que garantizará evitar otros errores y que sea una imposición de las partes armadas a la ciudadanía.
Y de la misma forma que sucede a nivel territorial, Colombia entera se encuentra preparada para firmar los acuerdos de paz y esto lo celebramos, pero no se encuentra preparada para el posconflicto armado y lo que hace en pro de esta situación deja muchas dudas de la intención del gobierno de generar condiciones de paz: a. El presupuesto nacional sigue dando prioridad al pago de la deuda externa y el gasto público en defensa, más no a la inversión social que es la base de la verdadera seguridad, b. La corrupción que ha permitido profundizar esas condiciones de desigualdad y miseria sigue rampante, un claro ejemplo de ello es el Municipio de Bello, c. La ciudadanía poco o nada sabe de los acuerdos pactados entre las partes, d. La ciudadanía no ha tenido espacios para la construcción de los diálogos de paz y ha sido sólo un espectador más en el proceso y e. Los grupos paramilitares que han servido a los intereses privados para garantizar los desplazamientos, el control de los gobiernos a diferentes escalas, la apropiación de las riquezas por quienes los financian y todo en contra de las poblaciones más pobres del país.
Nosotros los colombianos debemos asumir toda una lucha desde diferentes frentes con el objetivo de asumir los acuerdos de paz en la práctica, corrigiendo los errores que se han presentado, asumiendo las críticas de la ciudadanía y los diferentes sectores, creando diálogos sociales que permitan a los y las ciudadanas discutir entre nosotros los acuerdos y permitiendo de esta forma definir cuáles pueden ser nuestros aportes que cada uno de nosotros podemos hacer al proceso y a la construcción de paz en Colombia, porque la Paz no es una labor exclusiva del Gobierno Nacional y las FARC-EP, es un deber de todos construirla!
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